lunes, 21 de mayo de 2018

¿Qué pasa con el cine y los cómics?


Una vez leí que la geografía es uno de los factores que determina la religión de una persona. Según el país en el que vivas, es más probable que creas en una religión o en otra. Lo comento al hilo de otra opinión que escuché en una charla sobre literatura: la geografía es uno de los factores que determina el hábito de lectura. Por encima de los Pirineos el tiempo es lluvioso y hay menos luz, como si el clima invitase a quedarse en casa. Por el contrario, en España, Portugal, Italia, Grecia… tenemos un calor y un solecito que nos impone la obligación moral de disfrutarlos en la calle. También en las ciudades se lee más que en los pueblos. En las ciudades es más probable que tengas que ir y volver todos los días del trabajo en transporte público y que acabes buscando algo que hacer en esos momentos.

Entre los lectores de cómics ya sabemos que en España se leen pocos tebeos, pero que en Francia es todo lo contrario. Allí las tiradas son astronómicas y los autores son conocidos y respetados (¿Viven holgadamente de su trabajo? Es otro tema). El cómic triunfa como cultura popular y como arte para intelectuales. Lo que deberíamos decirnos es que no pasa sólo con los cómics: en Francia se leen muchísimos más libros que en España. Se lee más en general. Y por eso también se leen más cómics.

Todo esto viene a cuento de que en menos de un mes he coincidido con dos personas que me han admitido que nunca han leído un libro. ¿Ni siquiera en el colegio? Teniendo El rincón del vago podían evitarse tener que leer un libro para responder un examen.

No me escandaliza que una persona no lea. Yo he pasado alguna crisis de replantearme qué hago leyendo tanto cómic y tanto libro, qué espero conseguir con ellos, por qué me gasto tanto dinero… Un libro que escribió un profesor mío, El impresor de Venecia, le da vueltas al significado de la lectura: ¿buscamos la felicidad en los libros? ¿O la felicidad está fuera de ellos y estamos perdiendo el tiempo?

En otra charla a la que fui, un escritor decía que no le preocupaba que la gente no leyese. Lo que le preocupaba es que la gente que lee no lo hace correctamente, no se queda con los mensajes e intenciones de lo que está leyendo, se queda sólo con lo superficial. Decía que para leer así, era mejor no leer.

Tengo la sensación de que no es una buena época para los libros y los cómics, pero sí para los gimnasios y las series de televisión. Y no quiero decir que sean excluyentes. Pero leer no es hot. Y cuando lo es, se ridiculiza al que lee. En las épocas de Harry Potter, El código Da Vinci, 50 sombras de Grey, Canción de hielo y fuego o Los hombres que no amaban a las mujeres podías ver a enteradillos riéndose de estos lectores de libros de masas. No son libros de verdad, dicen, pero son los libros que cuentan cosas que interesan a la gente, creo yo.

Se lee poco, pero se ven series y pelis basadas en cómics. Y en su nuevo medio causan furor entre el público. Pienso en la Marvel cinematográfica en general, y lo único que puedo hacer es admirar lo que han conseguido en 10 años. Hay personajes absolutamente desconocidos que ahora todo el mundo adora (¡Mapache Cohete!). O incluso más difícil todavía, que la mayoría de los aficionados crean que Iron Man es el personaje más molón que existe, cuando en los cómics jamás llegó ni a tener carisma. Hay un trasvase. Donde antes hubo millones de lectores, ahora tenemos millones de espectadores. Unos espectadores que tal vez puedan sentir interés por los cómics, pero no creo que esa sea la intención con la que se hacen estas adaptaciones.

Yo no sé si leer es mejor que ver series, o si como decía ese escritor da igual cómo pierdas el tiempo si sólo te quedas en lo superficial de un relato. Lo que sí me pregunto es si el tirón que tienen el cine y las series está relacionado con el medio o con el contenido. Leer no es hot... ¿por las historias que se cuentan o por cómo están contadas?

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