lunes, 27 de abril de 2020

De Mortadelo a Vampirella (una selección musical)


Los cómics que se hacen con el espíritu del arte popular calan fácilmente en la sociedad. Son este tipo de cómics los que tienen más probabilidad de dar un sencillo salto a otro medio, el de la música. Por eso me ha parecido interesante hacer una selección de canciones basadas en personajes de cómic españoles o que incluyan alguna pequeña referencia. Mi única norma ha sido descartar las que se produjeron para películas o series de televisión

Aviso que no es una lista perfecta. Me imagino que las autorías son mejorables y es posible que alguna fecha esté mal. Tampoco me he puesto muy exhaustivo porque sólo he buscado canciones que se puedan encontrar en YouTube. Ese es el motivo de que haya dejado fuera canciones de varios discos (como este, este o este). Si conocéis alguna más podéis decírmela en los comentarios.

Edito: Gracias a @Pepe_Indiopole, @inmenso_pirluit y a Luis Olmedo por la ayuda.


Yo quiero un TBO (Trini Avellí y Antonio Palacios, 1930)



Fue versionada por Ricardo Solfa y Pascal Comelade en 1993:




Qualsevol nit pot sortir el Sol (Jaume Sisa, 1975)

«Hola Jaimito, i doña Urraca, i en Carpanta

(...)

Bona nit senyor King Kong, senyor Asterix i en Taxi-Key,
Roberto Alcazar i Pedrín, l'home del sac, i en Patufet,
senyor Charlot, senyor Obelix.
en Pinotxo ve amb la Monyos agafada del bracet,
hi ha la dona que ven globus, la família Ulises,
i el Capitán Trueno en patinet.

I a les dotze han arribat la fada bona i Ventafocs,
en Tom i Jerry, la bruixa Calixta, Bambi i Moby Dick,
i l'emperadriu Sissi,
i Mortadelo, i Filemón, i Guillem Brown, i Guillem Tell,
la Caputxeta Vermelleta, el Llop Ferotge, i el Caganer,
en Cocoliso i en Popeye.»



Albert Pla hizo una versión en 2002:



También Love of Lesbian en 2017:




Capitán Trueno (Companyia Elèctrica Dharma, 1975)




La canción de Rompetechos (Enrique y Ana, 1978)




Capitán Trueno (Asfalto, 1978)




Makoki (Paraíso, 1980)




Hazañas bélicas (Stukas, 1981)




Mortadelo y Filemón, agencia de información (Parchís, 1981)




13, rúe del Percebe (Chester, 1981)




Esther (Bacchelli, 1981)




Pepe Gotera y Otilio (Los Pillos, 1981)




Don Óptimo y don Pésimo (Grupo Nins, 1981)




Superlópez (Regaliz, 1981)




Zipi y Zape (Regaliz, 1981)




Ya llega el carnaval (El Padre Abraham y los Wuppies, 1983)

«Santa Claus y doña Urraca,
Peter Pan junto a Carpanta,
todos cogidos de la mano,
parece que eran hermanos.»




Don Vito y la revuelta en el frenopatico (Kortatu, 1985)



Anarcoma (Marc Almond, 1986)




Un, dos, tres... responda otra vez: los comics (1987)

Dos momentos musicales del programa de Un, dos, tres... responda otra vez dedicado a los cómics.







Super, Superlópez (Amado Jaén, 1990)




Dame comida (Siniestro Total, 1990)

«Si el postre es bueno para quedar lleno
para estar gorditos son los pastelitos
cuanto más obeso más satisfacción
gordito relleno de pan y jamón.»


¡Ya está bien! (Celtas Cortos, 1991)

«Y si el mundo que vivimos
es una contradicción
tan gorda que no la cree
ni Mortadelo y Filemón
y es muy chungo que lo pienses
y no sepas ni que hacer
no sabes si vas o vienes
y te ríes otra vez.»




J.B. al talego (1991)

«Papeletas, James, papeletas.
No digas que no, no nos hagas la puñeta,
que si nos enfadamos te damos pasaporte.
Rigoberto Picaporte, maricón de mucho porte.»




Carpanta (Asfalto, 1994)




Vampirella (Los Vegetales, 1996)



La canción apareció antes en otro disco, Fan fatal (1989), interpretada por Alaska y Dinarama:




Prefiero el Trapecio (Manolo García, 1998)

«Con las hermanas Gilda duermo en una cama grande.
Bailamos con las canciones del Sisa y el Peret.
En un edificio con ventanas sin cristales,
Carpanta y yo vivimos a base de latas de calamares.
En el trece, rue del Percebe,
vivo en la ausencia del deseo canalla.
(...)
Ante una hoguera que alimento
con muebles de algún desalojo indecente,
me caliento junto al Correcaminos,
Rompetechos y otros colegas.»




Torpedo (Loquillo, 1999)




Intelectual (Los Petersellers, 1999)

«Como te reías en el cole maricón,
porque yo leía Mortadelo y Filemón.»




El hijo del Capitán Trueno (Miguel Bosé, 2001)




Ke Pasa!? (Estopa, 2001)

«Soy Perico Delgado
y tu eres mi gregario.
Eres algo inventado
y yo el doctor Bacterio.»




Martínez, el facha (A palo seko, 2001)




Veinticinco (El Chivi, 2002)



Anacleto (Superagente 86, 2003)




El jardín de los idiotas (La caja de Pandora, 2008)

«Hoy en el filo de la navaja me encuentro
a la espera de que alguien, compadre, me venga a rescatar
de esta gran viñeta de un tebeo de Superlópez,
el cual mi traje con capa roja ya no le impresiona a nadie.»




Sir Tim'o Theo (Transilvanians, 2011)



Estos son los Malavida (Roberto Artigas, 2011)




Pedro Pico y Pico Vena (Objetivo Vizko, 2011)

lunes, 20 de abril de 2020

La reinvención de la derecha y de Aleix Saló en 'Todos nazis'


Las palabras «izquierda» y «derecha» son sólo atajos. Con ellas hemos simplificado conceptos complejos porque nos ayudan a comprender realidades complejas, no porque existan dos bloques ideológicos fácilmente distinguibles el uno del otro. Utilizamos «izquierda» y «derecha» porque es útil, no porque sea exacto. Del mismo modo, es posible que haya gente que piense que Todos nazis (2020) no es del todo exacto, pero sin ninguna duda es un libro útil.

Veo un arriesgado salto mortal en este nuevo ensayo de Aleix Saló. Hasta ahora sus cómics se habían centrado en temas económicos desde la perspectiva de un público mayoritario. En Hijos de los 80 (2009) hablaba en clave generacional, en Simiocracia (2012) desde el punto de vista de las masas (en contraste con la élite formada por políticos y grandes empresarios) y en Europesadilla (2013) daba una visión de un país dentro de la Unión Europea. Es posible que Todos nazis no llegue a ese mismo público mayoritario porque aquí ha decidido hablar de partidos políticos, especialmente del caldo de cultivo que ha permitido que la extrema derecha llegue al Congreso.

Saló no entra en lo que significa el «sistema politicoeconómico», pero utiliza este concepto para distinguir a las izquierdas de las derechas (y, por tanto, para definir a la extrema derecha). La izquierda sería la ideología que busca reformar el sistema para luchar contra las desigualdades, mientras que la derecha centra su discurso en proteger este sistema para generar riqueza sin preocuparse en redistribuirla. Dos enfoques diferentes pero con una estrategia común en nuestro país: arrojar las palabras «fascista» o «nazi» al contrario.


Estos partidos pro-sistema, sin embargo, han caído en una profunda contradicción para intentar renovarse. Partimos de la base de que casi todos los políticos forman parte de la élite, de que han llegado a posiciones destacadas gracias a un sistema social y económico que les ha privilegiado. O por decirlo de otra forma, es muy fácil ver en partidos políticos a familiares de políticos o de empresarios, a antiguos alumnos de colegios y universidades privados e incluso a miembros de la aristocracia, mientras que es poco habitual encontrar a agricultores o maestros de escuela. La contradicción que hemos visto en los últimos años ha sido ver a estas élites intentando satisfacer a las masas con actitudes populistas autodestructivas. Los ataques al propio sistema que les ha colocado ahí (falsos ataques en realidad) han sido el medio por el que Donald Trump ha llegado al gobierno o el motivo por el que David Cameron sacó adelante un referendum para el Brexit que realmente no deseaba.

Como digo, Saló aquí ya no habla de economía sino que analiza la trayectoria de los partidos políticos, un tema delicado para segun qué hooligans. Tal vez por eso el tomo cierra con un capítulo que se sale de la norma de sus anteriores libros ya que da consejos sobre lo que podemos hacer nosotros ante esta extrema derecha xenófoba, sexista y anti-LGTB. Aunque «fascista» y «nazi» sean términos exactos en algunos casos, tal vez hayan dejado de ser útiles para transmitir ideas. Es posible que haya que reconducir nuestra forma de intercambiar opiniones, no pensar más en batallas sino en debates.

Puede parecer que Todos nazis es un tomo continuista con la trayectoria que Aleix Saló interrumpió hace siete años. De nuevo, se trata de un ensayo en el que se analiza un tema de actualidad utilizando un tono ameno y el humor y apoyado en muñequitos simples. No obstante, es posible que parte del antiguo público no lo reciba con el mismo entusiasmo si se siente identificado con la extrema derecha. De lo que estoy bastante seguro es de que Todos nazis puede convertirse en un cómic que marque un antes y un después en la carrera de Aleix Saló.

lunes, 13 de abril de 2020

El padre, el hijo y el Capitán Trueno


Las dos canciones más famosas basadas en el Capitán Trueno son la del grupo Asfalto y la de Miguel Bosé. Las dos dan una visión completamente opuesta del personaje. En el Capitán Trueno (1978) de Asfalto tenemos a un héroe: los malos mueren, salva a las chicas y libera a los oprimidos («nuestras cadenas saltarían en mil»). Una lectura interesante es que la canción no habla del personaje desde dentro de la ficción, sino visto desde fuera. Es un personaje de tebeo, «con espadas de papel». Han pasado muchos años «desde que él nos dejó» (tal vez porque no ha sido el lector el que abandonó al personaje, sino que la colección fue cancelada), y ahora los miembros del grupo ya no son tan idealistas como en sus juventudes. De niños creían «que el bueno es el mejor», pero con el tiempo se dieron cuenta de que la realidad es más complicada.


La de Miguel Bosé, El hijo del Capitán Trueno (2001), va en otra dirección, como decía, porque en realidad no habla del personaje de Víctor Mora. En la canción el hijo del Capitán Trueno no es «un hijo digno del padre». ¿Y cómo es el Capitán Trueno en esta canción? Un marinero y «una fiera», muy diferente de su hijo, que ha salido poeta y apasionado del mar y los animales.


En realidad, Miguel Bosé estaba hablando de la difícil relación con su padre, el torero Luis Miguel Dominguín. El Capitán Trueno había sido uno de los personajes de cómic favoritos de Miguel Bosé durante su infancia, un personaje al que asoció con la figura de Dominguín. Su padre se dedicaba a matar animales delante de un público, mientras que el sueño de Miguel Bosé era «pasar horas entre las ballenas», es decir, ser oceanógrafo, una vocación de la que su padre se reía, por poner un ejemplo del choque de personalidades.

La duda que me queda es si esta canción ha acabado haciendo daño al personaje de Víctor Mora y Ambrós. Ya escribí hace tiempo sobre el mensaje político y progresista de este personaje en Canino. Lo que Miguel Bosé hizo fue dar una lectura contraria, la de un personaje retrógrado y mal padre. ¿Hasta qué punto habrá calado entre el público esta imagen tan negativa?