En los inicios de la creación, Ibáñez diseñó una firma. Y vió Ibáñez que era buena:
A principios de los 90 Ibáñez empezó a tontear con ella, haciendo que el cartel quedase aplastado bajo otros objetos, o que lo sujetase en las manos algún secundario al fondo, o cualquier otra tontería. Por ejemplo:
Hasta que de pronto le dio un par de patitas...
Y a partir de ahí ya tenía personaje para las portadas:
Ahora sale en cualquier portada, pero en aquellos años no era un detalle fijo que apareciese siempre. Si queréis más ejemplos de portadas de revistas y álbumes de esta época, echadle un vistazo a estos dos enlaces tan interesantes.
El caso es que esto de hacer chistes personalizados para las firmas no fue una idea de Ibáñez. Uno de sus dibujantes favoritos ya empezó a hacerlo en los años 70. Escuchadme bien, porque sólo lo voy a decir 10 veces. Su nombre era
Post muy interesante, los tipos de firma que hacía Franquin molan cantidubi.
ResponderEliminarEs que Franquin mola un montón. Esto está sacado de sus Ideas Negras que publicó Dolmen. Son geniales, recomiendo muchísimo ese tomito.
ResponderEliminarTambién firmaba así en los últimos Gastones.
ResponderEliminarLa firma de Ibáñez es clavada a las firmas de Franquin más antiguas. Creo que también se "inspiró" en la firma.