Siempre es muy complicado elegir una selección de mejores cómics del año. Las veces que lo he hecho mi intención ha sido añadir variedad al resto de listas de blogs y webs, en los que siempre aparecen los mismos autores y las mismas obras. Las que pongo a continuación han sido para mí, por un motivo o por otro, cómics y libros de los que estoy seguro que se seguirá hablando durante mucho tiempo.
Popeye de Bobby London
Creo que el icono de Popeye está asociado a lo rancio y lo trasnochado, que parece un producto de marketing vacío. Por eso me sorprendió ver que sus primeros cómics en realidad eran atrevidos, dinámicos, rompedores, algo inesperado. La otra colección de Popeye que Kraken está publicando en España son estos dos tomos de finales de los 80 y principios de los 90. De nuevo, puede parecer que este tipo de personajes, icónicos, con décadas a sus espaldas, se han domesticado, se han vuelto dulces y previsibles para satisfacer a un lector generalista poco exigente. Y de nuevo me llevo una sorpresa. Se trata de una marca registrada de una gran corporación, de acuerdo, pero escrita y dibujada como si fuese un cómic completamente underground. Muy divertido y muy salvaje. Bobby London jugó al límite de la corrección política hasta que finalmente la empresa le despidió y dejó de publicar más tiras de Popeye. Una de las gracias de este tomo es que incluye también todas las tiras que, por este motivo, fueron dibujadas pero no llegaron a aparecer en ningún periódico.
Silvio José: Rescatado
Por el motivo que fuese, Paco Alcázar había ido apartando un conjunto de páginas de los cuatro tomos anteriores de Silvio José que ahora aparecen en este último. La recopilación es un cierre perfecto a una colección para este personaje tan peculiar que el autor ha ido construyendo durante nueve años. Egoísta, prepotente, inseguro, caprichoso, vago... ¿Es Silvio José un desecho social por culpa de la telebasura, la comida basura y los videojuegos y películas de mala calidad? Paco Alcázar apoya su humor en sus característicos textos con los que los personajes abren demasiado su alma y se nos muestran con todas sus bajezas.
Raf: el 'gentleman' de Bruguera
Raf fue de los mejores dibujantes de Bruguera y estuvo entre los mejor valorados. Durante los 70 se hablaba de Ibáñez, Raf y Vázquez, y en los 80, de Ibáñez, Raf y Jan. De estos cuatro autores, tres han recibido la atención del público en forma de libros, reediciones e incluso películas. Es interesante cómo ha podido ser abandonado durante tanto tiempo este otro autor, caracterizado por un dibujo y unos argumentos tan personales, tan alejados de los esquemas de Bruguera o de cualquier tradición del cómic nacional. Jordi Canyissà se ha entregado totalmente en este libro para reivindicar a un autor muy versátil, que nos parece muy español y caricaturesco, pero que también fue muy internacional y de estilo realista. Un autor melancólico, muy pesimista, que sin embargo trabajaba en despertar sonrisas con las páginas de Sir Tim O'Theo o Mirlowe. Para compensar la escasez de reediciones del trabajo de Raf, este libro incluye páginas y más páginas de toda su carrera y sus estilos. Jamás se va a publicar un libro sobre Raf que pueda hacer sombra a este.
Josep Coll: El observador Perplejo
Otro libro necesario este año ha sido este interesante tomo, que en apariencia es una mezcla de análisis teórico y páginas de Coll. En realidad, pesa muchísimo más lo segundo, mientras que los textos son un mínimo necesario acompañamiento para poner en contexto el humor y el dibujo de Coll. Si ya las páginas son magistrales por su humor blanco, la línea estilizada y el movimiento, estas páginas de acompañamiento explican la vida de su autor y reproducen entrevistas en las que expresa su personalidad. Los cómics tienen la curiosidad de ser reproducciones de las páginas originales, con el tamaño original de cada página o tira a su lado, como si fuese el catálogo de una exposición.
Sally Heathcote: Sufragista
Este cómic está en completa actualidad por dos aspectos. Por un lado, posiblemente el feminismo aparece como tema en más conversaciones que hace unos años. Por otro, el argumento trata sobre la resistencia civil contra el poder establecido. Frente a una situación de evidente injusticia, las mujeres de este cómic intentan de todas las maneras reivindicar su derecho al voto, hasta el punto de que se ven obligadas a utilizar la violencia. ¿Cuáles son los límites de la violencia y el caos social, cuándo es justo llegar a ese extremo y cuándo no? ¿Seguro que la violencia sólo es aceptable cuando la ejerce el Estado para proteger el statu quo? Han pasado décadas desde que las sufragistas hicieron sus reivindicaciones, y ahora lo que pedían nos parece obvio. ¿Las conclusiones a las que llegamos leyendo este cómic son aplicables a la sociedad actual?
Y un pequeño extra:
Planetary
No es una novedad de este año, pero con la edición de ECC por fin he podido leer esta colección de principio a fin... varias veces. Me ha parecido increíble lo que Warren Ellis y John Cassaday hicieron en estas páginas, un cómic de superhéroes definitivo. Superaron todas las expectativas que se pueden tener con este género. ¿Quieres misterio y acción? Aquí los tienes elevados a la enésima potencia. ¿Quieres además una segunda lectura, un "algo más" en lo que se apoyen toda esta historia? Lo tienes. Cada comic-book hace referencia a un tipo de historia, imita un libro, o una película o un cómic de los que el género de superhéroes ha recibido su influencia. Planetary es la pura esencia del cómic de superhéroes... y además, empujada un pasito más allá. La forma de contar la historia en imágenes (los planos, la forma de las viñetas, los momentos elegidos...) es sofisticada, aunque no llegue a ser experimental. La moralidad de estos héroes llega a grises mucho más drásticos de los que podría llegar cualquier superhéroe de Marvel o DC. Todo en este cómic pretende llevar a los lectores a lugares que parecerían imposibles en cualquier otra editorial.
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