miércoles, 28 de junio de 2017

Pies descalzos 3 (de 4) (Keiji Nakazawa)


Tal vez tendría que releer los anteriores tomos, porque he notado en este que la historia está subrayando el aspecto propagandístico. No se puede culpar al autor. Tiene un material entre manos que obliga a reflexionar sobre la guerra. Con un tema tan central, tan político, dejar esas reflexiones a un lado sería insultante. Sin embargo, creo que no es necesario recordarle al lector continuamente lo que ya sabe, es decir, que el origen de todas las desgracias de los personajes es la guerra que enfrentó a EEUU y Japón.

La bomba atómica (que para el autor fue responsabilidad de Japón, de EEUU y de las empresas que se beneficiaron económicamente del conflicto) continúa haciendo imposible la vida de Gen Nakaoka. Las muertes de gente de su entorno cercano y la llegada de nuevos compañeros le obligan a madurar, a convertirse poco a poco en adulto, al mismo tiempo que su actitud pasa de la defensa al ataque. Hasta ahora se trataba de sobrevivir en un ambiente de pobreza y desigualdad que empujaba a los personajes a aceptar la delincuencia como opción válida, o a trabajos degradantes como la recogida de excrementos. Sin embargo, en las páginas de este tomo, Gen empieza a tomar la iniciativa del cambio político, ya sea involucrándose en manifestaciones pacifistas, difundiendo libros prohibidos por el gobierno de ocupación de EEUU en Japón (y por lo cual es torturado de maneras que nos recuerdan a lo que hemos oído hace poco de Guantánamo), o liderando actividades de insumisión contra las autoridades políticas y educativas.

Keiji Nakazawa continúa por tanto desarrollando su mensaje pacifista, cada vez con mensajes más evidentes. Si hasta ahora la guerra era una realidad contra la que era difícil luchar, en este tomo usa la figura de un profesor comunista para insistir en la importancia de la educación para evitar que se repitan los errores del pasado.

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