viernes, 31 de julio de 2020

Mortadelo con todas las letras: el caso del rótulo



«La forma de dibujar las títulos de Mortadelo y Filemón ha evolucionado siguiendo los estilos de cada época durante más de sesenta años. La trayectoria de todos estos rótulos nos despierta una pregunta: ¿han compartido algún rasgo común?»

miércoles, 29 de julio de 2020

Los clientes no tienen la razón en 'Maldito comandero'


Cada profesión tiene sus lugares comunes, las situaciones típicas en las que se han encontrado casi todos los trabajadores de un sector aunque pertenezcan a empresas diferentes. Es muy habitual poder leer sobre la realidad laboral de los autores de cómics gracias a sus trabajos autobiográficos, pero no es tan común leer anécdotas costumbristas sobre otras profesiones. Dentro de este ámbito, Maldito comandero destaca como un recopilatorio de las viñetas digitales en las que su autora, Danavandala, refleja el día a día de la camarera de un restaurante.

Estas 50 anécdotas o situaciones, con un tierno dibujo esquemático de líneas rojas sobre la plantilla de un libro de comandas, están contadas con un sentido del humor que me llama mucho la atención. No leo amargura por pertenecer al sector de la hostelería, no hay lamentos de no poder trabajar como ilustradora, no hay una intención de crear lástima en los lectores. Si acaso, hasta veo un tono más burlón cuando habla de sí misma en el restaurante que de los clientes.

Este tono amable ayuda a que cale un mensaje de empatía hacia los trabajadores de cara al público, que suele ser la parte más débil dentro de las empresas. Los feos que hacen los clientes en este comandero vienen casi siempre por no ponerse en el lugar de la otra persona, por pensar solo en sí mismos y en sus propias necesidades. Los clientes no tenemos la razón siempre, y estas 50 páginas son un ejemplo de los errores que podemos cometer como consumidores.

No puedo hablar del precio como uno de los argumentos de compra, pero es el único problema que le puedo encontrar a una pequeña joya como esta. Mi recomendación es que este tomito puede ser un regalo perfecto para ese amigo que trabaja de cara al público, no solo en hostelería... o para alguien que necesite cambiar su actitud.