La historia es más o menos así: Vázquez tuvo una magnífica idea para crear más páginas en menos tiempo y con menos esfuerzo. Compró (a plazos, endeudándose :P ) una fotocopiadora y dibujó una gran cantidad de poses de personajes y escenarios variados. Su plan era realizar nuevas páginas fotocopiando, cortando y pegando estos dibujos. Pero no coló. Podéis leerlo aquí:
Y así acabó realmente la relación entre Vázquez y Bruguera, algunos años antes de 1977.
Una vez más, Vázquez fue un precursor. ¡Un precursor os digo! ¡Adenlantado a su tiempo! (Si no pongo enlaces a páginas de Bendis, o páginas de Kirkman riéndose de Bendis, es porque no las encuentro). No quiero imaginarme qué hubiese ocurrido si Vázquez hubiese conocido el photoshop.
Lo que ya no aparece en ese artículo, y por tanto puede ser fácilmente un rumor/leyenda, es que Bruguera no estaba de acuerdo y le propuso darle colaboradores para que dibujase más rápido, pero él no estaba de acuerdo. Se quedó sin dinero, no puedo pagar la fotocopiadora y pasó 5 días en la cárcel. El abogado de Bruguera se pasaba de vez en cuendo para intentar sacarle y Vázquez le hacía dibujitos en el cuaderno que le llevaba.
Si habéis leído Lo peor de Vázquez ya habréis visto cómo Vázquez insiste en su idea de automatizar la producción de historietas, escribiendo los guiones con un ordenador de chistes o con tarjetitas de lugares comunes, etc.
Tras el incidente de la fotocopiadora, Vázquez dejó Bruguera y no se le volvería a ver por ahí hasta la década de los 90, en Ediciones B.
Fuente: Factoría del Cómic.
3 comentarios:
que cabrón que era... xD
Recientemente, hablando con Jordi de Amaníaco, me contó una anécdota de Vázquez que me sorprendió muchísimo:
Estando en casa de Vázquez, éste y Jordi, durante toda la tarde y casi entrada la noche, sonó el teléfono, era la editorial de no sé qué periódico para recoger un mensajero la viñeta de Vázquez para el periódico de la mañana siguiente.
Jordi le dijo: "bueno te dejo para que la hagas". Pero Vázquez le dijo que no, que no se preocupara. Y siguieron charlando.
Al rato sonó el telefonillo del portal. Vázquez abrió al mensajero que momentos después entraba por la puerta de casa.
Ahora sí que despidió formalmente a Jordi.
"Coge algo de la nevera, una Coca Cola o una cerveza, si quieres" Es lo último que oyó Jordi a Vázquez decirle al mensajero.
Mientras, tomó una cuartilla en blanco y dibujo una viñeta, en un pis pás.
Al día siguiente, nada más salir de la boca del metro, Jordi corrió al primer quiosco para ver la viñeta.
Ahí estaba.
Y le gustó.
@VND: Bastante :P También era muy creativo, trabajador, emprendedor, con ojo para descubrir nuevos talentos, valiente en la toma de decisiones y cosas así... pero es que nos divertimos más con su gamberradas.
@SMITH: Grandísima anécdota. A ver si alguien escribe de una vez un libro que hable de su vida y no se olvide de todo este tipo de historias.
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