Como guionista, Wolfman escribió primero unos pocos números para Tower of Shadows y Capitán Marvel, pero fue algo simplemente anecdótico. Pidió encargarse del Doctor Extraño en su nueva serie regular, pero en su lugar le ofrecieron Tomb of Dracula, algo que no le entusiasmó del todo. No era un fan de las historias de terror y nunca había visto una película de Drácula… pero al menos contaba con la ventaja de que nadie compararía su trabajo con alguna etapa anterior de Stan Lee y que tendría libertad para hacer y deshacer en una colección bastante outsider.
Una de las escenas icónicas de Tomb of Dracula, Drácula atrapado en una iglesia
como una mosca en una habitación... arruinada por el entintado de Coletta
Esta colección es, por si no ha quedado claro, el primer trabajo regular de Wolfman como guionista. Aquí es donde este escritor aprenderá mediante la prueba y el error todo lo que aplicará en sus siguientes guiones, tanto en Crisis en Tierras Infinitas, los Nuevos Titanes o el resto de sus cómics.
Lo primero que hizo Wolfman fue una relectura del libro de Stoker, con lo que se dio cuenta de que el protagonismo no recaía en el vampiro sino en sus cazadores. El libro se estructura alrededor de cartas, diarios y grabaciones de los perseguidores del vampiro, sin que en ningún momento se pudiese entrar en la mente de Drácula. Por ello, decidió reforzar el grupo de cazavampiros, añadiendo al grupo a Quincy Harker (el hijo de Jonathan y Mina Harker que nace en la última página de la novela) y a su hija Edith. Harker resulta ser una mezcla entre líder del grupo e inventor de las armas que utilizan, que por culpa de sus encuentros anteriores con Drácula debe llevar siempre gafas de Sol y utilizar una silla de ruedas.
Quincy Harker enseña cómo funcionan sus aparatos capturando a un señuelo
Después de un primer número con el equipo regular reunido (Wolfman, Colan y Palmer) el entintador fue sustituido durante cuatro números por otros profesionales. Vince Coletta volvió en un cómic que podría haber sido el último de Wolfman: cuando el guionista vio las páginas entintadas se dio cuenta de que en el acabado final Coletta se había dedicado a simplificar y borrar todas las figuras de fondo posibles. Después de enfrentarse con él por este asunto, Colleta fue a quejarse a Stan Lee por cómo le trataba el “nuevo”. Afortunadamente Wolfman conservaba fotocopias de esas páginas a lápiz, con lo que Stan Lee tuvo que dar la razón al guionista. Gracias a esto, Coletta nunca volvería a entintar esta colección.
En el TOD#10 Marv Wolfman volvió a las andadas al crear a otro héroe negro, pero esta vez apoyado por la editorial. Blade el cazavampiros había sido ideado por Wolfman unos años antes como protagonista de unas historias para Warren, pero había dejado aquella editorial antes de tener tiempo para poder escribirlas. Colan lo diseñó basándose en varios actores y deportistas afroamericanos (como por ejemplo, Jim Brown) y en ideas del guionista como la bandolera con estacas de madera y el que utilizase una chaqueta de cuero. Blade es, además de uno de los primeros superhéroes negros de Marvel, uno de los primeros “superhéroes” en llevar ropa de calle como uniforme habitual.
Primera aparición de Blade
Como pasa con cualquier tipo de adaptación al cine, las películas han difundido una imagen muy diferente de Blade. Se trata de un personaje de modales bruscos que se dedica a tocar la trompeta en un club de jazz por las noches. En su "identidad secreta", sin embargo, persigue a cualquier vampiro que se le ponga por delante hasta que por fin logre encontrar a Deacon Frost, que mordió a su madre en el mismo momento en el que ella le daba a luz. Por esa causa Blade consiguió desarrollar inmunidad a la mordedura del vampiro pero ninguna de sus debilidades, excepto cierta sensibilidad a la luz que reduce utilizando gafas de sol. Es interesante que a lo largo de la serie Blade recuerde a su madre pero nunca a su padre, lo que podría querer decir entre líneas que era una prostituta. Desgraciadamente, ese dato fue confirmado muchos años después quitándole el misterio que había a su alrededor.
En el primer número de Wolfman empezamos a ver "errores", contradicciones con los anteriores 6 números, como que Drácula conocía a Quincy Harker y a su perro, Santo, al doctor Mortte y a Blade, cuando hasta el momento se había mantenido que el Conde debió de morir “hace casi 100 años”. En otro momento veremos a Drácula utilizando el Proyetor, un complejo aparato electrónico que resucita a los muertos, cuando en el TOD #4 se sorprendía al contemplar el funcionamiento de unas simples linternas. Wolfman decidió dejar a un lado los argumentos de los números anteriores y empezar desde cero lo que él entendía que debía ser esta colección, centrándose en el desarrollo de personajes y en una narración adulta. Por otro lado, Wolfman no suprimió a Frank Drake (el protagonista de las anteriores entregas si nos olvidamos del Señor de los No Muertos) pero redujo su importancia para potenciar la figura de dos verdaderos antagonistas, Quincy y Drácula.
Drácula hace creer a la alta sociedad que el vampirismo es sólo una leyenda
Estamos todavía dentro del margen de números aceptables (o menos) de esta colección. Wolfman comete sus propios errores sobre los vampiros, tiene algunas incoherencias y no tiene claro aún hacia dónde quiere llevar la colección. Hasta dentro de unos pocos números Wolfman no caerá en la cuenta de cuál será el tema de la colección, y será entonces cuando todo empezará a moverse vertiginosamente.
Continúa en: Lucha a muerte contra el megalómano cerebro comunista
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