viernes, 29 de mayo de 2015

Los leones de Bagdag (Brian K. Vaughan, Niko Henrichon)


Tenía con Vaughan el problema de que Y: El Último Hombre me parece un cómic magnífico, pero el resto de lo que he leído de él (Saga y The Private Eye) me parecía flojo. Los Leones de Bagdag toma un suceso real (la liberación de los leones del zoológico de esta ciudad durante la Guerra de Irak) para desarrollar una interesante fábula sobre la libertad y criticar la invasión de EEUU. Vaughan pone a Maus como referencia de este cómic, pero es evidente que el resultado es mucho más ligero, con muchos paisajes y escenas de acción. Creo que habría mejorado si fuese una lectura más densa o extrema, pero es un cómic que se dirige a un público generalista, por lo que era difícil hacer una denuncia más clara contra la política de George Bush.

4 comentarios:

Nonchalant Debonair dijo...

Y: El Último Hombre es, sin duda, mi obra favorita de Vaughan a pesar de la dibujante. Los Leones de Bagdag es, sin embargo, un trabajo por el que nunca he sentido curiosidad. No me atrae la premisa y me temo lo que puede dar de sí. Debo decir, por el contrario, que The Private Eye sí me parece un tebeo inteligentísimo y brillantemente puesto en escena por su dibujante, y que Saga me parece uno de los mejores y más sutiles cómics que hay ahora mismo en las librerías. Este último, especialmente, merece una atención más detenida, me atrevo a sugerir. Además, se agradece el que los autores se planteen expresamente el que nunca vaya a ser adaptado ni a la pequeña ni a la gran pantalla. Qué hartazgo.

Peúbe dijo...

Sé que con estos cómics soy una excepción. A Private Eye le veo el problema de que no me parece muy original y que no aprovecha la premisa. En Y: El Último Hombre veías muchas de las consecuencias de un mundo sin hombres, sutiles y obvias, y jugaba bien con ellas, encontrabas paralelismos con nuestra realidad. En Private Eye la desaparición de internet no me parece a mí igual de aprovechado. Todo queda en los disfraces. No vemos las consecuencias de estas identidades secretas en el trabajo diario, los científicos, la política... Todo se reduce a lo poco que ve el protagonista. Es decir, que se queda en el género del thriller.

Con Saga, el único problema es que el primer tomo la provocación sexual y de vísceras no me pareció que aportase a la trama. Estaba más para impresionar al lector que porque surgiese de la historia. En ese aspecto me pareció torpe y obvio, y me dejó de llamar la atención. No sé si mejora en los siguientes tomos.

Nonchalant Debonair dijo...

Vaughan nunca le saca provecho a las premisas como los lectores esperamos. Al fin y al cabo es un guionista de cómic y televisión mainstream, con lo de carga comercial que lleva eso. Lo que no quiere decir que sus obras no sean ni inteligentes ni interesantes. Ex-Machina, probablemente, sería el ejemplo paradigmático. Y es que me parece que donde Vaughan es más fuerte es en la creación de personajes. Sus tramas siempre son una excusa para mostrarnos un fresco de caracteres con personalidades bien definidas que crecen y evolucionan ante nuestros ojos a la par que se desarrolla la historia.

Nunca me había fijado en la componente sexual y escatológica de Saga hasta que lo has mencionado. Me parecía parte de la trama sin más. Y es que creo que es una obra tan humana (qué paradójico), que no sólo no evita esos aspectos, sino que los integra como parte de nuestra naturaleza. De todos modos es probable que estén ahí con toda intención gamberra, como añadido extra que impida que Saga pueda ser adaptado a la pantalla. Para mí, en sus cuatro tomos hasta ahora, es una historia que no ha hecho sino crecer. Y, una vez más, es debido al carisma y la fuerza de sus personajes.

Peúbe dijo...

Por si acaso, no creo que no aprovechar la premisa lo haga menos inteligente o interesante. Siempre se trata de casos concretos. En una historia concreta, quedarse sólo en la superficie podría funcionar mucho mejor que profundizar. Pero sí creo que en Y: El Último Hombre se aprovecha la premisa: la familia, el amor, la religión, las drogas, el ejército, la política, el arte (cómics, teatro)... En casi todos estos temas Vaughan aprovecha para señalar la falta de paridad en los ámbitos de poder. Al menos, es mi impresión.

Sobre sexo y carnaza, no quiero parecer melindroso. Sólo creo que en Saga queda forzado. Cojo como ejemplo los cómics de Robin Wood: en ellos también hay sexo y violencia, mucho más provocadores que en Saga, pero están justificados por la trama. Por ejemplo, la presentación del Príncipe Robot IV consiste en verle en la cama con su mujer. No se aprovecha esa situación, me parece que ese gatillazo se podría haber contado de cualquier otra manera, pero se ha elegido sólo esta para intentar escandalizar. Por ejemplo, el gatillazo de Dreiberg en Watchmen. No es tan explícito, pero es mucho más complejo, está contando mucho más, y sabes que esa escena sólo se podría haber contado así: en el sofá, con una televisión de fondo.

De todos modos, es sólo mi opinión personal. No creo que sea un mal cómic, pero no me interesa.

Como poco, le doy el mérito a Los Leones de Bagdag de conseguir que Ex-Machina ahora me llame la atención. Ya contaré qué me parece.