Esta lección la dedicaremos a dibujar niños, cuyas facciones tienen algún símil con el rostro de las muchachas que hemos dibujado antes.
En primer lugar, fijaos en las figuras de arriba: el niño tiene la cabeza mucho mayor en proporción a los adultos, pues ocupa un tercio de su cuerpo. También tenéis el esquema de su estructura, para que os sirva de guía, y al margen algunos niños en diferentes posiciones en las que podréis apreciar el movimiento. Las expresiones en el rostro de los niños son también bastante limitadas, pues no se les puede forzar mucho sin que pierdan su gracia infantil.
Un detalle también muy importante es el trazado de los cabellos: puede solucionarse con pocas líneas, dando al mismo tiempo la sensación de una abundante mata de pelo.
Y nada más por hoy, amigos. Hasta la semana próxima.
(Pulgarcito nº 1136, 13/02/1953, Guillermo Cifré)
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