Me vienen a la cabeza poquísimas colecciones de cómics españoles que se hayan creado en los últimos años. Las colecciones se han vuelto algo underground y experimental en el mercado español, como si estuviesen alejadas de ese nuevo mainstream formado por novelas gráficas autocontenidas. Una de estas excepciones a la norma general es 12 del Doce, un grupo de cómics desarrollado principalmente por Rafael Marín y Fritz (Ricardo Olivera) junto a otros dibujantes para conmemorar el segundo centenario de la Constitución de Cádiz.
La trama de estas historias publicadas por la Oficina del Bicentenario 1810-12 y Eventos de la Diputación de Cádiz se ambienta en la época que fue desde 1805 hasta 1814, desde la batalla de Trafalgar a la derogación de la Constitución por parte de Fernando VII. Cada número tiene un argumento independiente pero poco a poco se ven relaciones y cruces de personajes que prometen una conclusión más compleja en ese sentido (como si fuese el final de temporada de alguna serie de televisión). Por otro lado, cada tomo tiene un estilo también diferente no sólo en el estilo de dibujo (entre los ilustradores destacan especialmente Sergio Bleda y Paco Nájera) sino también en las maneras de narrar la historia. Hay tebeos exclusivamente cómicos, otros de romance, hay aventura, simples anécdotas, cómics tanto con texto como otros prácticamente mudos, etc.
Cada tomo tiene en total 32 páginas, de las cuales 20 son de cómic y el resto corresponden a introducciones de Rafa Marín y otros expertos tanto de cómic como de historia, un repaso histórico de cuatro páginas escrito por el historiador Joaquín Rodríguez y una página de tiras cómicas realizada por Mel.
Ante estos cómics hay dos reacciones posibles antes de leer nada. Por un lado, ese recelo que produce cualquier publicación educativa difundida por el gobierno tal o la institución cual. Por otro, la admiración que produce Rafael Marín, al que se podría considerar fácilmente uno de los mejores guionistas de cómic actuales (o directamente el mejor). Y gana este segundo prejuicio, porque sí, porque Rafael Marín escribe cómics educativos rigurosamente documentados, pero son de los que tratan con respeto al lector, de los que hablan de lo bueno y de lo malo, jugando con la complejidad de los propios hechos reales. Las historias inspiran idealismo, la fe en que un mundo mejor es posible, pero también están manchadas por un cinismo feroz que devuelve los pies a la tierra a cada poco.
Un detalle interesante es cómo Rafael Marín describe los hechos históricos, que refleja una forma bastante reciente de entender la historia. Si antiguamente esta materia consistía en describir las intrigas dentro de la Corte, las luchas de poder entre unos reyes y otros, el avance de unos territorios y el restroceso de sus enemigos, etc., aquí el argumento se centra en el pueblo llano y su vida diaria. Parece que desde hace algunos años los historiadores prefieren alejarse de las vidas de los privilegiados, narrar las costumbres populares y resaltar las desigualdades sociales.
Si no me equivoco casi todo el equipo que lleva adelante esta colección procede de Cádiz y me imagino que por ello quieren reflejar ante todo el ambiente gaditano, su gente, su arquitectura, sus costumbres… Es un detalle que me gusta mucho. Creo que hay que felicitar esa lucha contra esa mcdonalización que se ve en muchas películas y cómics que intentan abarcar un gran público sacrificando referentes culturales y geográficos.
Por último, otro de los aspectos interesantes de todo este proyecto es que se haya elegido el cómic como medio. Como dice el director artístico de la colección, Fritz, "es una gran oportunidad de conocer la historia con este lenguaje tan directo y popular. La colección va a interesar a un público muy amplio y no sólo el habitual que sigue el cómic". Es decir, el propio uso del cómic y no de otro recurso tiene como objetivo ayudar a difundir el contenido de una colección que es tan entretenida como educativa.
Falta sólo un número por publicar y parece que las ventas van estupendamente. Yo espero que esto se acabe reeditando a nivel nacional de alguna manera, pero mientras tanto se pueden leer las primeras diez entregas enla página web de la Diputación de Cádiz en pdf (en los que, por desgracia, no todos los textos de los bocadillos se leen igual de bien).
12 del Doce está formado por:
1. Trafalgar (Mateo Guerrero, Javi Montes)
2. Solano (Alberto Foche, Emilio José Domínguez
3. Con las bombas que tiran (Kalvellido, Olga Carmona, Francisco Asencio, Lola Garmont, Andi Rivas, Shirak)
4. Guerrilleros (Sergio Bleda)
5. Isla de León (Jesús Méndez, Lola Garmont)
6. Las Cuevas de María Moco (Antonio Romero, Lola Garmont)
7. Pinar de los franceses (Ángel Olivera)
8. Domingo de piñata (Fritz)
9. Tertulias y Cortes (Paco Nájera)
10. Viva la Pepa (Olga Carmona)
11. Moreno (Juan Luis Rincón, Lola Garmont)
12. El deseado (Aureo Lorenzo)
3 comentarios:
Gracias por la información. No conocía esta colección (quizá por ser tan localista). Es muy acertado que lo pongan en PDF también, para los no gaditanos. ¡Deberían aprender otros organismos públicos!
Aún no he leído ninguno, pero tienen muy buena pinta.
Por cierto, me ha parecido muy interesante tu observación "... ese nuevo mainstream formado por novelas gráficas autocontenidas...". ¡Que parece que ya el cómic sólo sea tapa dura y se venda en la fnac! Viva todo tipo de cómic :-)
Un saludo (creo que no te había dejado ningún comentario antes).
Gracias por el primer comentario entonces ;)
La novela gráfica parecía que iba a crear más variedad en el mercado, pero curiosamente ha restringido el tipo de cómic que se produce a nivel masivo. El autor español que ahora se sale de ese tomo gordo estándar parece que dibuja una rareza.
En ese sentido me gusta mucho el mercado británico. Si vas a una librería de cómics te encuentras un montón de libros, revistas, revistillas, fanzines y zines cubriendo toda temática. Tapa blanda, dura y cosas extravagantes si se tercia (tipo desplegables, celofanes y esas cosas).
¡Segundo comentario! :D
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