"Me lo contó hace mucho, mucho tiempo un hombre lobo errante"
El protagonista de esta anécdota, Marv Wolfman, había comenzado en el mundo de los cómics editando fanzines durante en la década de los 60 (de hecho fue uno de los primeros en publicar a Stephen King), hasta que en 1968 entró en DC para escribir algunos números sueltos y relatos cortos de terror (Teen Titans, House of Mistery, Detective Comics…) Nada realmente interesante hasta que Wolfman y Len Wein decidieron hacer historia con el Teen Titans #20 (1969), en el que tendría lugar la primera aparición de un superhéroe negro en el universo DC, Jericho (tres años después del Pantera Negra de Marvel). Los dos jovencitos le presentaron la idea al editor Dick Giordano, que a su vez se lo comentó al dueño de DC, Irwin Donnefield. Todos quedaron encantados. De hecho, Donnefield insistió en alargar la trama a dos números.
La historia trata sobre un villano que manipula a una banda de adolescentes afroamericanos aprovechándose de su resentimiento para que ataquen a los blancos. Es entonces cuando Jericho aparece ante ellos para detenerlos y les recuerda las palabras de Martin Luther King en contra de la violencia. Al final se descubre que bajo la máscara de este héroe se encontraba el hermano de uno de los chavales de la banda.
Una de las páginas en las que se puede ver a Jericho. Aquí están el resto.
El encargado de dibujar las páginas fue Nick Cardy que, según cuentan Wolfman y Wein, hizo un trabajo espectacular. Desgraciadamente no contaban con que mientras las páginas eran entintadas, rotuladas y coloreadas Irwin Donnefield estaba dejando su puesto para ser sustituido por Carmine Infantino. Cuando Infantino leyó esta historia terminada se asustó al pensar que no sería fácil venderla en el sur de EEUU, por lo que decidió, justo una semana antes de llevar el número a la imprenta, que no iba a ser publicada. Sin embargo, la portada ya estaba impresa y en ella se veía bien grande el nombre de Jericho, por lo que el contenido tendría que ajustarse a ella.
Neal Adams, obediente a las órdenes de Infantino, se ofreció voluntariamente a reescribir y redibujar la historia para eliminar todo el contenido racial de un cómic que, en su opinión, “ofendía a los blancos del mismo modo que la gente de color había sido ofendida durante siglos”. Mientras que el argumento se transformó en una lucha contra invasores extraterrestres, a los negros de la portada se les tapó con un azul oscuro para ocultar su piel.
Wolfman y Wein rechazaron el resultado final, y los editores de DC empezaron a no darles tanto trabajo como antes. Tenían miedo de su “rebeldía”, ya no confiaban en ellos. Fue inevitable por tanto que Wein y Wolfman buscasen trabajo en las revistas de terror de Warren… y más tarde en Marvel, donde ambos pudieron demostrar por fin todo su talento.
Continúa en: Colleta se chiva a Stan Lee de la bronca que le ha echado Wolfman
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