martes, 30 de agosto de 2016

Todos los hijos de puta del mundo (Alberto González Vázquez)


Humor cristiano era un popurrí interesantísimo, mientras que Todos los hijos de puta del mundo está mucho más centrado en la imagen. Su contenido es una recopilación principalmente de viñetas de El Mundo Today y de cómics de Orgullo y Satisfacción. Del primero recoge chistes con momentos mundanos llevados al absurdo incómodo. Del segundo, situaciones protagonizadas especialmente por los cuatro candidatos al gobierno que en mayor o menor medida nos han estado amargando los últimos años.

Tengo la sensación de que Querido Antonio ha rebajado la experimentación en el cómo cuenta las historias. Me recuerda a Eugenio y sus chistes, en cómo los explicaba de una forma absolutamente sobria (apenas modulaba la voz, no gesticulaba, no ponía voces, no usaba efectos de luz y sonido...) y cómo esa sobriedad potenciaba el humor. Querido Antonio no abusa por error del plano fijo, los bustos parlantes o las viñetas repetidas. Es precisamente gracias a estos recursos como sus ideas extremas, descabelladas, desagradables, no quedan tapadas bajo una pirotecnia formal. ¿Tal vez es uno de los dibujantes de cómics a los que Puño se refería en Twitter hace unos días?

En este cómic hay más que política. Hay páginas centradas en Ferrán Adriá, Antonio Banderas y en personas anónimas, pero la verdad es que los mejores momentos quedan para los políticos, para Albert Rivera, para Esperanza Aguirre, Rajoy, Aznar o Pablo Iglesias. Y por encima de todos ellos, Pedro Sánchez, con el que se nota que Querido Antonio disfruta. Con ningún otro personaje tendría sentido esa búsqueda del voto de los pedófilos.

martes, 23 de agosto de 2016

Promethea (libro 1 de 3) (Alan Moore y J. H. Williams III)


Sophie Bangs es la identidad secreta de Promethea, la encarnación de una idea que puede traspasar los límites entre el mundo material y la imaginación. O más bien, la séptima persona que se convierte en el avatar de esta idea. Pero este cómic también tiene una máscara. Bajo el disfraz de una historia de superhéroes se oculta un manual de magia y espiritualidad, un cómic pedagógico con el que Alan Moore quiere explicar sus creencias. Todo lo que Moore insinuaba en Supreme aquí se vuelve evidente.

Poder aprender sobre sexo tántrico, los elementos mágicos y las cartas del tarot tiene como contrapartida que sea también un cómic bastante pesado de seguir. J. H. Williams III y el español José Villarrubia ayudan mucho a hacerlo digerible. El primero con unas composiciones de página (generalmente dobles páginas) elaboradas, complejas, llenas de detalles y sin embargo muy legibles. El segundo, con una breve fotonovela de muy buena factura.

Es extraño que en una historia de iniciación y aprendizaje como ésta Moore no trabaje más la identificación del lector con la protagonista. Tal vez ése sea su aspecto más débil.

lunes, 8 de agosto de 2016

'¿Dónde estás ahora, Batman?', el poema que inspiró a Alan Moore


En 1990 Grant Morrison abrió la caja de los truenos al insinuar en un artículo de la revista Speakeasy que Alan Moore había copiado ideas de la novela Superfolks (1977) de Robert Mayer para los guiones de ¿Qué le sucedió al Hombre del Mañana?, Watchmen y Miracleman. No voy a entrar en los parecidos entre unos y otros. Cuando le preguntaron a Alan Moore sobre este tema en 2011 respondió que efectivamente había leído el libro, pero consideraba que la influencia en su trabajo no había sido tan determinante como Morrison quería dar a entender. En su opinión, Superfolks había sido tan importante para él como el poema Where are you now, Batman?

No era la primera vez que Alan Moore hacía referencia a este poema. En una entrevista de 1984 en la revista Comics Interview Moore explicaba cómo le había afectado su lectura: «Te hacía pensar "¡Ah! ¡Si al menos viesen a estos personajes con un poco de poesía en los propios cómics!". Creo que es de donde vino mi actitud».

Me fío de la investigación que hizo la autora del artículo Alan Moore and Superfolks Part 2: The Case for the Defence. Según ella, el poema fue originalmente publicado en The Mersey Sound (1967), que ha sido curiosamente uno de los libros de poesía mejor vendidos de la historia. De nuevo, me fío de ella para decir que el poema ha sido reescrito y modificado varias veces con el paso de los años. En ese artículo se recoge la versión original de este poema, que yo traduciría de este modo:

¿Dónde estás ahora, Batman? ¿Ahora que tía Heriot ha informado de la desaparición de Robin
y Superman se ha dormido en las butacas infantiles de seis peniques?
Dónde estás ahora que el ¡SHAZAM! del Capitán Marvel reverbera en el auditorio,
los magos no lo oyen,
deben estar todos sordos... o muertos...
El Monstruo Morado que bajó del Planeta Morado disfrazado como un hombre
vaga sin rumbo por las calles
sin saber cómo volver.
Los Increíbles Árboles Vivientes han estrangulado a Sir Galahad,
el Zorro asesinado con su propia espada.
Blackhawk ha enterrado al último de sus compañeros
y ha ido a suicidarse en los abandonados Hangares de Inocencia.
El Monstruo y el Simio lo siguen arreglando todo a golpes en una habitación
en la que las paredes no dejan de acercarse;
los tanques de gasolina del Hombre Cohete se agotaron sobre Londres.
Incluso Flash Gordon está perdido, vaga por las estrellas
llorando por la mujer a la que amó
hace 7 universos.
Compañeros de celuloide míos, sólo han pasado unos pocos años
desde que os conocí. Algo en nosotros se ha desvanecido.
Acaso el Demonio Terrible, ese Adversario Espantoso,
el Sr. Senectud, os ha atrapado en su trampa mortal,
y ha venido finalmente a liquidaros,
con su ametralladora que gotea años...


Brian Patten vio publicado este trabajo cuando tenía apenas 21 años. La verdad es que a mí este poema me impresiona por su tema, por la forma de expresarlo, por las imágenes que usa... Me parece un buen poema, de un autor con la cabeza muy centrada, y más teniendo en cuenta la edad que tenía. Veo paralelismos entre las biografías de Patten y Moore. Patten se crió en Liverpool, donde nacieron los Beatles, una ciudad dedicada a la industria, una ciudad de clase trabajadora igual que el Northampton de Alan Moore. También los dos abandonaron muy pronto los estudios, y aún así se convirtieron en escritores respetados.

El poema en realidad no se refiere al mundo de los cómics. Patten hace referencia a sus «compañeros de celuloide», es decir, a personajes de seriales cinematográficos de la compañía Republic. Si no nos suenan es porque en España no tuvieron popularidad, y sospecho que todos no han sido distribuidos de manera comercial. Los títulos a los que se refiere son los siguientes (excepto Marte invade la Tierra, el resto de los títulos los he traducido yo porque no sé si han tenido una traducción oficial diferente):

  • Batman (1943).
  • Superman (1948).
  • Adventures of Captain Marvel (1941): Las aventuras del Capitán Marvel.
  • The Purple Man Strikes (1945). Se ha traducido en España como Marte invade la Tierra.
  • Adventures of Sir Galahad (1949): Las aventuras de Sir Galahad.
  • Zorro Rides Again (1937): El Zorro cabalga de nuevo.
  • Blackhawk (1952).
  • The Monster and the Ape (1945): El monstruo y el simio.
  • King of the Rocket Men (1949): El rey de los Hombres Cohete.
  • Flash Gordon (1936).

Algunos de estos seriales tuvieron varias secuelas. En la lista solo he puesto el primero de ellos en esos casos.

La fecha del poema es un detalle importante. En 1967 Batman se había convertido en un icono cultural que invadía todos los ámbitos de la sociedad gracias a la adaptación televisiva protagonizada por Adam West. Creo que ningún otro personaje ha alcanzado desde entonces el éxito desproporcionado que tuvo el superhéroe de Finger y Kane en aquellos años. La decisión de empezar el poema dirigiéndose a Batman no es inocente. El autor estaba buscando llamar la atención del lector con un referente muy conocido, con un personaje que se había puesto de moda de la noche a la mañana. Voy a atreverme a decir que sería como si un poema actual, de 2016, empezase haciendo referencia a Pokémon.

Por esta serie de televisión imagino que Patten hace referencia a la tía «Heriot», que en realidad no aparecía en aquellos seriales de Batman. Parece evidente que es un error, porque el nombre del personaje regular de la adaptación televisiva es «Harriet».

Brian Patten utiliza una parte de su infancia, los personajes de los seriales de los años 30 y 40, para hablar del paso del tiempo. Por su edad es evidente que no debió ver los seriales en su estreno, pero de todos modos los tuvo que conocer en su infancia. Debieron de impresionarles porque todavía recuerda los nombres de los personajes y sus argumentos. Sin embargo, ha pasado algo que ha borrado esta admiración: «Algo en nosotros se ha desvanecido». Patten imagina a los iconos ―héroes y villanos― de su infancia en plena decadencia, muertos o ignorados. El Monstruo Morado y Flash Gordon ya no tienen un objetivo, «vagan» con indecisión. El tiempo ha derrumbado a estos iconos dentro de los esquemas de sus narraciones, de forma paralela a cómo el paso de los años ha convertido estas películas en algo ridículo. Estos símbolos de poder se han debilitado a medida que la infancia del autor se iba quedando atrás. ¿Dónde ha quedado Batman ahora? ¿Qué ha sido de esa infancia perdida?