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lunes, 28 de octubre de 2013

Astérix y los Pictos, de Jean-Yves Ferri y Didier Conrad

Cartoné, 48 páginas, color, 12,90 €
También en formato ebook, en castellano,
catalán, euskera, gallego y asturiano

Goscinny murió hace 35 años durante una revisión médica rutinaria. Esta pérdida colocó a Uderzo en una situación difícil. ¿Continuar con Astérixo abandonar? Se decidió por seguir dibujando sus historietas, pero en unas condiciones muy concretas: sin otro guionista que no fuese él mismo. El guerrero galo era un gran personaje, hubiese merecido un guionista a la altura, pero un escritor de primera categoría hubiese aportado su visión personal y llevaría de manera inevitable la colección en una dirección diferente a la original. Uderzo se decidió por el continuismo, por realizar nuevos álbumes sin dar ninguna pista de cambio o renovación.

En un primer momento la idea no le salió del todo mal, pero pronto los álbumes dejaron de tener interés por sí mismos. Su atractivo ya no estaba en su propia lectura sino en mantener el recuerdo de los primeros cómics. La etapa de Uderzo, con sus efectismos y toques de atención facilones (Astérix tiene un hijo, Astérix se enamora, Obélix bebe la poción mágica...), se había convertido en material derivado, en merchandising del Astérix original que no podía sostenerse por su propio pie.

Para mí ésos eran los dos riesgos que veía en Astérix y los Pictos: ¿el cambio de guionista y dibujante no sería otro efectismo más? ¿Aportaría este cómic algo más que una curiosa continuación del original?


Abro la primera página, leo por orden cada bocadillo con recelo, y al poco rato ya he apartado cualquiera de estas dudas. Tengo un verdadero tebeo de Astérix en las manos, y no porque lo diga en la portada o porque el protagonista salga en la mayoría de las viñetas. Es porque es un cómic que sólo podría protagonizar Astérix, con una aventura y un humor que sólo se ha visto en los mejores tebeos de esta colección.

Como mínimo, lo que los autores tenían que conseguir era un guión divertido y un dibujo trabajado. Con eso los lectores ya se habrían quedado satisfechos. Y sin embargo, hay más que eso. El dibujo no sólo es bueno, mimetiza el estilo de Uderzo, los diseños de los personajes, la composición de página, los planos dentro de las viñetas, el movimiento, la expresividad... El guión no sólo es divertido, usa sólo el mismo tipo de chistes (juegos de palabras, referencias culturales...) que habría ideado Goscinny. Viendo las adaptaciones al cine o los cómics de Uderzo parecía una tarea imposible, y sin embargo el guión de Ferri funciona sin que parezca una caricatura forzada.

El resultado final de este cómic es muy bueno, totalmente recomendable. Un dibujo de calidad, un Astérix que por fin es muy divertido y un resultado global que no chirría con los últimos álbumes realizados por Goscinny y Uderzo en los 70. Da para pensar cómo podrían haber llegado a ser algunas continuaciones de cómics españoles (como La Muerte del Capitán Trueno, El Supergrupo: El Superretorno y Zipi y Zape y el Club de la Canica) si hubiesen seguido este mismo camino...

Me queda colgando el tema del miedo de Uderzo al cambio y la posibilidad de renovar la serie de verdad. Gracias al talento innegable de Jean-Yves Ferri y Didier Conrad, creo que aunque sigan por esta línea conservadora los lectores y la crítica les apoyarán. El problema es que por eso mismo también se les pondrá lamentablemente en un escalón por debajo del equipo original. Si dependiese de mí, mantendría este mismo estilo durante un par de álbumes más y luego probaría a romper un poco los moldes para ver qué ocurre.


Cómics relacionados:

El Papiro del César (Jean-Yves Ferri, Didier Conrad)

martes, 8 de octubre de 2013

Huida hacia la Gloria (novedad)


Nos avisa Gol de la publicación de su último cómic:

Recientemente he publicado un cómic sobre la figura de Balboa y el Descubrimiento del Pacífico. Ha sido editado por la Fundación CEXECI www.cexeci.org dentro de su colección "Extremeños en Iberoamérica". Anteriormente habían editado otros dos cómics, uno de Fermín Solís y otro de José Luís Forte y Enrique Flores.

"Huida hacia la Gloria. Vasco Núñez de Balboa y el descubrimiento del Océano Pacífico" tiene 72 páginas y está editado en rústica en 17cm. por 24cm. Se puede comprar al precio de 10 € más gastos de envío escribiendo a info.cexeci@org.gobex.es

Cómic hecho en casa


Nos acaba de llegar al correo el anuncio sobre la reciente creación de esta página web:

Esta web nace con la vocación de servir de escaparate a todo ese talento nacional comiquero que no termina de encontrar su sitio en las editoriales.
A nosotros no nos preocupa si los cómics darán o no beneficios. Solo nos gusta leer cómics y si son de calidad mucho mejor. Por eso queremos que salgan a la luz aunque no produzcan un euro de ganancia.

Si eres escritor, ilustrador, lo que sea y tienes algún cómic que enseñar, no lo dudes ¡deja que el mundo disfrute de él! Te recomendamos que visites antes la sección de F.A.Q´s para saber cómo enviárnoslo.

Si te gusta alguno de los cómics que hay en esta web, ¡vótalo!. Los autores te lo agradecerán un montón.

Estamos empezando y por supuesto cualquier sugerencia que nos ayude a mejorar, es bienvenida. Envíanosla a comichechoencasa@gmail.com

lunes, 7 de octubre de 2013

Hitler: La Novela Gráfica, de Shigeru Mizuki

288 páginas, 15 €
Blanco y negro, tapa dura

Adolf Hitler es el mayor villano de la historia y del mundo de la ficción. En él y la esvástica de su partido se concentra la máxima expresión de maldad que podemos imaginar. Es difícil pensar en él como un ser humano más, como alguien que también tuvo infancia y adolescencia, como alguien que tuvo que sobrellevar la rutina y otros pequeños detalles diarios. Nos lo han convertido en una exageración perversa del racismo, el odio, la violencia, la intransigencia... y no podemos verlo de otra forma. Por eso es interesante acercarse a Hitler a través de una biografía, para intentar comprender cómo una persona cualquiera pudo llegar a crear tanta muerte y tanto caos en Europa.

Shigueru Mizuki dibujó en 1971 esta historia de 17 capítulos en la que recorre la vida del dictador desde sus comienzos como pintor de paisajes sin éxito, indigente, soldado y miembro del partido nazi, hasta su muerte durante la Segunda Guerra Mundial, que ocupa los últimos cuatro capítulos. A lo largo del cómic se muestra principalmente su manejo de las intrigas políticas aunque también se enseñan algunos detalles sobre su vida personal y sentimental.

Este cómic es simple, en parte como algo bueno pero especialmente lo señalo como su gran error. La sencillez del dibujo es muy agradable, hace que el cómic tenga un aspecto legible y las caricaturas de los personajes, resueltas en pocas líneas, son inmediatamente reconocibles a lo largo de todo el tomo. La pena es que el guión no le da ninguna importancia a los secundarios. El dibujo los hace reconocibles pero el guión los convierte en intercambiables, en breves apariciones con las que Hitler tiene quien le escuche. Incluso el propio protagonista está reducido a una caricatura en sus motivaciones e ideología. Su personalidad se muestra mediante pinceladas aisladas en vez de a partir del desarrollo y la profundización.

La manera de contar la historia es también simple: se desarrolla principalmente mediante diálogos de bustos parlantes y cuadros de texto. Los personajes no pueden interactuar con el decorado porque sólo está pintado al fondo y sus actuaciones se centran únicamente en los gestos de la cara. No sólo me parece simple sino que a veces incluso creo que hay torpeza, como en las viñetas que solamente contienen texto o en ese primer capítulo que después no vuelve a mencionarse en el resto del tomo. Le falta también sutileza: los textos demasiadas veces subrayan lo que se entiende como obvio, y por otra parte los pocos y aislados chistes escatológicos que aparecen para aligerar la trama son demasiado sencillitos y sin ingenio.

Posiblemente el gran defecto de este cómic es el poco riesgo que conlleva. Mizuki se aparta de la polémica y se mueve dentro de la aburrida corrección. El dibujante no se moja, no juzga a Hitler ni como héroe ni como villano, o peor aún, ni siquiera como una mezcla de ambas. Hitler aquí es una caricatura tristona sedienta de poder, pero las consecuencias de sus decisiones, los muertos por las guerras o los campos de concentración, no tienen la importancia que deberían. Es una biografía en muchos aspectos aséptica, demasiado educada.

Creo que Hitler: la Novela Gráfica no consigue acertar. A pesar de su extensión y su documentación podría ser mucho más didáctico como relato histórico, podría ser mucho más dramático como biografía y mucho más entretenido como cómic. Puede ser interesante como primer contacto con la vida de Hitler, pero no me parece que este cómic aporte algo que no se encuentre mejor contado en los libros o películas sobre la misma figura.

sábado, 5 de octubre de 2013

¡No pasarán!, de Vittorio Giardino

Cartoné. 240 págs. a color, 25 €

Lo que yo sé de psicología y nada es lo mismo, pero tengo la sensación de que para entender quiénes somos necesitamos saber qué opinión tienen los demás de nosotros. Si yo me dedico a mí mismo unos elogios que nadie más ve, seguramente tengo una visión equivocada de mí mismo. A nivel de países pienso que ocurre lo mismo y me sirve el Pyongyang de Guy Delisle como ejemplo. Los súbditos de la dictadura de Kim Jong-il creen que viven en el mejor de los mundos posibles, pero seguramente cambiarían de opinión si pudiesen leer periódicos internacionales.

En nuestro país la Guerra Civil ha sido el suceso más polarizador de nuestra reciente historia, ha dividido el país en dos bandos. Unos justifican la sublevación militar de 1936 como necesaria y otros la describen como antidemocrática y fascista. Yo me pregunto: ¿qué se opina de esta guerra a nivel internacional? Hasta ahora en el cine y la literatura muchos autores ya habían dado su opinión, favorable a la república, y ahora con este cómic tenemos otra interpretación dentro de otro medio.

¡No pasarán! (2000-2008) es la tercera aventura del espía retirado judío-francés Max Fridman, después de que hayan pasado 15 años desde la publicación de Rapsodia Húngara (1982) y La Puerta de Oriente (1985). En este cómic concreto, formado por tres álbumes, se narra el regreso de Fridman a la Guerra Civil española en sus últimos meses para buscar a su antiguo amigo Guido Treves, de las Brigadas Internacionales, que se encuentra desaparecido en medio de una intriga política que implica a los comisarios del partido comunista.

Un punto llamativo de este cómic es que consigue mantener el interés en una trama de secretos y persecuciones en la que no hay ni bruscos giros argumentales ni grandes revelaciones. La investigación avanza lentamente, con un paréntesis en la segunda parte en la que el protagonista decide dirigirse al frente en el Ebro sin conseguir descubrir mucho en realidad. Si Giardino consigue hacer tan atractiva esta historia es por sus personajes (aunque no sean especialmente llamativos) y por la descripción que hace de la guerra española. Los diferentes bandos que participan en ella y sus opiniones, cómo se desarrolla la guerra en la vanguardia y en la retaguardia, la ambientación histórica y el retrato de la ciudad de Barcelona. Todo ello está desarrollado con un dibujo de línea fina de muchísimo talento que huye de la ostentación, donde el diseño de página se coloca en segundo plano para no despistar al lector con distracciones formales.

Al final del tomo se incluyen 50 páginas de material extra más o menos interesante. Bocetos de personajes, ilustraciones que quieren parecer fotos de la época, otras ilustraciones que parecen portadas y páginas promocionales (y seguramente lo sean), bocetos de páginas y partes del guión que acabaron siendo desechados, fotografías y carteles utilizados como documentación, bibliografía...

Vittorio Giardino no llega al nivel de la excelencia en este cómic y creo que tampoco era su intención. Se conforma con poder rendir un homenaje a la primera guerra antifascista en Europa, a la trágica derrota en una lucha por la libertad con la que cualquier lector puede sentirse identificado. Para mí, poder ver la historia de nuestro país desde otro punto de vista, uno tan idealista como crítico, es el mayor aliciente de este relato.