Continuando nuestras amenas lecciones, hoy ilustramos la paginita con un estudio de pies desnudos y calzados. Tened presente, al añadirlos a vuestros muñecos, que los pies desnudos han de resultar algo mayores que los calzados. Esto es un absurdo, pero resulta que un muñeco con los pies desnudos y pequeños no hace gracia. Sin embargo, para moverlo normalmente calzado, los pies grandes dificultan bastante las diferentes posiciones, así que no queda más remedio que saltarse a la torera la lógica y hacerlos como decimos.
La última ilustración está lograda construyendo los monigotes en la forma que habéis aprendido, o sea, primero el esqueleto de palitos y la cabeza, y luego se les ha «vestido» a la última moda masculina. Lo importante de este dibujo, si os fijáis bien en él, son los planos. Existen cuatro planos para darle profundidad: en primer término las figuras; a continuación el cubo; más allá, una línea que representa el bordillo de la acera y, al fondo, las casas de una ciudad. El efecto no puede estar mejor conseguido.
Y nada más por hoy, amigos. Hasta la próxima.
(Pulgarcito nº 1115, 19/09/1952, Carlos Conti)
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