lunes, 7 de octubre de 2019

El discurso de Grant Morrison en DisinfoCon (parte 4 de 6)

Viene de El discurso de Grant Morrison en DisinfoCon (parte 3 de 6)

Después de hacer este cómic [Los Invisibles] durante seis años, después de pensar en este asunto durante seis años, después de probar que funciona durante seis años, me quedé con esta idea: nos han engañado, nos hemos engañado a nosotros mismos y continuamos engañándonos. Como dijo Doug [Rushkoff], no existe un «nosotros» ni un «ellos», sólo estamos nosotros. De algún modo estamos intentando que esta cosa funcione. Y funciona.

Digamos, por ejemplo... La mayoría de nosotros somos más que nada gente de contracultura. Ya sabéis, nos gustan nuestras drogas, nos gusta esto y aquello, nos gusta romper unas pocas normas, pero no nos gusta la policía, por lo general. ¿A quién de aquí le gusta la policía? Que levante la mano. ¡Bien, uno! Porque os voy a enseñar a que os guste la policía.

Batman habla con el comisario Gordon en Batman #665 (2007).

¿Por qué odiamos a la policía? Si queremos cambiar las cosas... Todos los de aquí, vamos al local precintado a unirnos. ¿Vamos a hacerlo? ¿Quien va a venir conmigo? Porque yo no voy a hacerlo. [Risas del público.] ¿Y por qué? ¿Por qué no vamos a hacerlo? [Alguien del público grita: «¡Porque son estúpidos!»]

Eso es. Odiamos a los tíos que se han metido en esto. ¡Hemos elegido a los mayores zoquetes de la sociedad para protegernos de los cabrones de la isla Rikers! ¡Porque tenemos miedo de ellos! Ya sabéis, tenemos miedo de ellos. Somos liberales libertarios de clase media a los que les acojona ser violados en la cárcel. [Risas del público.] Por eso creamos a la policía. Tenemos a estos zoquetes que obedecen lo que les digamos que hagan. Nos obedecen de verdad, estos cabrones harán lo que les digamos. Les decimos: «Protégenos de los cabrones de verdad, de los moteros y de los negros y de todos esos tíos horribles que van a jodernos, a matarnos y a robar nuestras cosas».

Ponemos a la policía ahí, ¿de acuerdo? Nosotros les ponemos ahí. No queremos ir ahí porque somos gente lista, somos gente guay. No queremos ir y pegar a nadie. No queremos ir y hacer cumplir la ley porque no creemos realmente en ella, pero sabemos que algún pobre desgraciado tiene que hacerla cumplir. ¿Por qué odiamos a estos tíos cuando les ponemos ahí? ¿Qué pasa ahí? ¿Por qué nos odiamos a nosotros mismos por crear esta sociedad?

¿Por qué hay mucha gente en Estados Unidos obsesionada con Marilyn Manson, cadáveres, gente muerta, tristeza, John Wayne Gacy13... John Wayne Gacy es un puto capullo. [Aplausos del público] Ya sabéis, mató a unas personas y dibujó unos cuadros de mierda. ¿Qué es eso? ¿Por qué deberíamos sentirnos implicados con eso? ¿Y se ha convertido en qué, cultura apocalíptica? ¿A dónde vamos desde ahí que no sea eso? ¿A dónde vamos que no sea jugar con nuestra propia porquería? [Echa un trago.]

La Nobleza en Multiversity #1 (2014) representa las ideas destructivas que puede transmitir la ficción.

La respuesta... volver a lo individual.

Si lo individual no funciona, si Patrick McGoohan se equivocaba, si Número 6 se equivocaba gritando en la playa «¡No soy un número, soy un hombre libre!», ¿qué nos queda? Porque últimamente el tío que no es un número y no es un hombre libre experimenta neurosis, es lo más lejos que se va por ese camino. Estoy seguro de que aquí hay un puñado de personas como yo que con el tiempo... Has encontrado tu camino a través de estas cosas, has leído los libros, has hecho esa mierda, has tomado las drogas, has estado ahí, lo has visto... Hemos experimentado la iluminación en pequeñas dosis. Sabéis que está ahí, sabéis que es verdad. El consenso no explica nuestras vidas. ¿Pero qué lo hace? [Echa un trago.] Imaginad libraros de lo individual. Imaginad libraros de ese andamio. ¿Qué nos queda? Aquí está lo que estoy a punto de ofrecer.

Bestia descubre que hay un interruptor genético en la raza homo sapiens que hará que sea sustituida por la raza mutante de manera natural, en New X-Men #116 (2001).

Cuanto más lo investigaba, más empezaba a ver que tenemos a estos mutantes viviendo entre nosotros, ahora mismo. La gente del siglo XXI, de finales del siglo XXI, está aquí, pero no hay contexto para ellos. Del mismo modo que, ya sabéis, si vivieses en Tunguska hace dos siglos, y fueses epiléptico, serías un chamán. Había un contexto para ti. Es esta sociedad, eres un epiléptico. Es bastante sencillo. Es una enfermedad y nada de lo que digas tiene algún valor porque se considera una patología. Si, por el otro lado, miráis a estas personas, que son mutantes, ¿cómo los llamáis? Desorden de personalidad múltiple.

Esto es lo que reside más allá de la personalidad. Esto es lo que reside más allá del «yo», gilipolleces. Porque si llevas el «yo» hasta el límite (como he dicho, estoy seguro de que muchos de nosotros lo hemos hecho) se convierte en... Todo lo que ocurre es que el «yo» pregunta al «yo».  Interminablemente, repetitivamente. «¿Lo estoy haciendo bien? ¿Esta es la manera correcta? ¿Debería pensar sobre estas personas así? ¿Debería acercarme a ellos de esta manera? ¿Debería involucrarles así?». El «yo» pregunta al «yo», interminablemente, y llega a un pico. No va a ninguna parte. A una escala nacional, lo mismo. El «yo» pregunta al «yo», el «yo» se encuentra con el «otro», fronteras iguales, guerra, destrucción... Se dirige hacia allí, allí acaba. Esa cosa acaba en desastre. Acaba en neurosis a nivel personal y acaba en guerra a nivel nacional.

Crazy Jane de la Patrulla Condenada tiene múltiples personalidades, cada una con un superpoder diferente. Doom Patrol Vol. 2 #63 (1993).

Así que empecé a pensar: «¿Con qué lo podemos reemplazar?». Y estaba mirando a estos pobres cabrones del DPM y me di cuenta de que simplemente no tienen contexto. ¿Qué pasaría si decidiésemos abandonar la personalidad y reemplazarla con un complejo de personalidad múltiple? Porque como todos sabemos... Todos los que estamos aquí, estoy seguro... Quiero decir, siento como si pudiese decir esto a ciertos seres humanos: a veces haces cosas que no quieres hacer. A veces haces cosas que son contradictorias con lo que piensas. A veces te jodes a ti mismo. ¿Por qué? Porque no hay una sola persona dentro, hay cientos. Y si empiezas a darles nombres y empiezas a barajarlas, si empiezas a jugar con ellas, te vuelves un ser humano mayor porque no te permitirás terminar en tus límites.

Imaginad la personalidad como... Vamos a elegir Windows, incluso aunque sea polémico. Imaginad la personalidad como Windows. En lugar de la personalidad... Hay mucha gente, estoy seguro de que los habéis conocido. Hablas con ellos, y ellos dicen: «No, esta es mi forma de ser. He trabajado mucho en esto. Este soy yo. Esto es importante. Esto es en lo que me he convertido y esta es la forma en la que me he hecho a mí mismo». Qué gilipollez. Es una trampa. No se van a ningún sitio, están atrapados ahí. ¿Qué pasaría si a la misma gente le diesen después Personalidad 2000? [Risas del público.] ¿Qué es una actualización y qué un accesorio? Aquí hay una parte de tu personalidad a la que le gusta el hip hop. Aquí hay una parte de tu personalidad a la que le gusta el ballet. Porque las tenemos. Y tenemos al amante, tenemos al asesino en serie dentro, tenemos al maravilloso cabrón new age... Tenemos lo que queramos. Tenemos a James Bond ahí, tenemos a Pussy Gallore ahí, todos están ahí.

Las actualizaciones de la personalidad del Joker es una propuesta que hizo Grant Morrison en Batman #663 (2007)

Así que lo que sugiero es que empecemos a trabajar desde ahí. Abandonar la personalidad, abandonar el individuo, abandonar el «yo» porque es una mentira y nos retiene. Ha sido un peso alrededor de nuestros cuellos. Fue útil los últimos dos mil años de historia porque creó esto del caos que era. Esto es más coherente, más útil, tiene más significado. Tiene sus problemas. Todo lo tiene, cada sistema los tiene, pero estamos mejorando.

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13 John Wayne Gacy (1942-1994) fue un asesino en serie estadounidense que trabajaba como payaso en fiestas infantiles. Se dedicó a la pintura durante los catorce años que estuvo en la cárcel antes de ser condenado a muerte. El director de cine John Waters y varios músicos de punk y metal compraron algunos de sus cuadros.

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