Primera edición 2012
320 páginas a color - 19 €
La recopilación de los álbumes de este tomo me parece la más interesante del conjunto de los Super Humor de Ediciones B o Bruguera. En todo este tipo de recopilatorios reina el caos y el descontrol, el juntar historias preocupándose más por el número de páginas que por la temática o el orden de publicación original (lo que sería algo mínimamente lógico). Y a pesar de esta desorganización tan evidente, de que falten aquí cómics que fueron incluidos en los números anteriores o los siguientes, de que incluso estos tebeos estén desordenados, este tomo tiene una evolución interna que me ha sorprendido por lo inesperado y por lo bien llevado.
Un breve resumen del contenido: En Los cerditos de Campodrón Superlópez viaja hasta este pueblecito gerundense para investigar un virus que pretende recuperar Chico para cometer delitos con él. En Periplo Búlgaro perseguirá a Luisa y Jaime por Bulgaria para recuperar el antídoto de un veneno que ha tomado el jefe de su oficina. La banda del dragón despeinado es un grupo mafioso que chantajea al mismo jefe para que no firme un contrato con una empresa japonesa. Más tarde, Juan, Luisa y Jaime pasarán unas vacaciones terroríficas en el Hotel Pánico, un lugar que esconde muchos sustos y secretos. Por último, Superlópez acompañará a Chico y Martha a Grenoble para luchar contra el tráfico de drogas durante una convención de tebeos en Un camello subió a un tranvía en Grenoble.
Entiendo que estos resúmenes son muy aburridos de leer, por lo que voy a dejar en una frase el párrafo anterior: son cómics turísticos. Todos ellos están documentados fotográficamente y los personajes se comportan descaradamente como turistas mostrando los tópicos de cada lugar en el que se encuentran. Les veo algunos defectos (la alargada persecución en coche de Los cerditos o lo repetitivo del prueba y error episódico en Periplo Búlgaro), pero no creo en absoluto que por ambientarse en una ciudad que no sea Barcelona estos álbumes sean inferiores a los anteriores de la colección. El humor y la aventura siguen ahí.
Esa es mi opinión, pero no la de Agustín Oliver, que escribiría en el Krazy Comics #14 (1990) tres páginas para comentar el desarrollo general de la serie desde su punto de vista. Por resumir su texto, las virtudes de la serie eran obra exclusiva de Efepé y su parodia del género superheróico. Con su salida la serie cayó en picado aunque apareciesen todavía algunos pocos álbumes excepcionales. ¿Cómo define Agustín al Superlópez de Jan? Lo divide entre lo “soso y lo lamentable” por no parodiar a los cómics de superhéroes, pero destaca con sorna la capacidad de Jan para dibujar “catálogos turísticos”.
Ya ha pasado mucho tiempo como para responder a Agustín Oliver, pero me parece bastante evidente que es una crítica simplona y que se equivocaba al valorar la calidad de un tebeo exclusivamente en función de las risas. Jan estaba en una buena época en lo gráfico, lo puede ver cualquiera, y además era de los pocos dibujantes de las revistas de Ediciones B que se esforzaba por innovar y desarrollar nuevos tipos de historias en cada cómic. Otros autores, incluso ahora mismo, siguen repitiendo los mismos gags y estructuras de los años 70 mientras que Jan aportaba y aporta en cada entrega un mensaje diferente narrado de una manera original.
Y llego por fin a lo que quería explicar en el primer párrafo: apenas unos meses después Jan dio la réplica a esta crítica en Un camello subió a un tranvía en Grenoble, el cierre de este recopilatorio. No sólo se cachondeó del crítico en las primeras páginas del álbum sino que dio el do de pecho con una historia espectacular en el que insistió en los puntos que más le criticaban. Se trata además de una historia con numerosas referencias al mundo del cómic (personajes españoles, franceses, mangas…) o a los entresijos de su editorial. Incluso lo voy a destacar en el aspecto culebronesco por recuperar personajes olvidados o emparejar a dos secundarios regulares. Una gozada.
Como digo, este tomo tiene la peculiaridad de contener una historia cerrada, tanto en el plano creativo (comienzo y final de los álbumes turísticos) como por presentar y redimir al personaje de Chico. Se trata de los cómics menos recordados de Superlópez… y yo, que los acabo de descubrir ahora, no entiendo por qué.
3 comentarios:
Mira, éste fue el primer Super Humor de Superlópez que tuve. Creo que estaba todavía en el colegio.
No sabía eso de "de lo soso a lo lamentable", pero he reconocido inmediatamente la expresión. Por supuesto, la que la usa en el tebeo tenía que ser Luisa, la criticona por excelencia.
tierra616 dijo...
Los Cabecicubos.
La caja de Pandora.
La Semana más larga.
Obras maestras. Ni sosas, ni lamentables: divertidisimas a más no poder, hace veinticinco años que las leí y todavía me río cuando me acuerdo de algunos gags, como aquel de "¡¡Béjame Basaaaaar!!" de La caja de Pandora, o al señor Moñez/Núñez echándose a llotrar cuando ve a rebosar de gente el Meu Camp y le dicen que ni una persona ha pasado por taquilla... La monda.
Que grande SuperLópez..Tengo un tomo firmado por el autor y todo..
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