lunes, 30 de julio de 2018

Mi primer superhéroe fue de Steve Ditko


Mi primer cómic de superhéroes fue un Spiderman de Steve Ditko que encontré en una tienda de segunda mano, el de la imagen de arriba. Se había convertido en mi personaje favorito gracias a los dibujos animados. Era el más mediocre de los superhéroes, el que más sufría, el que tenía unos poderes menos poderosos y el de la actitud más pusilánime. Yo tenía menos de 10 años. Me dio pesadillas, soñé que el Buitre venía a secuestrarme al colegio... pero me encantaba leerlo una y otra vez.

Puede parecer que hay algo de pose, pero prefiero el Spiderman de Ditko al de John Romita. No he releído nunca la etapa del segundo, mientras que a los cómics de Ditko les suelo echar un vistazo de vez en cuando. Creo que es porque en cada número había una nueva complicación para los autores. En comparación, lo que hicieron Romita y Stan Lee (y, generalizando injustamente, casi todos los autores de Spiderman) fueron guiones y dibujos cómodos y agradables. No había tanto riesgo, no retaban al lector.

Pienso por ejemplo en la forma con la que Ditko representaba a Jonah Jameson. Los lectores de la época odiaban cómo lo dibujaba, les parecía muy desagradable. Sin embargo, Ditko lo mantuvo e incluso parece que llegase a mostrarlo más repulsivo para molestar al público aún más. Pienso también en cómo Ditko respondió a los lectores que le criticaban diciendo que no sabía dibujar pies. Se sacó a sí mismo en un museo, viendo anonadado el cuadro de un primer plano de un pie. Es un tipo de humor autoparódico que sería habitual muchos años después, pero que parecía una locura en los sesenta. O la broma con la que Ditko despacha el desenmascaramiento de Electro. En cualquier otro cómic se habría tratado de una gran revelación, la cara de un secundario habitual, pero aquí incluso al propio Spiderman le parece que es divertido no conocerle.

Mi página favorita de Ditko no salió en The Amazing Spider-man, sino en The Creeper. Al hilo de la pregunta "¿Cómo se distingue un dibujo de una foto dentro de un cómic?", añadimos otra: ¿cómo se distingue un sonido del dibujo que representa un sonido en un cómic? En detalles como este es donde se notaba que había sido un lector del Spirit de Will Eisner.

Steve Ditko estuvo muy poco tiempo en la cresta de la ola, saboreando las mieles del éxito con sus Doctor Extraño y Spiderman. En el fondo, fue él mismo el que dejó la industria. Cuando entró en contacto con la ideología objetivista de Ayn Rand, la asumió y la aplicó a su trabajo, hasta el punto de que su forma de pensar se volvió incompatible con trabajar en grandes editoriales. Mucho antes de que se creasen sellos como Vertigo, en el que los autores son dueños de su trabajo, Ditko ya creía que nadie debería aprovecharse de su esfuerzo. Precisamente su vida fue un argumento a favor del objetivismo. Él era la demostración de que los mediocres conseguían el éxito aprovechándose del talento de los genios.

Personalmente, no comparto la escala de valores de Ditko, pero valoro muy positivamente que fuese de los primeros autores que utilizaron el cómic como medio para transmitir su ideología. No era el primero, por lo que luego vi en el ensayo de Wonder Woman de Elisa McCausland, pero dentro de Marvel él era una excepción. Stan Lee nunca se quiso mojar en nada, seguía las opiniones del público general. Si era la época de apoyar la guerra de Vietnam, él la apoyaba, y si era la época de renegar de ella, renegaba. Que Ditko utilizase los cómics para expresarse políticamente significaba que lo consideraba un medio válido para expresarse, un medio adulto a la altura de la literatura, el cine... No lo veía sólo como un entretenimiento, sino también como un lugar válido para compartir reflexiones e ideas.

Siguiendo el hilo del objetivismo de Ditko, otro de los aspectos que me fascinan de él es cómo protegía su intimidad. Él pensaba que su trabajo debería hablar por él, y no él por su trabajo. Apenas concedió entrevistas en vida, no colaboró en actos promocionales de Marvel, apenas hay fotos suyas... Incluso en sus cómics solía dibujarse tapándose la cara. No es algo reciente, pero las redes sociales lo han potenciado: por lo general los autores tienen que venderse a sí mismos para promocionar su trabajo. Tienen que crear interés alrededor de su persona, entrevistas llamativas, sesiones de firmas, actos públicos... Me parece apasionante que haya autores que intenten ir contra esta dinámica, o que lo hayan conseguido.

Creo que el cómo protegía su vida privada se ha conectado erróneamente a su trabajo. A Ditko se le asocia con el "misterio", pero me choca pensar que a un objetivista se le describa con esa palabra. Mostró en el personaje de Mister A su visión del mundo: o bien o mal, o blancos o negros, nada de matices. Nada de misterios. Sombras, intriga, terror... sí, pero «misterio» o incertidumbre no son las palabras que definen a Ditko.

Muchas veces leo estos comentarios de que un niño debería leer cómics adecuados para su edad y me acuerdo del tipo de cómics y películas con los que yo me crié. Muchos tebeos viejos, publicados una década antes de que yo naciese, e incluso uno tan terrorífico como con el que empecé a leer superhéroes. Sería interesante ver si estos cómics podrían ser interesantes para los niños de ahora.

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