lunes, 22 de abril de 2019

'El tesoro de Lucio', dinamita dibujada


Existen varios libros (publicados hace unos pocos años) que tratan sobre él, se ha producido un documental sobre su vida e incluso ha protagonizado una entrega de Salvados. Aún así, es posible que la figura de Lucio Urtubia no sea tan conocida. Por eso tiene sentido que haya dado un salto a un ámbito diferente de la cultura, el cómic.

Es curioso que esta figura no sea tan conocida porque el titular que se podría dar de su vida es tremendo: posiblemente este navarro sea uno de los mayores falsificadores de la historia. En la segunda mitad de los años 70 lideró un equipo que estafó 20 millones de dólares al City Bank (o, en sus propias palabras, los «recuperó»). No sólo eso, sino que cuando fue detenido negoció con este banco que su estancia en prisión se redujese a sólo seis meses y que se le pagase una cifra millonaria a cambio de dejar de falsificar más cheques.

Este me parece el episodio más sorprendente, pero hay muchos más en una biografía llena de robos y atracos de mayor o menor importancia. Sin embargo, con este cómic Belatz tiene más ambición que la de distribuir datos biográficos y curiosidades. Bajo la superficie de un cómic de estética amable, de una inofensiva «novela gráfica» para el gran público (lineas suaves, colores pastel, sin masas de negro, una forma de narrar muy clara, encuadernación como de Astiberri...), hay dinamita enterrada.

Imagino que al pensar en Lucio a casi todos nos viene a la cabeza Frank Abagnale Jr., otro famoso estafador en la que se basó Atrápame si puedes (2002). Me interesa el contraste entre estas dos historias. En la película de Steven Spielberg la motivación de Frank se resumía en un trauma infantil y su intento de construir una nueva familia. Es decir, era una consecuencia únicamente de unas experiencias personales. Comparada con Lucio Urtubia, me parece una motivación simplona. En su caso, su dura infancia durante la postguerra y la muerte temprana de su padre podrían explicar a la persona, pero son insuficientes si no se profundiza también en su ideario político.

Lucio Urtubia es anarquista y por eso ha vivido al margen de unas leyes que considera que se han creado al gusto del poder económico. Desde su punto de vista, él no ha robado a los bancos, sino que ha recuperado lo que ellos quitan a los demás. Estas «recuperaciones» millonarias no significaron, sin embargo, una vida de lujo y excesos, sino que él y su equipo donaban la mayoría de lo que conseguían con las falsificaciones a grupos de guerrilleros afines. A pesar de tener esa posibilidad al alcance de la mano, nunco abandonó su trabajo como obrero de la construcción.

Belatz ha suavizado algunas aristas de una biografía que ha hecho desde el cariño, pero en la que permite al lector formarse su propia opinión. En lo formal, normaliza una información que se sale de lo convencional, pero aún así el mensaje agita al lector. Lucio puede ser un Robin Hood o un delincuente afortunado, pero de cualquier modo es un caso único.

miércoles, 10 de abril de 2019

Aquaman de Peter David Integral (1 de 3) (Peter David, Martin Egeland y otros)


No soy un gran seguidor de Peter David, pero me interesan sus guiones. He leído cómics suyos de Spiderman, Hulk y Capitán Marvel y en ellos he visto siempre a un autor con buenos desarrollos a largo plazo, con mucho ingenio y un gran sentido del humor. No me ha parecido que tenga una maña especial para crear personajes o villanos memorables, pero sí talento para desarrollar a los personajes principales de cada colección. Mi Rick Jones es su Rick Jones.

En este tomo veo a un guionista luchando con inteligencia por transformar a Aquaman en un personaje icónico que haga olvidar las bromas que se llevaban haciendo con él desde los dibujos animados de los Superamigos. Peter David reinventa al rey de Atlantis desde algo tan superficial como el diseño del personaje (la melena y la barba, un arpón en lugar de una mano, el pecho medio desnudo…) al contexto de sus aventuras, conectadas principalmente con la mitología que él mismo había creado en (la muy recomendable) Las crónicas de Atlantis.

Conecto con el guionista, conecto con el personaje, pero no veo armonía entre el contenido y el formato. ¿Estos rifirrafes acuáticos realmente van a juego con una edición de lujo?

jueves, 4 de abril de 2019

El bulo de Zipi y Zape


El papa Francisco explicó este fin de semana en el programa Salvados lo que él consideraba los cuatro pecados del periodismo: desinformación, calumnia, difamación y coprofilia. Es un toque de atención que coincide con la noticia de la colaboración entre la policía política del gobierno popular y varios medios de comunicación para crear campañas de difamación contra Podemos«Fake news» fue elegida como la palabra del año 2017 por el diccionario Oxford, mientras que en España se están creando empresas de fact checking (verificación de hechos) para confirmar la veracidad de las noticias. Vivimos en la época en la que tenemos más acceso a la información que nunca, y por ello la desinformación se ha convertido en uno de nuestros mayores problemas.

Que un particular reenvíe un bulo por whatsapp es un error, pero al redactor de un medio habría que exigirle más precaución. Es el caso de Zona Negativa cuando publicó este domingo una nota para hablar sobre la reedición de los álbumes de Zipi y Zape de esta semana. El párrafo está dividido en dos partes. En la primera, se da información completamente errónea, sin fuentes y sin contrastar. En la segunda, se lanza un ataque durísimo contra los hijos y nietos de Josep Escobar, como si al aprobar esta reedición hubiesen dañado la memoria de su familia:

«La segunda noticia es sin ninguna duda muy mala. Hace un año se anunció la compra de los derechos de Bruguera por parte de Penguin Random House, acompañada de un ambicioso plan de reediciones que nos ha traído de vuelvo a alguno de los personajes clásicos de la editorial. Para estas fechas estaba anunciado la recuperación de Zipi y Zape, pero la sorpresa ha sido cuando han anunciado que iban a modificarla para adecuarla a los tiempos modernos, cambiando términos como Cuarto de los ratones, modificando la obra de Escobar para que Don Pantuflo no les pegue o Doña Jaimita no salga siempre cocinando. Una autentica falta de respeto hacia el trabajo de Escobar, al estilo de la vieja Bruguera. Hubiera sido mucho mejor publicar un artículo contextualizando la obra y criticándola o hacer un relanzamiento con nuevos autores y así poder contar unas historias sin machismo o violencia, pero modificar la obra es una tropelía incomprensible, para eso era mejor no reeditarlas».

El artículo ya había recibido siete comentarios cuando lo leí, los siete dirigidos contra la supuesta «censura de lo políticamente correcto», con insultos («¿Cómo se puede ser tan estúpido?») e incluso deseando pérdidas económicas a la editorial. Siete comentarios de lectores acríticos. Si no dudaron al leer una burrada como esta, ¿cómo van a reaccionar cuando lean desinformaciones más sutiles en otros medios?

En la sección de comentarios pregunté por las fuentes que justificasen estos datos, ya que algunos periódicos como El país, El periódico o ABC no habían hecho ninguna referencia a un detalle tan polémico. Es más, me parecían cambios demasiado farragosos como para planteárselos (¿Cómo se modificarían las viñetas? ¿Quién haría los cambios?). En la respuesta de Zona Negativa se señalaron tres fuentes, dos poco fiables y una en la que no se hacía ninguna referencia a lo que yo preguntaba:

«Fuente, otra fuente y tambien hacen referencia a cambios en los textos en el pdf de novedades de la editorial».

Yo preferí acudir directamente a la familia Escobar. El gestor de los derechos de la obra me respondió inmediatamente:

«Lo desmentimos. No hay nada de eso. Son las mismas historietas conrrvisión de la rotulación y algunos retoques en el texto.
En ningún caso ha variado la historieta».

La corrección de Zona Negativa que se incluyó a continuación por desgracia no me ha parecido a la altura. Se añade una corrección después del párrafo con la información errónea (en vez de antes), sin destacar la corrección por encima de la información errónea, no se rebaja el tono brusco de la opinión anterior ni tampoco incluye unas disculpas a la familia:

«Por suerte, parece que la información sobre los cambios en la edición de Zipi y Zape no son ciertos, según los propietarios de la licencia, que han respondido a la pregunta de los compañeros de Entodoelcolodrillo. Hablan de cambio en los textos, pero no sabemos si cambian el mensaje, algo que sería igual de grave. Esperemos a ver el cómic impreso y ver la realidad».

Aún más, es un párrafo incoherente con lo anterior. La frase final propone esperar «a ver el cómic impreso» para opinar, pero nada ha impedido que, antes de ver el cómic publicado, ya se haya escrito una opinión injusta y sin ningún fundamento.

También dice «no sabemos si cambian el mensaje», cuando en realidad son cambios que sí se pueden investigar. En una entrevista en Onda Cero, Sergi Escobar explicaba que en la corrección de estilo se han sustitudo «Alto Llobregat» por «bosque», «Más famoso que Rodríguez de la Fuente» por «Más famoso que el presidente», etcétera. Estaríamos hablando, por tanto, de cambios que intentan acercar la obra a un niño actual, no cambiar la interpretación moral de la obra.

El origen del bulo de esta censura a Zipi y Zape imagino que son otras declaraciones del propio Sergi en la que daba varios ejemplos de cómo ha cambiado la sociedad: ahora resulta raro leer a Jaimita encerrada en la cocina todo el día, o que la figura de Pantuflo sea tan autoritaria. Sin embargo, él mismo aclara que estos cambios afectarían solo al futuro: «Esto con las nuevas historietas se tiene que vehicular de otra forma». Se ve que los medios más fiables que Las provincias no malinterpretaron estas frases...

La progresión en el tiempo de este bulo me ha recordado a la polémica que rodeó la salida de Santi Orúe de la revista TMEO. En noviembre de 2018, El correo publicaba un artículo en el que primaba la versión del dibujante sobre su salida de la revista. Según él, había sido vetado por sus ideas políticas, por sus críticas contra Podemos y el independentismo catalán. La noticia se viralizó rápidamente, regalando argumentos a los reaccionarios que querían demostrar la existencia de una censura de lo políticamente incorrecto.

Un ejemplo de las colaboraciones de Santi Orúe en TMEO.

La cosa tardó en calmarse. A los pocos días, la versión de la revista (de mano de Mauro Entrialgo) tuvo un poco más de difusión: no se había vetado a Orúe. El consejo de redacción había decidido que sus páginas, como la de tantos otros dibujantes, tendrían que ser aceptadas por el consejo para ser incluidas en la revista. Igual que ocurre en cualquier otra empresa del sector editorial. Tengo amigos a los que una editorial les ha rechazado su manuscrito. ¿Alguien diría que les han «censurado»?

Sin embargo, la versión que ha quedado en el recuerdo de muchos es que algo de censura podemita tuvo que haber, de alguna forma o de otra. Igual que va a pasar, por desgracia, con Zipi y Zape. Quien no se haya preocupado mucho por esta reedición se quedará con la sensación de que algo hubo... aunque no recuerde el qué. Lo explica Javi de Castro en un tweet:

«Lo más chungo es que como nadie va a sacar de su error a esta gente (y por supuesto no lo van a comprobar) dentro de un tiempo dirán cosas como "aquello que hicieron con Zipi y Zape ¿no te enteraste?" y ya se habrá instalado como "real"»

No hace falta que nos vayamos al futuro para comprobar esta profecía. El último comentario del artículo de Zona Negativa, publicado alrededor de una hora después de haber añadido la respuesta de los herederos de Escobar, insistía en la censura de lo políticamente correcto:

«Me uno a todos los indignados ante esta vergonzosa censura impropia de un país democrático. Al final le meterán la tijera a Mortadelo y Filemón por violentos o por los chistes sobre Ofelia. Al tiempo…»

Este último comentario es un buen ejemplo de lo difícil de parar que es la desinformación. Una vez se crea un bulo (a pesar de que sea tan increíble como este, a pesar de que no incluya fuentes fiables...) es imposible evitar que se siga difundiendo. Un periodista debería ser consciente del daño que puede hacer con una mentira, de lo importantes que son sus palabras. Hace falta mucho esfuerzo para demostrar que una información es falsa, para investigar, dar pruebas y conseguir llegar a la misma gente que se creyó los datos falsos. ¿Pero para difundir un bulo, para desacreditar a la familia de un autor de cómics, para alimentar pensamientos reaccionarios...? Para eso solo bastan unos minutos.

lunes, 1 de abril de 2019

Entrevista a Carles y Montse Escobar en 'Hoy por hoy' (26/03/2019)


El pasado martes 26 se presentaron en Barcelona los primeros álbumes de Zipi y Zape que va a reeditar Bruguera dentro del grupo Penguin Random House. La presentación corrió a cargo de Sergi Bruguera (uno de los nietos de Escobar), el escritor Javier Pérez de Andújar y Francisco Ibáñez. Los dos primeros álbumes, La vuelta al mundo (1970) y El tonel del tiempo (1971), van a marcar el estilo en el que se van a reeditar los otros 14 álbumes. Es decir, en ellos vamos a descubrir el nuevo coloreado y las correcciones en el lenguaje que se han introducido para hacerlos atractivos para los niños. Una hora antes de esta presentación, los dos hijos de Josep Escobar, Carles y Montse, fueron entrevistados en el programa Hoy por hoy:


Toni Garrido: Todos esos héroes pequeños, que luchan, que ganan juicios contra los poderosos, tienen algo de esos dos hermanos entrañables de los que vamos a hablar a continuación. Está claro quiénes son, pero aun así os voy a dar unas cuantas pistas. Siempre querían hacer una buena obra (que yo creo que no se conoce todavía el momento en el que lo lograran), uno de los castigos más recurrentes era mandarlos al cuarto de los ratones (que esto afortunadamente ya no pasa), cuando echaban a correr, normalmente para huir de algo, sus piernas desaparecían y eran sustituidas por un remolino, y el padre, don Pantuflo Zapatilla, era catedrático de Numismática, Filatelia y Colombofilia, que yo creo que no hay niño español que no buscará esas palabras en el Diccionario. Lo de la colombofilia era las palomas. Ya saben que hablamos de Zipi y Zape, la inmortal pareja de hermanos traviesos, uno rubio y el otro moreno, dibujados en los años cuarenta por el gran Escobar y cuya reedición sale hoy a la venta con motivo del vigesimoquinto aniversario de la muerte de don José Escobar.

Escobar fue el creador no sólo de Zipi y Zape sino de otro personaje inolvidable que retrató muy bien, muy bien este país: Carpanta. Y ahora se plantea con la distancia: ¿al franquismo lo de Carpanta no le llamaba la atención? Un hombre muerto de hambre constantemente…

Nacho Carretero: Siempre a punto de comer, era frustrante leerlo.

Gonzo: Al que nunca le salía bien. Siempre llegaba ahí al lado y siempre acababa fatal.

Nacho Carretero: Que tenía un amigo, que yo recuerde tenía un amigo que tampoco comía nada y estaba muy gordo. Me acuerdo de esto, ¿no os acordáis del amigo de Carpanta? No me acuerdo de cómo se llamaba. Tampoco comía, pero estaba muy gordo.

Toni Garrido: Se lo vamos a preguntar, porque nos escuchan ya desde el estudio de Barcelona. Le vamos a preguntar cómo se llamaba el amigo gordo de Carpanta a Carles y Monte Escobar. Son los hijos del dibujante José Escobar. Carles, Montse, muy buenos días.

Carles y Montse Escobar: Buenos días.

Toni Garrido: Un placer saludaros. Dentro de un ratito, en apenas una hora, participaréis junto a Sergi, nieto de Escobar, el escritor Javier Pérez Andújar y el dibujante Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón, en la presentación de las nuevas ediciones de Zipi y Zape, los personajes más emblemáticos que dibujó vuestro padre. A partir del cuatro de abril van a estar en las mejores librerías. ¿Estáis nerviosos?

Carles Escobar: Un poquito, lo justo.

Montse Escobar: Algo.

Toni Garrido: Debe ser emocionante, ¿no?

Carles Escobar: Emocionantísimo.

Montse Escobar: Eso sí, mucho.

Toni Garrido: Y que nuevas generaciones todavía conozcan y disfruten a los personajes que creó vuestro padre hace ya mucho tiempo.

Carles Escobar: Sí, es la trascendencia de las cosas buenas.

Montse Escobar: Éramos jovencitos.

Toni Garrido: ¿Y recordáis vosotros dos, Carles, Montse, cuando leísteis por primera vez esas esas viñetas?

Carles Escobar: Cuando éramos pequeñitos, yo debía tener ocho, nueve, diez años con las primeras del Carpanta.

Montse Escobar: Yo tres menos.

Toni Garrido: Mucho más joven, dónde va parar. ¿Y cómo era esto de tener un padre que era el que dibujaba los dibujos que todos vuestros amigos querían leer?

Montse Escobar: Pues… simpático. Alegre. Un bonachón.

Carles Escobar: Fantástico.

Toni Garrido: ¿Nunca en las historietas vosotros dabais ideas a vuestro padre? «Mira, yo iría por aquí, papá».

Montse Escobar: Sí. No tan cruel. Fuimos más… más suaves. O sea, nosotros decíamos tonterías y él las apuntaba, hasta que un día nos dimos cuenta de que aquellas tonterías que apuntaba salían publicadas. Entonces nos pusimos como obreros y dijimos: «Ah, no. No decimos más tonterías si no nos las pagas a peseta».

Carles Escobar: Salió la economía. (Risas).

Toni Garrido: O sea, le pedíais… ¿Cómo es eso? O sea, cuando trabajáis de guionistas para vuestro padre, ¿cobrabais una peseta?

Montse Escobar: Sólo dábamos la idea, ¿eh? Trabajar como guionista es demasiado.

Ibáñez, Montse, Carles y Pérez de Andújar.

Nacho Carretero: O sea, que hay una inspiración familiar ahí, en las aventuras de Zipi y Zape.

Montse Escobar: Sí, sí, colaborábamos todos.

Nacho Carretero: ¿Pero había cuarto de los ratones?

Carles Escobar: No, pero habíamos tenido un gallo qué perseguía a mi hermana cuando se portaba mal.

Gonzo: Haciendo la típica pregunta en este tipo de entrevistas, ¿hay algo de autobiográfico en Zipi y Zape? Se lo preguntamos a los dos hijos del autor de estos cómics.

Montse Escobar: Sí, seguramente sí. Yo diría que más bien recordando a su familia de origen. O sea, creo que mi abuelo era una persona muy recta. Mi padre lo transmitió en el personaje de Pantuflo.

Toni Garrido: O sea, vuestro abuelo era don Pantuflo.

Montse Escobar: Sí.

Carles Escobar: Suerte que la herencia se descafeinó un poco y a mi padre no le llegó entero todo esto de la rigidez.

Toni Garrido: Vosotros, en vuestra vida profesional, ¿a que os sabéis dedicado?

Montse Escobar: Yo soy profesora de dibujo.

Toni Garrido: Vaya, no está nada mal. ¿Y Carles?

Carles Escobar: Yo salí por la tangente. Soy ingeniero industrial.

Toni Garrido: Uf. ¿Esto lo llevaba bien? ¿El señor Escobar llevaba bien que un dibujante de prestigio tuviera un hijo ingeniero?

Montse Escobar: (Risas.) Era la época típica de aquel chiste: «Madre, quiero ser ingeniero…». (Risas.)

Toni Garrido: En apenas una hora, en nada se presenta esa reedición con motivo del viguesimoquinto aniversario de la muerte de don Escobar, de Escobar, el hombre que nos ha hecho tan felices a todos. En unos segundos seguimos hablando con sus hijos, con Zipi y con Zape, que no sé quién es Zipi, no sé si Carles, no sé si Montse, pero uno de los Zipi y el otro es Zape. En unos segundos.

Carles Escobar: Bueno, como yo soy el mayor me corresponde el Zipi.

Toni Garrido: Pues Zipi, y Montse, Zape.

Carles Escobar: A mí me corresponde Zape. «Zapa».

(Pausa publicitaria)

Toni Garrido: Tenemos con nosotros a Nacho y a Gonzo, que siguen aquí en este estudio, y tenemos a los hijos del gran dibujante Escobar, el creador de Zipi y Zape y Carpanta. Tenemos una duda en el aire, Montse Escobar, Carles Escobar, buenos días de nuevo.

Carles y Montse Escobar: Buenos días.

Toni Garrido: ¿El amigo gordo de Carpanta cómo se llamaba?

Montse Escobar: Protasio.

Toni Garrido: «Protasio».

Montse Escobar: Fue en la época en la que cambiaron de piso y se fueron a vivir a la Bonanova. Allí la parroquia era Nuestra Señora de la Bonanova y de los Santos Gervasio y Protasio.

Nacho Carretero: Un nombre como para olvidarse, ¿eh?

Carles Escobar: (Risas.) Sí, exacto.

Montse Escobar: A partir de este momento nacieron dos amigos de Carpanta. Uno era Protasio, que duró muchísimo tiempo, y el otro fue Gervasio, que el pobre tuvo una vida corta.

Carles Escobar: Se murió de inanición.

Nacho Carretero: (Risas.) Lo único lógico, claro.

Portada de una de las reediciones.

Toni Garrido: ¿Y no tuvo ningún problema con la censura, con el Gobierno…?

Carles y Montse Escobar: ¡Uf!

Montse Escobar: (Risas.) ¡Y tanto!

Toni Garrido: Contadnos eso. ¿Qué decían? Porque claro, era tan evidente lo que estaba ocurriendo, lo que estaba publicando…

Carles Escobar: Bueno, uno de los problemas fue precisamente con la suegra [se refiere a Doña Tula, suegra], que según la censura resultó ser una amenaza contra la sagrada unidad del matrimonio. Con la Iglesia hemos topado.

Toni Garrido: ¿Pero que hacía la suegra?

Carles Escobar: ¿La suegra? De suegra, claro. (Risas.) Esto estaba muy mal visto.

Toni Garrido: ¿Y qué es lo que ocurrió entonces?

Carles Escobar: Pues ocurrió que a escobazo por aquí, escobazo por allá, pues al final la escoba ya no funcionó y la cosa se arregló.

Toni Garrido: En cuanto a Zipi y Zape, por ejemplo, vuestro padre defendía mucho a esos personajes.

Josep Escobar (grabación): Y esos son los Zipi y Zape. Hay mucha gente que los tiene por muy traviesos y no son tan traviesos, sino que resulta que a veces ocurren casualidades en la vida que les hace ser responsables de cosas que ellos ni han…

Toni Garrido: «... Ni han pensado». Lo cierto es que la censura franquista, paradójicamente, en un alarde de pedagogía moderna, le pidió a vuestro padre que suavizara los castigos físicos a los que don Pantuflo y Doña Jaimita sometían a los niños. Curioso, ¿no?

Montse Escobar: Sí, sí. Bueno, para entender esto… Claro, alguien dirá: «Ah, pues sí, es que era muy duro eso de mandarlos al cuarto de los ratones», pero hay que entender el tipo de humor. El tipo de humor de mi padre era muy exagerado. Era tan exagerado que él entendía que no te lo puedes tomar en serio. Por ejemplo, a nuestro padre le presentaron unos amigos. «Hombre, caray, Escobar, ostras, qué bien te lo debes pasar, qué vida más divertida». Y a nuestro padre no se le ocurrió nada más que decir: «No, uy, qué va. Ay, si me vierais cada día lavando platos. Además, me hacen fregar, y una vez por semana he de fregar toda la escalera». Era evidente que esto era una exageración, pero los amigos se lo creyeron. Y después hubo comentario: «Oye, pobre Escobar, cómo lo llevan».

Toni Garrido: Hablamos de un tiempo en el que no existía la televisión, la radio dominaba el entretenimiento para muchos y la revista Pulgarcito, seguro que la recuerdan, la revista Pulgarcito era el súmmum del entretenimiento infantil. Vosotros erais nada más y nada menos que los hijos de Escobar. ¿Chuleabais? O sea, de una forma u otra, vosotros, Carles, Montse, chuleabais.

Carles Escobar: Bueno, a veces chuleábamos y a veces lo padecíamos, ¿porque vosotros os imagináis que en el colegio, con todas aquellas sotanas negras y todo aquello, resulta que yo era Carpanta? Carpanta por aquí… «¡Oye, Carpanta, dame esto!», «¡Carpanta, tira la pelota!», «¡Carpanta!»… Tenía su lado de martirio también.

Toni Garrido: Visto así tienes toda la razón.

Nacho Carretero: Por cierto, Escobar tenía muy buena relación con Francisco Ibáñez, ¿no? El autor de Mortadelo y Filemón. Porque muchas veces incluso se auto parodiaban, se dibujaban en las propias viñetas metiéndose amistosamente el uno con el otro, ¿no?

Montse Escobar: Sí, sí, muchísima. Y además se lo reconocemos todos.

Toni Garrido: De hecho, en una hora estará con vosotros en ese homenaje, ¿verdad?

Montse Escobar: Sí, así es.

Carles Escobar: Una persona muy querida de nuestro padre y bien conocida por nosotros también.

Toni Garrido: ¿Y todos se llevaban bien? Hasta donde se pueda contar, porque es verdad que hemos conocido la vida de Vázquez, un tipo genial, pero con una vida personal muy intensa, o de Peñarroya o de Cifré… Es decir, ¿todos ellos se llevaban bien?

Montse Escobar: Sí, porque cada cual tenía su carácter, pero eso no influía en su amistad. Eso era otra cosa.

Toni Garrido: Qué respuesta más políticamente correcta acaba de dar Montse. «Así no tengo yo líos con nadie, no digo nada, cada uno tenía su carácter, y así evito líos».

Carles Escobar: (Risas.) Pero era una realidad, sí, sí, sí. Por una vez estoy de acuerdo con mi hermana.

Toni Garrido: Zipi y Zape han tenido mucha vida en estos últimos veinticinco años, y no solamente las viñetas de esos tebeos que siguen en miles y miles y miles de casas españolas, sino que ha habido varias versiones en televisión y películas inspiradas en Zipi y Zape que han funcionado fenomenal en taquilla: Zipi y Zape y el club de la clínica y Zipi y Zape y la isla del capitán. Montse, Carles, ¿qué le que le hubieran parecido estas películas a vuestro padre?

Carles Escobar: Vamos a ver, estas películas… Entendemos, y mi hermana ya me rectificará si tiene otra visión, pero estas películas, consideradas aisladamente del entorno, podían ser calificadas como como magníficas, estupendas, fantásticas, muy bien. Lo que ocurre es que estas películas estaban fuera del entorno de los hermanos Zipi y Zape de las historietas. Eran otra cosa. Eran estupendas, pero no reflejaban las vivencias Zipi y Zape de los tebeos.

Toni Garrido: O sea, bien como películas, pero «inspiradas».

Carles Escobar: Sí, el nombre.

Montse Escobar: Estoy de acuerdo.

Nacho Carretero: Tengo otra duda similar a la de Protasio. Había otra aventura de Escobar que era un perro llamado Toby. ¿Esto es así o me lo estoy inventando?

Carles Escobar: Sí, existía.

Nacho Carretero: Existía, ¿verdad? Toby. ¿Nadie más se acuerda aquí de Toby?

Toni Garrido: Hum… No.

Tom Kallene: Todo esto me hace pensar en imaginar… Siempre es fascinante imaginar cómo serán los dibujos en los tebeos, estos que son de infantes o niños. Cómo serían como adultos en la vida, cómo será su trabajo, cómo sería su vida familiar, qué harían como adultos…

Nacho Carretero: Estás proponiendo una idea, ¿no?

Tom Kallene: Sí. ¿Cómo serían como adultos?

Carles Escobar: ¿La idea es imaginarse a Zipi y Zape adultos?

Tom Kallene: Sí.

Carles Escobar: Impensable.

Gonzo: Uno, ingeniero industrial y el otro, profesor de dibujo.

Montse Escobar: (Risas.) Seguramente ¿Y por qué no?

Toni Garrido: Montse Escobar, Carles Escobar, hoy se inaugura en Barcelona una exposición con objetos, ilustraciones inéditas que pertenecen a vuestra colección familiar como parte de las conmemoraciones del vigesimoquinto aniversario de la muerte de vuestro padre, del gran Escobar. Montse, Carles, muchísimas gracias por acompañarnos esta mañana y por hacernos recordar los buenos viejos tiempos.

Carles y Montse Escobar: Gracias a vosotros.

Toni Garrido: Un verdadero placer. Zipi y Zape para los lectores del siglo XXI sigue teniendo muchísima vigencia.