Mostrando entradas con la etiqueta EDT. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta EDT. Mostrar todas las entradas

jueves, 8 de febrero de 2018

Los mercenarios (Carrillo)

EDT, tomo cartoné 264 págs.
Blanco y negro, 15 €

Me llama la atención que Carrillo recuerde estas historietas como un tebeo ligero de aventuras. En realidad estoy de acuerdo en que en el fondo lo es, pero hay algo más que podría darle una lectura más compleja. La acción transcurre en Batavia, Indonesia, antes de la Segunda Guerra Mundial. La empresa mercante Ruysdaal, de origen holandés, recibe tantos ataques piratas que la hija de su presidente, Guillermina Van Deer, toma la decisión de contratar mercenarios para que les protejan. De este modo, un ejército a sueldo de hongkoneses liderados por el americano Tom Rowe y el espía japonés Tuang-Fu deben involucrarse en diferentes misiones y aventuras que van poniéndoles a prueba.

Digo que le veo el intento de dar una lectura más compleja porque los protagonistas de este cómic son lo que dice el mismo título: mercenarios. Pistoleros a sueldo a las órdenes de intereses privados. Al propio Tom Rowe sólo le interesa el dinero, y ni él ni sus hombres tienen problemas morales a la hora de matar o dejar morir a quienes se les enfrenten. O al menos, así es al principio de la colección. Con el paso de los capítulos, los personajes se suavizan (¿o se matizan?), y poco a poco se ven más las costuras de aventurilla pulp, con planes demasiado elaborados para matar al héroe y réplicas ingeniosas siempre a punto.

El paso del tiempo ha perjudicado a estos guiones, tanto en lo social (aunque ayuda que no quede claro si el racismo y machismo son un reflejo de la época en la que se ambientan o de cuando fueron producidas) como en los peligros y las propias aventuras, pero no en un dibujo que sigue siendo espectacular, y cuya mayor virtud creo que es la creación de ambientes. Mi debilidad particular, el capítulo que veo más redondo, es el que juega con "hacer fintas", fingir debilidad para poder dar un ataque definitivo al contrario. Primero Tuang-Fu explica el truco jugando al ajedrez. A continuación, como una coincidencia, la estrategia es repetida por el barón Alí-Far primero y Tom Rowe a continuación en un par de batallas navales. Ese capítulo me parece prácticamente perfecto.

lunes, 7 de octubre de 2013

Hitler: La Novela Gráfica, de Shigeru Mizuki

288 páginas, 15 €
Blanco y negro, tapa dura

Adolf Hitler es el mayor villano de la historia y del mundo de la ficción. En él y la esvástica de su partido se concentra la máxima expresión de maldad que podemos imaginar. Es difícil pensar en él como un ser humano más, como alguien que también tuvo infancia y adolescencia, como alguien que tuvo que sobrellevar la rutina y otros pequeños detalles diarios. Nos lo han convertido en una exageración perversa del racismo, el odio, la violencia, la intransigencia... y no podemos verlo de otra forma. Por eso es interesante acercarse a Hitler a través de una biografía, para intentar comprender cómo una persona cualquiera pudo llegar a crear tanta muerte y tanto caos en Europa.

Shigueru Mizuki dibujó en 1971 esta historia de 17 capítulos en la que recorre la vida del dictador desde sus comienzos como pintor de paisajes sin éxito, indigente, soldado y miembro del partido nazi, hasta su muerte durante la Segunda Guerra Mundial, que ocupa los últimos cuatro capítulos. A lo largo del cómic se muestra principalmente su manejo de las intrigas políticas aunque también se enseñan algunos detalles sobre su vida personal y sentimental.

Este cómic es simple, en parte como algo bueno pero especialmente lo señalo como su gran error. La sencillez del dibujo es muy agradable, hace que el cómic tenga un aspecto legible y las caricaturas de los personajes, resueltas en pocas líneas, son inmediatamente reconocibles a lo largo de todo el tomo. La pena es que el guión no le da ninguna importancia a los secundarios. El dibujo los hace reconocibles pero el guión los convierte en intercambiables, en breves apariciones con las que Hitler tiene quien le escuche. Incluso el propio protagonista está reducido a una caricatura en sus motivaciones e ideología. Su personalidad se muestra mediante pinceladas aisladas en vez de a partir del desarrollo y la profundización.

La manera de contar la historia es también simple: se desarrolla principalmente mediante diálogos de bustos parlantes y cuadros de texto. Los personajes no pueden interactuar con el decorado porque sólo está pintado al fondo y sus actuaciones se centran únicamente en los gestos de la cara. No sólo me parece simple sino que a veces incluso creo que hay torpeza, como en las viñetas que solamente contienen texto o en ese primer capítulo que después no vuelve a mencionarse en el resto del tomo. Le falta también sutileza: los textos demasiadas veces subrayan lo que se entiende como obvio, y por otra parte los pocos y aislados chistes escatológicos que aparecen para aligerar la trama son demasiado sencillitos y sin ingenio.

Posiblemente el gran defecto de este cómic es el poco riesgo que conlleva. Mizuki se aparta de la polémica y se mueve dentro de la aburrida corrección. El dibujante no se moja, no juzga a Hitler ni como héroe ni como villano, o peor aún, ni siquiera como una mezcla de ambas. Hitler aquí es una caricatura tristona sedienta de poder, pero las consecuencias de sus decisiones, los muertos por las guerras o los campos de concentración, no tienen la importancia que deberían. Es una biografía en muchos aspectos aséptica, demasiado educada.

Creo que Hitler: la Novela Gráfica no consigue acertar. A pesar de su extensión y su documentación podría ser mucho más didáctico como relato histórico, podría ser mucho más dramático como biografía y mucho más entretenido como cómic. Puede ser interesante como primer contacto con la vida de Hitler, pero no me parece que este cómic aporte algo que no se encuentre mejor contado en los libros o películas sobre la misma figura.

jueves, 8 de marzo de 2012

Los españoles de "1001 cómics que hay que leer antes de morir"

Hace poco se ha puesto a la venta en España 1001 cómics que hay que leer antes de morir, la traducción de un libro originalmente publicado en Reino Unido y coordinado por Paul Gravett. La pregunta es “¿qué cómics españoles se consideran imprescindibles a nivel mundial?”

Entre los reseñadores se encuentra Alfons Moliné, que ha hecho algunos comentarios sobre la representación peninsular en él. En su momento propuso una docena de clásicos a Gravett (“El Capitán Trueno, Carpanta, Dr. Niebla, Anacleto, Topolino, Pumby, Superlópez...”) de entre los cuáles se eligieron sólo tres, Cuto, la familia Ulises y Mortadelo. El resto, los cómics post-1970, fueron elegidos por el resto de reseñadores del libro, por lo que lógicamente favorecieron las obras traducidas al inglés.


Comenta también que el libro contiene numerosos errores de traducción que cualquiera puede comprobar, tanto dentro de las reseñas (se traduce literalmente “theatrical features” como “presentaciones teatrales” en vez de “largometrajes para cine”) como en los títulos: Vigilantes en vez de Watchmen, El gato loco en vez de Krazy Kat, Chuchos en vez de Mutts… Parece muy probable que no contaron con alguien que supiese del tema.

Por último, Paul Gravett se ha lamentado de que esta edición no se haya adaptado a nuestro país añadiendo más tebeos españoles.

Los cómics con autores nacionales, 20 en total, son los siguientes:

Cuto (1935)
Autor: Jesús Blasco
Género: acción y aventura
Cuto es un niño que vive aventuras policiacas y de espionaje. Está considerado como un "Tintín español".
Una de las ediciones más recientes es de Colectivo 9º Arte.


La familia Ulises (1945)
Autores: Joaquim Buigas, Marino Benejam
Género: parodia y sátira
Anécdotas de una familia española de la postguerra centradas especialmente en el torpón bienintencionado del padre.
Editado actualmente por Ediciones B.