lunes, 21 de octubre de 2019

El discurso de Grant Morrison en DisinfoCon (y parte 6)

Viene de El discurso de Grant Morrison en DisinfoCon (parte 5 de 6)

¿Queremos cambiar las cosas o sólo estamos aquí sentados y hablando? [Pausa.] Nadie responde. ¿Se me oye? ¿Queremos cambiar las cosas? [El público responde que sí.] ¡Sí! Claro. Por eso estamos aquí, tío. ¡Por eso estamos aquí!

¿Así que qué vamos a hacer? Si queréis cambiar las cosas, lo primero que tenéis que cambiar es a vosotros mismos porque, si no os cambiáis a vosotros mismos, vais a encargaros del mundo como si fuese vosotros... y joderlo. Lo joderéis de verdad porque no entendéis vuestro lado oscuro. Si no entendéis vuestro lado raro y asqueroso... Si no entendéis que hay alguien dentro que mataría a vuestra madre si fuese necesario, si no podéis controlarlo, si no podéis subirlo a bordo y daros cuenta de que Charles Manson, yo y tú no somos muy diferentes, de que John Wayne Gacy, yo y tú no somos muy diferentes... excepto en que él lo hizo. Ya sabéis, están esos días en los que «Voy a matar a ese hijo de puta»... pero no lo hacemos.

La kriptonita negra saca la versión malvada de Superman a la luz en All Star Superman #4 (2006).

Pero está en nosotros, está ahí. Hay mucho rechazo, que no tenemos lado oscuro... Ya sabéis, los hippies y toda esa gente adorable de la rave que estaba en éxtasis intentaron fingir que no hay lado oscuro. Lo que sucedió es que acabaron jodidos por su propio lado oscuro [Risas del público]. Como siempre ocurre. Así que besemos a nuestros lados oscuros, jodamos a nuestros lados oscuros, bajémosles a donde pertenecen. [Risas del púbico.] Puede decirnos cosas. Ya sabes, eso es útil. [Echa un trago.]

Pero sobre todo convirtámonos en criaturas plejas. Complejas, superplejas... Seamos capaces de adoptar nuevos rasgos de personalidad, capaces de adoptar nuevas ideas, capaces de adaptarnos, capaces de extender nuestros límites en lo que anteriormente era el «territorio enemigo», hasta el punto en el que nos convirtamos en lo que una vez llamamos «nuestro enemigo»; que ellos sean nosotros y no haya distinción.

La Enfermedad de las Vacas Locas, o EEB [encefalopatía espongiforme bovina], o ECJ, Enfermedad de Creutzfeld-Jacob, es muy interesante. Está en los titulares, la gente está interesada en estas putas enfermedades del siglo XXI que nos van a borrar a todos, aparentemente. Es una enfermedad... Lo he estado estudiando porque parece una metáfora realmente buena. La ECJ es una enfermedad que ataca el cerebro y el sistema nervioso central y lo destruye totalmente. Completamente. Estás jodido. Vas a patinar por una rampa como una estúpida vaca. Te caerás al hormigón. No serás capaz de andar. Tu cerebro se volverá una esponja. Te comerán a bocados. ¿Sabéis que la ECJ actúa sin que el sistema inmune se dé cuenta? El sistema inmune no puede detectar la ECJ. Para cuando patinas por la rampa como una vaca, se acabó. De repente el sistema inmune dice: «Oh, mierda; tenemos un problema». Demasiado tarde, colega. [Risas del público.]

En Skull Kill Krew (1995) una pandilla de macarras se infecta con carne de skrulls que se habían transformado en vacas. La carne de hamburguesa les transmite una enfermedad terminal y unos superpoderes con los que intentarán matar a tantos skrulls como puedan antes de morir ellos mismos.

¿Así que qué ocurre si nos comportamos como el la EEB y la ECJ? ¿Y si colonizamos la cultura? ¿Y si damos algo que no se puede tragar? Es un poco como lo que Doug [Rushkoff] decía antes: entramos, nos quieren. Están desesperados por nosotros porque creen que conocemos esta mierda, que sabemos algo que ellos no saben. Estamos unidos, estamos conectados de alguna manera que ellos no. «Ellos», sea lo que sea «ellos». Estos pobres cabrones. [Risas del público.] Nos miran como: «Llevas una chaqueta de cuero, sabes algo», ¿sabes? [Risas del público.]

Pero es lo que piensan. Lo que yo pienso que realmente ha ocurrido aquí es que la cultura se ha vuelto más y más rara. En Gran Bretaña, Tony Blair está poniendo cámaras en cada esquina. Está hablando de poner cámaras en las casas de la gente. Se ha deshecho de los juicios con jurado. Es como una Gran Bretaña fascista, ¿sabes? Pero cuanto más hace esto, las cosas se vuelven más raras. Cuando más cámaras pongas, más gente empezará a comportarse como estrellas de cine. [Risas del público.] Cuanta más gente se comporte como estrellas de cine, más raras se volverán las cosas. [Risas del público.] ¡Y entonces, cuantas más cámaras pongan para ponernos a prueba... más raro se volverá! [Risas del público.]

En Marvel Boy #3 (2000) Grant Morrison señala el paralelismo entre el desarrollo de los virus y de las corporaciones capitalistas.

Así que dejemos que traigan las cámaras. ¡Sacaré toda la mierda para esos cabrones! [Risas del público.] Tengamos cámaras. Tengamos cámaras en todas partes y enseñémosles lo que podemos hacer. [Risas del público.] Estarán mirando como: «Tío, se están tirando a ese tío. Ojalá fuera yo». [Risas del público.]

Quieren entrar. Quieren entrar en esto. Así que, como dijo Doug [Rushkoff], invitémosles. Traigámoslos. Seamos como el prión enfermo y destruyamos al portador, y la ECJ. Entremos y démosles algo que no puedan digerir. Algo que no puedan procesar. Algo tan tóxico, tan peligroso, tan poderoso que se reproduzca y les destruya totalmente. Destruirles no, convertirles en nosotros, porque es lo que queremos. Queremos que todos molemos. No queremos entrar y pensar: «Ese tío de ahí me va a matar, ese tío me odia, ese tío tiene algún plan secreto jodido».

La Patrulla Condenada descubre un libro que se escribió para cambiar drásticamente el pensamiento de la humanidad, con ideas parásitas que se introducirían en la consciencia humana, en Doom Patrol #21 (1989).

¿No queremos simplemente hablar y olvidar todos los refunfuños? «Ey, estoy interesado en ti; ¿qué tienes que quieras contarme?». De eso va todo, ¿no? Nos comunicamos, nos conectamos, establecemos redes, hacemos que las cosas ocurran... Hay algunas personas en el mundo que no quieren hacerlo. Así que infectémosles. Infectémosles hasta el punto en que se conviertan en nosotros. Donde no haya nada más en el mundo que nosotros.

Y entonces algún niño llegará y lo joderá también. Eso será lo que necesitaremos en ese momento. [Aplausos del público.]

Con esto acabo, muchas gracias. [Aplausos del público.]

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