Páginas

miércoles, 27 de febrero de 2019

¡Atrévete a dibujar! Detalles para dibujar mujeres

Aquí tenéis representado un rostro de frente. Una vez trazado todo el contorno exterior, dibujad las líneas de rayitas en la forma indicada. Veréis como os será muy útil para colocar bien las facciones.



Proceso seguido para dibujar un ojo; el otro naturalmente igual, pero haciendo el trazado del párpado a la inversa.


Elipse partida que sirve de base para contornear la forma de los labios.

Y ya tenéis una cara terminada. Un consejo importante: empezad dibujando el contorno, luego las dos cejas a la vez, después los dos ojos al mismo tiempo y luego la boca. De esta manera lograréis uniformidad en el trazado de las facciones. Los detalles complementarios como pendientes, cabello, collar, etc. los dejo a vuestro gusto, pues estoy seguro de que os saldrán estupendamente.


Hasta la próxima lección, amigos.

(Pulgarcito nº 1132, 16/01/1952, Guillermo Cifré)

Esta fue la última entrega de esta sección.

lunes, 25 de febrero de 2019

La guerra de 'La plaga de los cómics'


Se titula La plaga de los cómics, pero la forma en la que está escrito este libro me recuerda más a una guerra. Por un lado, la industria del comic book (es decir, los cuadernos grapados con historietas). Por el otro, los defensores de la moral y el buen gusto. Lo que estaba en juego, como explica el prólogo, era el origen de una cultura juvenil rebelde que se adelantó al rock and roll.

En el bando de la industria, David Hadju se centra en los autores y editoriales más transgresores, es decir, aquellos que se especializaron en las historias de crímenes y terror, de humor y de género romántico. A través de nombres como Charles Biro, Jack Kirby, Harvey Kurtzman o Bill Gaines el libro enlaza las diferentes modas por las que pasaron las historietas, su altísimo calado popular y sus contenidos más polémicos.

Con las sinopsis de algunos de estos cómics es sencillo entender la parte más interesante del libro, es decir, el otro bando, la reacción de la sociedad más conservadora de EEUU, formada por asociaciones religiosas y de padres que empezaron a atacar a los cómics como forma de expresión. En un principio las críticas no se dirigían sólo a la mala influencia que ejercían sobre los niños, sino también al poco talento de sus autores y la baja calidad de impresión. Con el tiempo, a través de diferentes noticias de sucesos y artículos de opinión fue creciendo la mala fama de este medio, hasta el punto de que incluso uno de los considerados padres del formato comic book llegó a arrepentirse públicamente de su creación.

Esta guerra figurada desembocó en la que se podría considerar la batalla final: la comisión del senado en la que se quería analizar la conexión que podría haber entre la lectura de cómics y la delincuencia juvenil. La investigación, más allá de las conclusiones a la que llegase esta comisión, supuso la gran derrota del cómic americano: descrédito, autocensura... Esta comparación bélica funciona especialmente por la forma en la que acaba el libro, con una «placa de caídos en combate» con  los títulos que fueron cancelados y los puestos de trabajo que fueron destruidos.

Pongo por aquí unas ideas sueltas:
  1. Llevo años pensando que la persecución contra los cómics en EEUU durante los años 50 podría dar para una película, un cómic, una novela, una serie... Este ensayo es lo más parecido a lo que tenía en mente.
  2. El libro Seduction of the innocent se publicó en 1954. En él, el psiquiatra Fredric Wertham relacionaba de una manera poco científica la delincuencia juvenil con la lectura de cómics. Me surge esta duda: ¿Puede ser el primer libro publicado en EEUU que hable sobre cómics? Sería trágico si fuese así.
  3. Ya de por sí la primera industria del cómic americano estaba formada por parias, por inmigrantes e hijos de familias trabajadoras. Esta persecución mediática destruyó aún más la respetabilidad de estos autores.
  4. Hay muchos ejemplos en este libro de los excesos del bando censor, pero creo que no es justo demonizarle de forma absoluta. En la actualidad tenemos ejemplos de censura parecidos a la que pedían aquellas personas. Por ejemplo, está prohibido emitir por televisión contenido para mayores de 18 años de 6:00 a 22:00, la publicidad de productos adelgazantes, la de bebidas alcohólicas está bastante regulada y la de tabaco está prohibida en toda Europa. Incluso se está planteando actualmente la necesidad de regular los anuncios de casas de apuestas. Si los cómics actualmente tuviesen una cantidad de lectores comparable a las audiencias actuales de la televisión y si fuesen leídos masivamente por niños, nos parecerían razonables que se aplicasen unas regulaciones similares.
  5. Aún así, acabo mi papel como abogado del diablo recordando una anécdota que define demasiado bien la naturaleza del código de autocensura: no permitieron publicar una una historia corta que hablaba sobre superar los enfrentamentientos raciales... porque en ella salía dibujado un negro. ¿En qué sentido una imagen así podía ser una mala influencia para un niño?
  6. Puede parecer que este ensayo tiene interés únicamente para un lector americano o para alguien interesado en los cómics de aquella época, pero en realidad la persecución del cómic en EEUU tuvo un eco en todo occidente. En ese sentido, a quien esté interesado por la relación entre la censura de los cómics en EEUU y en España hay que recomendarle
    La legislación sobre la historieta en España.

miércoles, 20 de febrero de 2019

¡Atrévete a dibujar! Bocetos de mujeres

Continuando las lecciones de cómo se dibujan chicas, aquí hay otros modelos de los primeros trazos necesarios para confeccionar una cara. Fijáos bien en las curvas que dan el tono a todo el rostro, tanto cuando está de frente como cuando aparece de perfil. Con estas líneas que sirven de base a las caras podéis iniciar vuestros primeros bocetos estudiando bien la posición de sus facciones.


También tenéis aquí representados unos bocetos de cuerpo entero, en los que podéis practicar proporciones, sin definir las líneas del rostro. Observad la línea central de las figuras, que señala la curvatura central del cuerpo en diferentes posiciones.


Vale más que dibujéis caras y cuerpos por separado y, más adelante, cuando hayáis adquirido más experiencia, podréis unir las dos cosas.

Y nada más por hoy, queridos lectores; seguid con atención las presentes lecciones y poco a poco os haréis unos grandes dibujantes humorísticos, que es lo que os deseso. Hasta la próxima.

(Pulgarcito nº 1131, 9/01/1953, Guillermo Cifré)

lunes, 18 de febrero de 2019

Los cómics que dan forma al mundo


Me gustó una frase de Ignacio García May que cité en este blog hace poco: la televisión y los tebeos son «una historia y una cultura paralelas, pequeñitas, de andar por casa. (…) Una cultura adquirida por gusto y sin esfuerzo, casi sin darnos cuenta». La cultura popular no cuesta, sino que se adquiere «sin esfuerzo», porque en realidad es un ambiente en el que nos movemos.

En un libro de Marvin Harris se hace un análisis que yo entendí que estaba relacionado con esta idea. Mientras que en casi todas las sociedades el arte se basa en la repetición, solamente la sociedad occidental actual coloca al artista como un genio que tiene que buscar la originalidad rompiendo la tradición continuamente y cuyas obras hay que explicar para que puedan ser entendidas. Según él, en parte es una consecuencia de la fabricación industrial en serie y de la competencia en el mercado del arte. La conclusión sería: «Los modernos criterios estéticos sostienen que la originalidad reviste más importancia que la inteligibilidad».

Dándole vueltas a estas ideas, he acabado pensando que una cosa que me fascina de los cómics, y que creo que los lectores no reivindicamos lo suficiente, es precisamente su valor como arte popular. Me gusta ese tipo de cómic que busca conectar con un público amplio, que es un reflejo de su época y la sociedad en la que se ha producido, el que supera los límites de las viñetas.

Es un tipo de cómic que trasciende a su condición de cómic, que se convierte en un icono. Se ve mucho en el humor político, donde se usa a Mortadelo para ridiculizar casos de espionaje o la situación en Cataluña, a Pepe Gotera y Otilio cuando se trata de chapuzas y a 13, rúe del Percebe cuando se quiere hacer un reflejo de la sociedad de una manera más compleja. Incluso recuerdo haber visto a políticos disfrazados de Zipi y Zape en Las noticias del guiñol. También los cómics se han utilizado para poner motes de nivel de patio de colegio: a Echenique se le ha llamado Rompetechos, y a Eduardo Inda, don Pantuflo.

Pero más allá de la política, los cómics se usan como un referente compartido para otro tipo de textos, como el caso de Francisco Umbral cuando citaba a Carpanta, esas referencias a Zipi y Zape en una revista sobre ciclismo o por lo general los artículos de Javier Pérez de Andújar, y especialmente su famoso pregón.

El cómic da forma al lenguaje también en frases hechas. En mi generación no tanto, pero todavía se oye decir «Parezco el abuelo Cebolleta» o «Esto es más viejo que el tebeo». Igual que con muchas otras frases populares, han ido más allá de la referencia. Ya casi nadie se acuerda de Picio o el Tato, pero se sigue diciendo «Más feo que Picio» y «No vino ni el Tato». Es decir, que estas referencias no significan que los cómics de los Cebolleta o TBO tengan unas grandes ventas, pero vinieron para quedarse entre nosotros. Es lo que pasa con Zipi y Zape: no sé cómo serán las ventas de sus cómics, pero cada vez que busco en Twitter «Zipi y Zape» me salen mil fotos de dos amigos que se llaman a sí mismos así porque uno es rubio y el otro, moreno.

Si está en las conversaciones, es automático que los cómics lleguen a los bares, ya sean de Santander, Segovia o Salamanca, o restaurantes de Madrid (también este), Zaragoza o Zamora. Hasta Carpanta llegó a ser hasta portada de una revista gastronómica. La naturaleza de este tipo de cómic cala tanto que puede llegar a una mercería o a una farmacia, a una discoteca y a los coffeshops de Ámsterdam. La sociedad lo adopta como algo propio y también lo lleva a los grafitis, como estos de Salamanca, Madrid, Zamora y Toledo. No sólo decora las paredes, sino a nosotros mismos impreso en camisetas o a los aficionados al cosplay (por ejemplo, aquí, aquí y aquí)

El cómic popular llega a la gente de mil maneras más. Por ejemplo, puede ser parte de un libro de texto o de un chiste, a través de la publicidad o como acompañamiento de artículos de opinión, de un grupo de teatro aficionado o una feria de ferrocarriles. Puede aparecer en novelas, poesías y series de televisión.

Son iconos que la sociedad comparte y a los que se quiere homenajear (y ridiculizar). De 13, rúe del Percebe no se acabarán las versiones nunca, pero también hay ideas más ocurrentes como la mezcla de cómic con Legos (uno y dos), una versión hiperrealista de un Mortadelo ancianola espalda del 13, rúe del Percebe. Versionar el cómic popular es algo que interesa tanto al autor profesional (uno, dos, tres, cuatro) como al aficionado (uno y dos). Ha sido también tema para inktobers (uno y dos).

Aún así, creo que hay un contraste entre el interés por este cómic por parte de aficionados y de profesionales, del mismo modo que se percibe diferencias entre el reconocimiento popular y el institucional. Creo que las estatuas funcionan como reflejo de esto. Mientras que en España hay pocas estatuas dedicadas al cómic (por ejemplo, esta de Mafalda y esta del Capitán Trueno), en Valencia ha habido muchas fallas dedicadas a Francisco Ibáñez. Las instituciones han premiado a pocos autores y de cierto estilo, pero la sociedad ensalza de otras formas.

Las instituciones no suelen sentir conexión con los gustos populares, pero creo que habría que incidir más en ellos. Más allá de los márgenes y la búsqueda de alternativas, a través del gusto popular, las grandes tiradas y el consumo de masas se conseguirá que uno no sepa dónde acaba el cómic y dónde empieza la sociedad.

miércoles, 13 de febrero de 2019

¡Atrévete a dibujar! Dibujo de mujeres

¿Qué tal, amigos? A partir de ahora soy yo el modesto encargado de daros unas cuantas lecciones de dibujo, más exactamente de explicar cómo se dibujan muchachas. Con la mujer joven ocurre que no se la suele caricaturizar, sino estilizar, o sea, dibujarla con la menor cantidad de líneas y acentuando en lo posible su gracia.


Arriba veis cómo se confecciona una cara, empezando por la estructura que sirve de base y la forma en que se van añadiendo facciones.


En la figura completa viene señalada la proporción de la misma, que como veréis, se compone de tres partes: una que abarca desde encima de la cabeza a la cintura, otra desde la cintura a las rodillas y, la tercera, desde estas a la punta de los pies. De momento, fijaos bien en la estructura indicada y ya podéis empezar a hacer vuestros primeros bocetos. Lo de hoy es tan solo una idea general; en las próximas lecciones os aclararé detalles para que logréis dibujar chicas mucho mejor que yo. Hasta la próxima semana.

(Pulgarcito nº 1130, 2/01/1953, Guillermo Cifré)

miércoles, 6 de febrero de 2019

¡Atrévete a dibujar! Guiones

Hoy, como final a mi intervención en estas enseñanzas de dibujo, y para dar paso a las estupendas lecciones que sobre la manera de dibujar muchachas está preparando Cifré, voy a hablaros de los guiones de las historietas.


Muchas veces —estoy seguro— os debéis preguntar cómo es posible que, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, se nos ocurran historietas sin faltar nunca a la cita con nuestro Pulgarcito y la verdad es que se pasan malos ratos ante la mesa de dibujo esperando que llegue la idea de la historieta de turno. Claro que con la práctica se logra sacar el tema de cualquier frase, oyendo la radio, leyendo la prensa o hablando con los amigos, surge espontáneamente un tema que luego debidamente sazonado sirve para un buen guión.

También hay personajes fáciles de resolver y otros difíciles: por ejemplo, si se hace protagonista de las historietas a un médico, los guiones deben hacerse basados en medicinas, enfermos, etc., con lo que los temas resultan más difíciles de lograr que si el personaje es un individuo sin ocupación definida y grandes características que lo encasillen en un tipo determinado, porque entonces toda clase de historietas encajan bien en un personaje así y resulta fácil encontrar tema todas las semanas. Por lo tanto, mi consejo es que para empezar escojáis un tipo de los fáciles, para que cualquier idea o chiste le vaya bien.

En fin, amigos, no sé si estas cortas lecciones de dibujo os habrán servido de algo. He intentado explicaros las experiencias que he ido recogiendo y, si de ellas obtenéis algún provecho que os ayude en vuestros primeros pasos como dibujantes cómics, me sentiré muy satisfecho y, ¿por qué no decirlo?, orgulloso de haber contribuido en algo para iniciaros en una profesión que os deseo llena de éxitos.

(Pulgarcito nº 1129, 26/12/1952, José Peñarroya)