Si te viene a la cabeza Total eclipse of the heart (1983) imagino que te extrañará saber que su compositor estuvo trabajando durante varios años en un musical de Batman que nunca llegó a estrenarse. Por si fuera poco, Tim Burton habría sido el director de este espectáculo de Broadway. En principio no parece muy prometedor, pero en cuanto se investiga un poco más, la sensación es que podría haber salido algo mucho mejor de lo que parece.
Cuando Marvel empezó a tener éxito con el universo cinematográfico de los Vengadores, el resto de productoras de Hollywood intentó copiar esta idea de la meta-franquicia: el universo cinematográfico de los monstruos de la Universal, el universo cinematográfico de los Cazafantasmas, el universo cinematográfico de DC, el universo cinematográfico de los X-Men de Fox (con el crossover entre las primeras originales y el reboot)... Algo parecido ocurrió a finales de los 90 cuando Disney empezó a producir musicales de Broadway a partir de sus películas más famosas. La bella y la bestia (1994) tuvo un recibimiento tibio, pero el éxito descomunal de El rey león (1997) indicó que era el camino a seguir.
El rey león
Como Disney había conseguido rentabilizar éxitos de taquilla en forma de musicales, el resto de productoras del momento buscaron en su catálogo un material que pudiese funcionar de manera similar. Universal se planteó adaptar alguna de sus películas de monstruos, mientras que Fox adaptó en el año 2000 la película británica The full monty (1997). Warner Bros., por su parte, pensó en Batman.
La primera persona en aceptar este trabajo fue el compositor Jim Steinman (1947) y tal vez fuese la elección perfecta. En su currículum tenía dos de las mejores canciones de Bonny Tyler, Total eclipse of the heart (1983) y Holding out for a hero (1984), junto con la composición y producción de canciones para películas como Calles de fuego (1984), La Sombra (1994) y La máscara del Zorro (1998). Todo esto palidece frente al mayor éxito de su carrera, la composición de Bat out of hell (1977), interpretado por Meat Loaf y uno de los discos de rock más vendidos de la historia. Todos ellos son buenos ejemplos de su estilo musical: apasionado, recargado y muy cercano al estilo de los musicales de Broadway.
Portada del disco Bat out of hell (Richard Corben)
En un principio trasladar a Batman a un escenario puede parecer una marciana. De hecho, parece que el departamento de animación de Warner se burló de este proyecto en un capítulo de Batman del futuro (1999-2001) en el que Bruce Wayne y Terry McGinnis asisten como público a un musical camp basado en este personaje. En realidad, teniendo en cuenta musicales como Sweeny Todd (1979) o El fantasma de la Ópera (1986) no hay motivos para pensar que la ópera rock que Jim Steinman tenía en mente fuese a acabar siendo una horterada. De hecho, yo diría incluso que tenía muy buena pinta.
Jim Steinman
Junto a Jim Steinman se unió David Ives como autor del libreto. El director en un principio iba a ser Tim Burton porque el estilo que se quería conseguir era el de sus dos películas (aunque en una entrevista de 2007 un comentario delató su desinterés: «Pensé: "Oh, no... Batman sobre hielo»). Las primeras noticias sobre este proyecto se publicaron en 1999. Con el tiempo se anunció que el plan era estrenarlo en off-broadway en 2004 y llevarlo a Broadway en 2005.
Sin embargo, a pesar de todo este tiempo de desarrollo, Warner Bros. canceló el proyecto. La compañía nunca ha explicado los motivos de esta decisión, pero se asume que están relacionados con el fracaso comercial de Dance of the vampires (2002), la adaptación de Broadway de un musical austriaco basado en El baile de los vampiros (1967), de Roman Polanski. Aunque este espectáculo había sido un gran éxito en Austria, la versión americana se representó únicamente 56 veces y fue descrita por The New York Times como «el fracaso más caro de la historia de Broadway». En esta producción habían estado implicados Jim Steinman y David Ives, aunque el resultado final no reflejaba el espectáculo que ellos tenían en mente. Los productores habían pedido cambios para la versión americana que la alejaban demasiado de la versión austriaca, para transformarla de la ópera gótica y sensual original a la comedia camp americana. Jim Steinman quedó tan disgustado que ni siquiera se presentó al estreno.
En su lugar, Warner sacó adelante otro musical, Lestat (2005), con música de Elton John y Bernie Taupin, que no llegó a tener ni siquiera el mismo número de representaciones que Dance of the vampires. Esto contrasta con el éxtio que consiguió unos años después Steinman con Bat out of hell: the musical (2017), un musical rock que adaptaba los álbumes en los que trabajó con Meat Loaf. Mi sensación es que Warner aquí cometió una error del que ya no es posible volver atrás. Este Batman grandilocuente y sobrecargado seguramente no encajaría en el público actual, acostumbrado a la versión estéticamente menos evocadora de Christopher Nolan.
Aunque el musical no llegase a estrenarse, Jim Steinman supo buscar la forma de sacar a la luz sus canciones de una u otra manera. De este modo Meatloaf versionó Cry to heaven y In the land of the pig the butcher is king en el disco Bat out of hell III: The monster Is loose (2006), y la canción Not allowed to love se utilizó en Bat out of hell: the musical. Por otro lado, en 2006, junto con el lanzamiento de Bat out of hell III, Jim Steinman subió a su web personal las demos que había grabado de estas canciones.
Las siguientes graciones son precisamente eso: demos. Eran el material de partida con el que el director (posiblemente Tim Burton) comenzaría a trabajar para dar forma al musical. Hay que hacer un esfuerzo para ignorar que las voces son en su mayoría de Jim Steinman y que el acompañamiento es un simple piano para imaginarse que incluso las letras y la estructura de estas canciones seguramente habrían acabado cambiando de alguna forma.
Foto del espectáculo teatral Batman live (2011)
La secuencia inicial (The song of Gotham City/The graveyard shift)
«Empieza con el sonido de campanas que llegan de la Catedral de Gotahm, a continuación La canción de Gotham (...). Vemos a los habitantes de Gotham que temen el comienzo de la noche, que cierran las "puertas/barreras" deslizantes, aterrorizados por la tormenta que se acerca. La soprano es una mujer del Ejército de Salvación delante de la catedral.
A continuación: "Nos elevamos" para ver una panorámica de todo Gotham. Y en la oscuridad, entre gárgolas, torres y capiteles, de pronto una gárgola cobra vida... Es Batman, vigilando todo delante y debajo de él. Canta El turno del cementerio sobre los tejados góticos, una oscura presencia humana, vigilante, vengativa. ¡Entonces se va! Durante su aria, debajo, un desfile de personajes va pasando: Selena Kyle/Catwoman, el Joker, varios ciudadanos y "villanos" que veremos después.» (Jim Steinman)
En el país de los cerdos, el carnicero es el rey (In the land of the pig, the butcher is king)
«Pig está escrita para ser la canción de las corruptas sanguijuelas que controlan Gotham, y miran hacia abajo desde sus brillantes torres que destripan el cielo, los contaminantes llueven del cielo como una densa y coagulada lluvia de putrefacción. Estaba pensada para ser intimidante de una manera cómica y grotesca.» (Jim Steinman)
Prohibido amar (Not allowed to love)
«I am not allowed to love, not allowed to fall.
It seems that after all some rules must be unbroken.
I am not allowed to swoon, romanticize or croon,
the beauty of your eyes must still remain unspoken.
But my head will be unbowed.
I’m certainly no fool,
I’m no fool,
for I know I’ll always be allowed
to find exceptions to the rules.»
Juguetes maravillosos (Wonderful toys)
Esta canción tiene el guiño más evidente a las películas de Tim Burton. En la primera de ellas el Joker le murmura a sus compinches: «¿De dónde saca todos esos maravillosos juguetes?» A partir de este chiste Jim Steinman construye una canción llena de gags y referencias entre las que yo voy a destacar una a Ricky Martin («Vive la vida Joker!») y otra a Rocky Horror Picture Show («Why don't you come up to the lab and see what's on the slab?»).
La canción de Catwoman (Catwoman’s song)
«Selena Kyle, también conocida como Catwoman, fue testigo de la muerte de los padres de Bruce Wayne. Una raterilla que casualmente estuvo allí para verlo, escondida. Este asesinato brutal obsesiona a Bruce y a Selina. Pero los dos reaccionan totalmente diferente a ese traumático golpe. Bruce aprende a jurar venganza y se convierte en un caballero vengador, Batman. Pero Selena ha quedado mentalmente marcada al darse cuenta de lo fácil que es perder aquello que es valioso (le arrancan a la señora Wayne el collar de perlas de la garganta). Así que Selena crece con el ansia de las joyas preciosas... ¡y la obsesión de conservarlas! (Ella nunca las lleva puestas, es una mujer tímida pero las acumula en baúles). Solo cuando se transforma en Catwoman la dominan su amor por el peligro, el deseo por las joyas preciosas y el crimen. Lo que le impulsa es la posesión secreta, no la exhibición pública.
Así que ambos testigos del crimen del asesinato de los Wayne a manos del Joker se han convertido en dos pequeños "observadores": Batman se convirtió en Batman, Selena se convirtió en Catwoman. Dos pequeños niños "perdidos" han mutado a través de sus complejas reacciones a una entumecida pérdida, y de hecho se enamoran, con una especie de oscuro y fetichista arrastre sadomaso. Esto es nuevo para el mundo de Batman.
Catwoman canta su canción sola en una joyería, una orgiástica celebración entre las brillantes y reluciones joyas que la rodean. Rompe vitrinas y baila tan eróticamente como Salomé con la cabeza decapitada de Juan el Bautista. Creo que reconoceréis mi gran uso del coro aquí: "Necesito todo el amor pueda recibir y también todo el amor que no pueda recibir".» (Jim Steinman)
Todavía somos los niños que fuimos una vez (We’re still the children we once were)
«Al final de Batman, bajo las intensas ruinas del tren elevado, Catwoman y Batman se unen para luchar ferozmente contra el Joker. En la pelea, Catwoman es herida mortalmente al "salvar" heroicamente la vida de Batman. En una fúnebre y climática canción, Batman, sujetando a Catwoman moribunda en sus brazos, canta Todavía somos los niños que fuimos una vez, junto con la agonizante Catwoman y con ellos mismos como los pequeños niños que vieron el asesinato. Se forma un esperanzado, emocionante y trágico cuartero: Bruce como huérfano, Selena como raterilla aterrorizada, Batman como un vengador con el corazón destrozado y Catwoman como moribunda heroina condenada. Un cuarteto escalofriante. Todavía queda el acto final de espantosa venganza, pero este es el final operístico.» (Jim Steinman)
Grita al cielo (Cry to Heaven)
«Cry, baby, cry ,
cry, cry to heaven.
Say a prayer and light a candle,
toll a bell.
Cry, baby, cry,
cry, cry to heaven.
If that doesn’t do it for you,
go ahead, and cry like hell.»
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