Desde hace unos días se están subastando las páginas originales de la portada que propuso Steranko para el primer número de Tower of Shadows en Marvel. Steranko no sólo diseñó una portada original y muy llamativa sino también un rótulo innovador que se unía a la logoforma (las logoformas fueron un invento de Steve Ditko, por cierto). Esta ilustración acabó apareciendo en Graphic Prince of Darkness, donde Steranko mostró cuál era su idea original:
Mirando la página de subastas, las siete páginas a partir de las cuáles se realizó la portada son:
Comparé un poco las dos imágenes y me di cuenta de que hay algunas diferencias entre la propuesta original y la que se publicaría en Graphic Prince of Darkness (con sólo negro y rojo). Me decidí a intentar colorearlo para ver mejor los cambios y se lo enseñé a Tony Robertson.
A Tony le gustó y decidió enseñárselo directamente a Steranko, que la ha corregido y le ha dado el color exacto que tenía en mente. Según sus propias palabras ésta es la primera vez que veía la portada compuesta porque en su momento sólo fue una idea visual. Steranko también ha recordado las justificaciones de Martin Goodman para rechazar esta portada: "¡Es demasiado escalofriante y excéntrica para la portada de un cómic!"
martes, 30 de octubre de 2012
lunes, 29 de octubre de 2012
Drácula, de Robin Wood y Alberto Salinas
"Robin Wood, no me cansaré de decirlo, es el mejor guionista en lengua castellana que hoy vive." Esto es lo que dice Rafa Marín en su blog, algo que casi parece una provocación, una frase exagerada para llamar la atención... y sin embargo no. No es una frase soltada en caliente y sin pensar, sino lo primero que me vino a la cabeza nada más terminar este cómic.
"Drácula" narra la biografía del Vlad el Empalador histórico, el rey de Valaquia que con el tiempo acabaría siendo el punto de partida de la leyenda del vampiro de Bram Stoker. Sin embargo, Wood no relaciona a estos dos personajes. Este cómic no es un prólogo a la novela de Stoker o a cualquier otra ficción similar. La conexión la pone el lector con este pensamiento: cualquier Drácula vampírico es un santo varón comparado con el que se describe en estas páginas.
No sé mucho sobre cómic, pero veo cosas aquí que me hacen pensar que el guionista tiene mucho más coco que la media. En lo más literal, sus diálogos son densos, atiborrados de palabras, pero sin embargo se leen con una agilidad tremenda. Son frases teatrales que parece que hay que declamar. Wood no busca el realismo, y tal vez por eso inspiran tanta fuerza en cada bocadillo. Aparte de eso,el guionista comprende que el cómic es un trabajo de dos y por eso se preocupa de que en las imágenes se narren de forma paralela detalles que los textos no deberían y de que Alberto Salinas se pueda lucir con un dibujo detallista y espectacular. Es una pena que la impresión de los dibujos (¿parece offset?) no deje disfrutar los detalles de la línea, pero imagino que hay motivos lógicos que explicarían este defecto.
El protagonista es un personaje complejo y misterioso, malvado e inteligente al mismo tiempo. La principal justificación de la maldad de Drácula es su nacionalismo, el amor por la tierra en la que nació. Me imagino que con eso Wood intenta producir empatía con los lectores, que por lo general sienten a la patria en sus venas, pero conmigo da en hueso y simplemente me parece un tarado irracional. Aparte de eso el personaje cautiva por ser el alumno aventajado de Maquiavelo, pragmático y frío, de los que piensan que sus fines justifican los medios más atroces. Drácula es completamente un HOMBRE. Tan pronto es una bomba sexual como se convierte en un amoroso padre de familia, puede ser un intelectual sin pasarse como también un musculoso guerrero sediento de sangre. Un héroe que ha tenido que luchar a muerte para conseguir sus objetivos antes de que un mundo cruel y lleno de enemigos le destruyese.
En este contexto tan exagerado los límites de la censura se traspasan continuamente. Leyendo este cómic uno se tiene que reír al pensar en el aspecto aniñado de los cómics "adultos" que se publican en EEUU bajo el sello Vertigo y similares. Aquí la sangre no se suaviza, las amputaciones no se insinúan, el sexo no se camufla, y en ninguno de estos casos se muestra esta violencia o sexualidad como efectismo barato sino para desarrollar con cabeza a los personajes.
Si el lector está dispuesto a aceptar la sangre y los continuos empalamientos que aparecen en el cómic (el atractivo de la violencia explícita) con este cómic va a quedar más que satisfecho. Entretenimiento inteligente, es una historia de género que no se acobarda con su premisa y la lleva hasta sus últimas consecuencias.
"Drácula" narra la biografía del Vlad el Empalador histórico, el rey de Valaquia que con el tiempo acabaría siendo el punto de partida de la leyenda del vampiro de Bram Stoker. Sin embargo, Wood no relaciona a estos dos personajes. Este cómic no es un prólogo a la novela de Stoker o a cualquier otra ficción similar. La conexión la pone el lector con este pensamiento: cualquier Drácula vampírico es un santo varón comparado con el que se describe en estas páginas.
No sé mucho sobre cómic, pero veo cosas aquí que me hacen pensar que el guionista tiene mucho más coco que la media. En lo más literal, sus diálogos son densos, atiborrados de palabras, pero sin embargo se leen con una agilidad tremenda. Son frases teatrales que parece que hay que declamar. Wood no busca el realismo, y tal vez por eso inspiran tanta fuerza en cada bocadillo. Aparte de eso,el guionista comprende que el cómic es un trabajo de dos y por eso se preocupa de que en las imágenes se narren de forma paralela detalles que los textos no deberían y de que Alberto Salinas se pueda lucir con un dibujo detallista y espectacular. Es una pena que la impresión de los dibujos (¿parece offset?) no deje disfrutar los detalles de la línea, pero imagino que hay motivos lógicos que explicarían este defecto.
El protagonista es un personaje complejo y misterioso, malvado e inteligente al mismo tiempo. La principal justificación de la maldad de Drácula es su nacionalismo, el amor por la tierra en la que nació. Me imagino que con eso Wood intenta producir empatía con los lectores, que por lo general sienten a la patria en sus venas, pero conmigo da en hueso y simplemente me parece un tarado irracional. Aparte de eso el personaje cautiva por ser el alumno aventajado de Maquiavelo, pragmático y frío, de los que piensan que sus fines justifican los medios más atroces. Drácula es completamente un HOMBRE. Tan pronto es una bomba sexual como se convierte en un amoroso padre de familia, puede ser un intelectual sin pasarse como también un musculoso guerrero sediento de sangre. Un héroe que ha tenido que luchar a muerte para conseguir sus objetivos antes de que un mundo cruel y lleno de enemigos le destruyese.
En este contexto tan exagerado los límites de la censura se traspasan continuamente. Leyendo este cómic uno se tiene que reír al pensar en el aspecto aniñado de los cómics "adultos" que se publican en EEUU bajo el sello Vertigo y similares. Aquí la sangre no se suaviza, las amputaciones no se insinúan, el sexo no se camufla, y en ninguno de estos casos se muestra esta violencia o sexualidad como efectismo barato sino para desarrollar con cabeza a los personajes.
Si el lector está dispuesto a aceptar la sangre y los continuos empalamientos que aparecen en el cómic (el atractivo de la violencia explícita) con este cómic va a quedar más que satisfecho. Entretenimiento inteligente, es una historia de género que no se acobarda con su premisa y la lleva hasta sus últimas consecuencias.
jueves, 25 de octubre de 2012
Devilworlds, el Star Wars de Alan Moore
En el lejano 1981 Alan Moore no era nadie. ¡Incluso le habían rechazado guiones porque no eran suficientemente buenos! Si en aquella época los editores hubiesen podido adivinar el futuro habrían guardado esos torpes argumentos para que hoy Avatar Press publicase como poco un par de miniseries basándose en ellos. Pero en 1981 Moore era sólo un currito, escribía historias cortas para 2000 AD y para Marvel UK con más o menos expectativas, pero estaba todavía muy lejos de que alguien del cine se interesase en destrozar su trabajo en la gran pantalla o David Lloyd no le llamase para darle las gracias.
Si consideráis que lo que vino antes de su Capitán Britania, Marvelman o V de Vendetta fueron trabajos menores entonces no sé en qué subcategoría pondríais el paquetito de cómics que hizo ambientados en el universo de Star Wars. Moore no es aquí el cabroncete de D.R. & Quinch ni se esfuerza tanto como con la Balada de Halo Jones. Tampoco mete tanto ingenio como en sus cómics de 5 páginas de 2000 AD ni esperes que respete el canon del universo de Lucas. Son sólo historias alimenticias, da las gracias si resulta que alguna te gusta. Y todo al módico precio de 8 € por 64 páginas (a mí me costó eso en 2008 pero parece que la editorial ha entrado en razón y ahora sólo cobra 5,50 €, qué alegría, qué alborozo.)
Este tomito recopila unas historias en general mediocres en las que se intuye a un Alan Moore que luego insistirá en ciertos temas a lo largo de su carrera. Por ejemplo, en la última historia (la mejor) Moore juguetea con la "esencia del tiempo" y algo que en el futuro se convertirá en el espacio-idea: unos dioses imaginarios dicen que han inventado el concepto de "forma" y se acusan entre ellos de plagio, aunque para el lector queda claro que realmente "ya está todo inventado". En el primer relato un Cthulhu lovecraftiano reta a Darth Vader a jugar a una especie de ajedrez, mientras que en otro una consciencia colectiva robótica (o una especie de planeta viviente como Mogo, o de fuerza elemental...) protege a C3P0 y a R2D2 del ataque del Imperio. La que podría ser la más interesante del tomo es la primera y más extensa historia de Alan Moore con Star Wars, El Efecto Pandora, en la que colabora una vez más con un dibujante español. Sin embargo, excepto por la aparición de geometrías imposibles (que el pobre Adolfo Buylla no debió de entender al leer el guión) el capítulo no pasa de ser una curiosidad.
Si crees que ya has leído todo lo imprescindible de Alan Moore no te pienses mucho si merece la pena este tomo. Este sacacuartos se lee en un momento e incluso tiene algún momento curioso. En el caso de que seas un completista de Moore búscalo antes de que se descatalogue y pierdas la oportunidad de decepcionarte.
Si consideráis que lo que vino antes de su Capitán Britania, Marvelman o V de Vendetta fueron trabajos menores entonces no sé en qué subcategoría pondríais el paquetito de cómics que hizo ambientados en el universo de Star Wars. Moore no es aquí el cabroncete de D.R. & Quinch ni se esfuerza tanto como con la Balada de Halo Jones. Tampoco mete tanto ingenio como en sus cómics de 5 páginas de 2000 AD ni esperes que respete el canon del universo de Lucas. Son sólo historias alimenticias, da las gracias si resulta que alguna te gusta. Y todo al módico precio de 8 € por 64 páginas (a mí me costó eso en 2008 pero parece que la editorial ha entrado en razón y ahora sólo cobra 5,50 €, qué alegría, qué alborozo.)
Este tomito recopila unas historias en general mediocres en las que se intuye a un Alan Moore que luego insistirá en ciertos temas a lo largo de su carrera. Por ejemplo, en la última historia (la mejor) Moore juguetea con la "esencia del tiempo" y algo que en el futuro se convertirá en el espacio-idea: unos dioses imaginarios dicen que han inventado el concepto de "forma" y se acusan entre ellos de plagio, aunque para el lector queda claro que realmente "ya está todo inventado". En el primer relato un Cthulhu lovecraftiano reta a Darth Vader a jugar a una especie de ajedrez, mientras que en otro una consciencia colectiva robótica (o una especie de planeta viviente como Mogo, o de fuerza elemental...) protege a C3P0 y a R2D2 del ataque del Imperio. La que podría ser la más interesante del tomo es la primera y más extensa historia de Alan Moore con Star Wars, El Efecto Pandora, en la que colabora una vez más con un dibujante español. Sin embargo, excepto por la aparición de geometrías imposibles (que el pobre Adolfo Buylla no debió de entender al leer el guión) el capítulo no pasa de ser una curiosidad.
Si crees que ya has leído todo lo imprescindible de Alan Moore no te pienses mucho si merece la pena este tomo. Este sacacuartos se lee en un momento e incluso tiene algún momento curioso. En el caso de que seas un completista de Moore búscalo antes de que se descatalogue y pierdas la oportunidad de decepcionarte.
miércoles, 24 de octubre de 2012
El Spiderman de Frank Miller
El coleccionable Marvel Héroes (el nombre me parece un horror sin sentido) de Panini de hace unos años fue un invento un poco extraño con un criterio de selección oscuro. Si la idea era acercarse a los nuevos lectores a través del kiosko había muchos tomos que fueron un error descarado. Algunas historias necesitaban un bagaje de lecturas previas, otros dejaban tramas colgadas, algunos tenían un estilo de dibujo poco atractivo para los lectores jóvenes y además había tomos ambientados en universos paralelos que sería raro que sirviesen como introducción al universo Marvel. El fallo por supuesto es creer que esto era una puerta para los nuevos lectores cuando realmente era sólo una edición de batalla de los tomos recopilatorios que había disponibles en EEUU.
Desde el punto de vista del lector marvelita la colección sí merecía la pena para tener algunos cómics curiosos a buen precio. En mi caso, yo ya había estado intentando comprar desde hacía unos años antes en la edición americana el tomo con las historias de Spiderman de Frank Miller. Me gustaba el personaje, me gustaba el autor en la época de Daredevil... lo tenía todo para interesarme. Había leído algunas de las historias en otros formatos, pero yo seguía con la idea en la cabeza de tenerlo en un tomo. En ese sentido este cómic me ha dejado satisfecho, ya he podido leer al Miller fan de Ditko y Gil Kane dibujando a Spiderman.
Aunque quien se acercase a este cómic buscando entretenimiento seguramente se habrá quedado defraudado...
La recopilación es desordenada aunque el prólogo de Julián Clemente se preocupa por intentar contextualizar cada historia. En primer lugar estarían dos números de Miller para la colección The Spectacular Spider-Man que aparecen al final del tomo. Con ellos Miller consigue primero dibujar a su personaje favorito de la infancia y además acercarse a Daredevil, el superhéroe con el que conseguiría la fama después. Ni el guión ni el dibujo son algo excepcional pero se ven ya desde aquí algunas de las inquietudes de Miller. Su manera de componer las escenas de acción, el control del ritmo mediante el tamaño de viñetas grandes y pequeñas, los objetos que siguen trayectorias que continúan de una viñeta a otra (las páginas 4 y 6 del TSS-M #28 son ejemplos muy obvios), etc. Miller insiste página tras página en una composición circular de las viñetas y de las páginas para intensificar el funcionamiento del radar de Daredevil. Y un detalle, las telarañas de Spiderman no son las que popularizó Romita sino las originales de Ditko.
A partir de aquí Miller pasa a dibujar la serie regular de Daredevil, donde es simplemente un dibujante del montón en Marvel. Como aquélla era una colección bimestral le dejaba tiempo libre para participar en otros cómics como los anuales de Spiderman con el Dr. Extraño, y el del trepamuros y los Cuatro Fantásticos. El primero es más interesante porque es una pista de cómo podría haber sido la colección regular que se planeaba hacer con Roger Stern de guionista y Frank Miller de dibujante. De nuevo, un homenaje continuo a Ditko tanto a Spiderman como a su Doctor Extraño. Por ejemplo, la página 15 recuerda a una rarísima cara de Peter Parker con media máscara tapándole que había sido utilizada por Ditko una única vez durante su etapa, o la viñeta en la que Extraño atraviesa paredes en la página 12, que la podría haberla firmado Ditko tranquilamente. Realmente Miller no inventa nada sino que utiliza recursos de los dibujantes de cómic americano clásico que habían quedado en desuso: dobles páginas, rejilla de 9 viñetas, las secuencias con fondo fijo en las que algo cambia gradualmente (el color, los personajes...), viñetas estrechas horizontales o verticales que ocupan todo el ancho o alto de la página... El dibujante medio de Marvel de la época (y sus lectores) desconocía los ingenios de los artistas que vinieron antes que él, y por eso Miller consiguió destacar entre ellos fácilmente.
Con el anual compartido con los Cuatro Fantásticos se ven más ejemplos del Miller narrador. Para el flashback utiliza una rejilla de 4x2 para diferenciarlo del resto del cómic, mantiene el plano del puerto en la página 25 para seguir bien la coreografía de la pelea, viñetas con zooms (bruscos como el de la página 6, graduales como el de la 9), etc. Miller es también insistente con su forma de crear perspectiva, con un primer plano separado exageradamente del segundo plano y el fondo. Si se compara con Lobezno: Honor la colaboración entre Claremont y Miller es mínima pero se nota a cada autor esforzándose en su campo.
La cosa cambia cuando Miller lleva un par de años en Daredevil y se convierte en uno de los autores más prometedores de Marvel con su tratamiento de Elektra, Kingpin, Stick... Aquí es cuando Miller ofrece un trabajo más profesional, la mejor historia del tomo. En este cómic une al Doctor Octopus con Punisher y coloca a Jonah Jameson en un papel destacado dentro de la trama. Miller utiliza la portada del periódico como leitmotif a lo largo del cómic (en Dark Knight serán las pantallas de televisión, el poder de los medios de comunicación), añade guiños a Spirit, Jimmy Olsen y al primer anual de Spiderman con la splash-page del puñetazo a Octopus, planos de caras vistas desde abajo a lo Gil Kane, etc.
La gran decepción es la última de las historias, otro anual en el que Miller sólo se encarga de un triste guión en el que recupera a Kingpin después de su última aparición en sus páginas de Daredevil... y poco más de interés. Salen el Caballero Luna, Luke Cage y Puño de Hierro, pero el argumento y los diálogos los podría haber firmado cualquier otra persona y no se habría notado ninguna diferencia. El dibujo de Herb Trimpe es desganado (con lo bien que intentaba imitar a Steranko en los 70 en la colección de Hulk...), aquí sólo cumple rellenando páginas en blanco.
El tomo es una recopilación de historias variadas con diferentes resultados. Como primer acercamiento a Spiderman es un horror, y como primer contacto con Frank Miller, una decepción. Este tomo es sólo para quien quiera leer a este dibujante en sus primeros trabajos, cuando todavía buscaba al mismo tiempo su propio estilo en las páginas de Daredevil.
Desde el punto de vista del lector marvelita la colección sí merecía la pena para tener algunos cómics curiosos a buen precio. En mi caso, yo ya había estado intentando comprar desde hacía unos años antes en la edición americana el tomo con las historias de Spiderman de Frank Miller. Me gustaba el personaje, me gustaba el autor en la época de Daredevil... lo tenía todo para interesarme. Había leído algunas de las historias en otros formatos, pero yo seguía con la idea en la cabeza de tenerlo en un tomo. En ese sentido este cómic me ha dejado satisfecho, ya he podido leer al Miller fan de Ditko y Gil Kane dibujando a Spiderman.
Aunque quien se acercase a este cómic buscando entretenimiento seguramente se habrá quedado defraudado...
La recopilación es desordenada aunque el prólogo de Julián Clemente se preocupa por intentar contextualizar cada historia. En primer lugar estarían dos números de Miller para la colección The Spectacular Spider-Man que aparecen al final del tomo. Con ellos Miller consigue primero dibujar a su personaje favorito de la infancia y además acercarse a Daredevil, el superhéroe con el que conseguiría la fama después. Ni el guión ni el dibujo son algo excepcional pero se ven ya desde aquí algunas de las inquietudes de Miller. Su manera de componer las escenas de acción, el control del ritmo mediante el tamaño de viñetas grandes y pequeñas, los objetos que siguen trayectorias que continúan de una viñeta a otra (las páginas 4 y 6 del TSS-M #28 son ejemplos muy obvios), etc. Miller insiste página tras página en una composición circular de las viñetas y de las páginas para intensificar el funcionamiento del radar de Daredevil. Y un detalle, las telarañas de Spiderman no son las que popularizó Romita sino las originales de Ditko.
A partir de aquí Miller pasa a dibujar la serie regular de Daredevil, donde es simplemente un dibujante del montón en Marvel. Como aquélla era una colección bimestral le dejaba tiempo libre para participar en otros cómics como los anuales de Spiderman con el Dr. Extraño, y el del trepamuros y los Cuatro Fantásticos. El primero es más interesante porque es una pista de cómo podría haber sido la colección regular que se planeaba hacer con Roger Stern de guionista y Frank Miller de dibujante. De nuevo, un homenaje continuo a Ditko tanto a Spiderman como a su Doctor Extraño. Por ejemplo, la página 15 recuerda a una rarísima cara de Peter Parker con media máscara tapándole que había sido utilizada por Ditko una única vez durante su etapa, o la viñeta en la que Extraño atraviesa paredes en la página 12, que la podría haberla firmado Ditko tranquilamente. Realmente Miller no inventa nada sino que utiliza recursos de los dibujantes de cómic americano clásico que habían quedado en desuso: dobles páginas, rejilla de 9 viñetas, las secuencias con fondo fijo en las que algo cambia gradualmente (el color, los personajes...), viñetas estrechas horizontales o verticales que ocupan todo el ancho o alto de la página... El dibujante medio de Marvel de la época (y sus lectores) desconocía los ingenios de los artistas que vinieron antes que él, y por eso Miller consiguió destacar entre ellos fácilmente.
Con el anual compartido con los Cuatro Fantásticos se ven más ejemplos del Miller narrador. Para el flashback utiliza una rejilla de 4x2 para diferenciarlo del resto del cómic, mantiene el plano del puerto en la página 25 para seguir bien la coreografía de la pelea, viñetas con zooms (bruscos como el de la página 6, graduales como el de la 9), etc. Miller es también insistente con su forma de crear perspectiva, con un primer plano separado exageradamente del segundo plano y el fondo. Si se compara con Lobezno: Honor la colaboración entre Claremont y Miller es mínima pero se nota a cada autor esforzándose en su campo.
La cosa cambia cuando Miller lleva un par de años en Daredevil y se convierte en uno de los autores más prometedores de Marvel con su tratamiento de Elektra, Kingpin, Stick... Aquí es cuando Miller ofrece un trabajo más profesional, la mejor historia del tomo. En este cómic une al Doctor Octopus con Punisher y coloca a Jonah Jameson en un papel destacado dentro de la trama. Miller utiliza la portada del periódico como leitmotif a lo largo del cómic (en Dark Knight serán las pantallas de televisión, el poder de los medios de comunicación), añade guiños a Spirit, Jimmy Olsen y al primer anual de Spiderman con la splash-page del puñetazo a Octopus, planos de caras vistas desde abajo a lo Gil Kane, etc.
La gran decepción es la última de las historias, otro anual en el que Miller sólo se encarga de un triste guión en el que recupera a Kingpin después de su última aparición en sus páginas de Daredevil... y poco más de interés. Salen el Caballero Luna, Luke Cage y Puño de Hierro, pero el argumento y los diálogos los podría haber firmado cualquier otra persona y no se habría notado ninguna diferencia. El dibujo de Herb Trimpe es desganado (con lo bien que intentaba imitar a Steranko en los 70 en la colección de Hulk...), aquí sólo cumple rellenando páginas en blanco.
El tomo es una recopilación de historias variadas con diferentes resultados. Como primer acercamiento a Spiderman es un horror, y como primer contacto con Frank Miller, una decepción. Este tomo es sólo para quien quiera leer a este dibujante en sus primeros trabajos, cuando todavía buscaba al mismo tiempo su propio estilo en las páginas de Daredevil.
martes, 23 de octubre de 2012
Trailer de Iron Man 3
El estreno de Iron Man estña planeado para abril de 2013. La cinta está escrita y dirigida por el amiguete de Robert Downey Jr., Shane Black (Kiss Kiss, Bang Bang, muy recomendable) y cuenta con actores como Robert Downey Jr., Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Guy Pearce, Rebecca Hall, Stephanie Szostak, James Badge Dale con Jon Favreau y Ben Kingsley.
La sinopsis oficial es la siguiente:
En "Iron Man 3" de Marvel, el descarado pero brillante empresario Tony Stark/Iron Man se enfrentará a un enemigo cuyo poder no conoce límites. Cuando Stark comprende que su enemigo ha destruido su universo personal, se embarca en una angustiosa búsqueda para encontrar a los responsables. Este viaje pondrá a prueba su entereza una y otra vez. Acorralado, Stark tendrá que sobrevivir por sus propios medios, confiando en su ingenio y su instinto para proteger a las personas que quiere. Durante su lucha, Stark conocerá la respuesta a la pregunta que le atormenta en secreto: ¿El hábito hace al monje o es al contrario?
Conociendo a Shane Black, nos espera una película de más calidad que Iron Man y Iron Man 2 tanto en guión como en dirección. En el apartado de los cómics, parece que adapta al villano Mandarín (del que se hizo un guiño en la primera película, es posible que aquí se "cierre el círculo"), la saga Extremis de Warren Ellis y la armadura Iron Patriot que ha sido utilizada por Norman Osborn (el Duende Verde de Spiderman) en los cómics de Marvel de hace unos años.
domingo, 21 de octubre de 2012
Alan Moore asiste a la boda de los cronopolis
En 1983 Alan Moore y Dave Gibbons produjeron una historia corta titulada Chronocops para la revista 2000AD #310. El cómic en cuestión era un homenaje a la revista Mad, a la parodia que hacían Harvey Kurtzman y Will Elder de la serie de televisión Dragnet. El dibujo tiene un estilo similar, lleno de detalles, pero los personajes aquí son policías temporales encargados de investigar que nadie asesine a su propio abuelo (entre otros crímenes).
En una de las últimas viñetas uno de los protagonistas va a casarse, y entre los asistentes hay un señor con melena y barbas que recuerda a Alan Moore...
En una de las últimas viñetas uno de los protagonistas va a casarse, y entre los asistentes hay un señor con melena y barbas que recuerda a Alan Moore...
Aquí una foto para comparar, del primer número de la revista Warrior, 1982:
El cómic del que he escaneado la viñeta fue publicado en 2001 en un recopilatorio titulado Twisted Times. Os pongo la portada española y la original británica de Kevin O'Neill por si queréis echaros unas risas:
sábado, 20 de octubre de 2012
Juego de Trona2 ya a la venta
A más de un mes de Expocómic los dibujantes de Juego de Tronados anunciamos ya el segundo número de esta saga, titulado Juego de Trona2. Para ver el argumento y páginas de muestra os enlazo al blog de este cómic. Se puede comprar ya con sólo enviar un email a juegodetronados@gmail.com.
Posiblemente lo que más me gusta de este cómic es su densidad. En general todas las parodias suelen tener un guión relativamente sencillo, esquemático, para satisfacer a la mayoría de los posibles lectores. Aquí se ha hecho realmente lo contrario, pero por lo mismo, para contentar a los lectores. La parodia de los libros está mezclada con la de la serie de televisión, a lo que se añaden chistes sobre la edición española de las novelas, a costa del simpático George R. R. Martin, sobre los cómics basados en los relatos cortos, etc. El lector que lleva ya 16 años leyendo esta saga encontrará detalles dedicados a él sobre las teorías que llevan haciendo los fans sobre los libros, y ya por último, como tenemos la libertad de hacerlo, añadimos al pack nuestro "fanfic" (momentos que en la propia saga/serie habrían quedado muy bien tal cual) y tramas paralelas "serias" de nuestra propia cosecha que irán tomando forma número a número.
La sensación que yo tengo es que por sólo 4 euros muy pocos cómics contienen tanta información. Del primer número se publicaron hace un año 1000 ejemplares que hoy están agotados, una muestra de que esta forma de hacer cómics gusta. Así que si queréis echarle un vistazo podéis o comprar el segundo número por internet o esperar al Expocómic en Madrid (29 Nov-2 Dic) para comprarlo en persona y llevaros una dedicatoria nuestra.
Si queréis leer el primer número se está subiendo semana a semana en el blog de Juego de Tronados. Buscad en el menú desplegable de arriba.
Posiblemente lo que más me gusta de este cómic es su densidad. En general todas las parodias suelen tener un guión relativamente sencillo, esquemático, para satisfacer a la mayoría de los posibles lectores. Aquí se ha hecho realmente lo contrario, pero por lo mismo, para contentar a los lectores. La parodia de los libros está mezclada con la de la serie de televisión, a lo que se añaden chistes sobre la edición española de las novelas, a costa del simpático George R. R. Martin, sobre los cómics basados en los relatos cortos, etc. El lector que lleva ya 16 años leyendo esta saga encontrará detalles dedicados a él sobre las teorías que llevan haciendo los fans sobre los libros, y ya por último, como tenemos la libertad de hacerlo, añadimos al pack nuestro "fanfic" (momentos que en la propia saga/serie habrían quedado muy bien tal cual) y tramas paralelas "serias" de nuestra propia cosecha que irán tomando forma número a número.
La sensación que yo tengo es que por sólo 4 euros muy pocos cómics contienen tanta información. Del primer número se publicaron hace un año 1000 ejemplares que hoy están agotados, una muestra de que esta forma de hacer cómics gusta. Así que si queréis echarle un vistazo podéis o comprar el segundo número por internet o esperar al Expocómic en Madrid (29 Nov-2 Dic) para comprarlo en persona y llevaros una dedicatoria nuestra.
Si queréis leer el primer número se está subiendo semana a semana en el blog de Juego de Tronados. Buscad en el menú desplegable de arriba.
lunes, 15 de octubre de 2012
Frank Miller, "el artista loco que dibuja tanques de agua"
El Peter Parker, The Spectacular Spider-Man #72 (1982), de Bill Mantlo y Ed Hannigan, es un cómic interesante con bastantes guiños en segundo plano, pintadas, objetos, posters... Aparece el Caballero Luna, Rom, G.I. Joe, detalles de Star Wars, las tumbas de Gwen Stacy, Elektra, Denny Colt, la mascota Obnoxio el Payaso de la revista Crazy...
De entre todos estos detalles curiosos subo una caricatura de un joven Frank Miller, "el artista loco que dibuja tanques de agua", y debajo una foto del mismo año para comparar.
De entre todos estos detalles curiosos subo una caricatura de un joven Frank Miller, "el artista loco que dibuja tanques de agua", y debajo una foto del mismo año para comparar.
Doodle dedicado a Little Nemo
Por ser el 107º aniversario de la serie Little Nemo in Slumberland hoy Google ha elegido el personaje creado por Winsor McCay para protagonizar la animación que aparece en su página principal.
Otro doodles de cómic en este enlace.
Otro doodles de cómic en este enlace.
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