viernes, 30 de enero de 2015

Reseñas de enero


Superman: El Último Hijo de la Tierra (Steve Gerber, Doug Wheatley)

¿Y si Clark Kent fuese el último terrícola y hubiese sido enviado a Krypton antes de la destrucción de nuestro planeta? Es una premisa bastante original a la que se sabe sacar jugo en este tomo. Destaco que no se hace monótono. A cada pocas páginas se presenta un nuevo giro de guión con el que es difícil adelantarse al desarrollo de la trama. No es un trabajo brillante, pero Gerber sabe cómo pasárselo bien y dejar un ligero poso político en el guión junto a ciertos detalles para el fan de los cómics. Me quedo con ese Superman que viste un traje que recuerda al del Capitán Marvel de C. C. Beck. Pierde fuelle en la segunda mitad del tomo, la continuación de la miniserie original. Aunque avanza con la misma coherencia que la primera parte, poco a poco se aleja demasiado de la premisa básica hasta que el cómic se convierte en otra cosa.

Es curioso que en este tomo el que lucha para que la sociedad (kryptoniana) no evolucione sea el villano. Al contrario, en los cómics de la continuidad tradicional, el villano es el que lucha por el cambio y Superman, el héroe que defiende el inmobilismo.



Pulgarcito, tomo 3 (Jan)

Es casi un milagro que exista esta colección dentro de una editorial que siente tanta indiferencia por lo que publica. Para Ediciones B sería absurdamente más barato tirar de escáner de alta calidad o de una económica edición en blanco y negro, pero tenemos la suerte de que Jordi Coll (editor de Amaníaco) se esté encargando de una edición restaurada y con nuevo color de uno de los mejores cómics de Jan. Aún con los fallos que se le quieran encontrar (desorden cronológico de las historias, el formato, los criterios para colorear...) el resultado es realmente bueno y se agradece el acierto de no tapar el precioso dibujo con degradados y sombras de Photoshop.

En el argumento, empezamos por fin con los viajes en el tiempo que caracterizan al personaje. Las historias más costumbristas se mezclan con otras de más acción, pero en ninguna falta el mensaje educativo para los niños a los que se dirige la colección: fomento de la lectura, creación de espacios públicos, etc.



La Cosa del Pantano, tomo 6 (Alan Moore, Rick Veitch, John Totleben, otros)

Se le nota el desgaste. En este último tomo, Alan Moore estaba tan desconectado de la colección como la Cosa del Pantano del campo energético de la Tierra. Por este desinterés (o la falta de tiempo), le sustituyeron los dibujantes Bissette y Veitch escribiendo los guiones de dos números que no consiguen llegar al nivel del guionista titular. El capítulo más interesante de este tomo, Amando al Alienígena, es otro ejemplo. En este caso, la iniciativa del experimento vino del dibujante Totleben, que enseñó unas páginas psicodélicas a Alan Moore para que le sirviesen como inspiración en un relato ilustrado que desafía la visión antropocéntrica del universo.

Aún así, a pesar de ser una etapa en sus horas bajas y estar muy alejada de su ambientación y tono originales, no llega a perder del todo el interés y termina con un agradable final feliz. Moore ha conseguido en esta etapa convertir a un simple monstruo de terror en una divinidad que se enfrenta a reflexiones sobre el bien y el mal. En el último número no se pierde de vista esa evolución.




Furari (Jiro Taniguchi)

Se podría considerar como un cómic biográfico sobre Tadataka Ino, el cartógrafo que realizó el primer mapa preciso de Japón. Sin embargo, este personaje es sólo una excusa para viajar por el Edo (Tokio) del s. XVIII y conocer sus costumbres, fiestas, paisajes, etc. Es una experiencia visual más que un relato propiamente dicho, en el que lo interesante es andar por la ciudad entre la gente y verla también a través de los ojos de algunos animales. Comparado con otros cómics de Taniguchi que he leído, me parece con el que es más difícil de conectar. Es muy costumbrista, lo que quiere decir que utiliza continuamente palabras japonesas para referirse a tradiciones, comida, lugares, distancias, horas, chistes... que aparecen explicados en notas a pie de página.

lunes, 12 de enero de 2015

Subasta de Superlópez y especulación

No tengo tanto tiempo como hace unos años para escribir en este blog, pero este asunto me ha impresionado demasiado como para no comentarlo.

Hace unas semanas, el 29 de diciembre, hubo una subasta de páginas originales de cómics. Entre los autores destacaban Melchor Prats "Mel", Fritz, Forges... y especialmente Jan, un autor que nunca ha querido desprenderse de sus dibujos. En este caso hizo una excepción con dos portadas suyas porque se trataba de una subasta benéfica para la Asociación Gaditana de Espina Bífida e Hidrocefalia, cuyo fin es, como dice el enlace, "proteger a los niños con espina bífida e hidrocefalia".

Éstas son las dos portadas que fueron subastadas por 950 y 1150 euros cada una:



Tan solo una semana después Koldo Azpitarte anunció que un amigo suyo, dueño de estas páginas, las quería vender a más del triple de lo que pagó:
Hola:

Un amigo gaditano adquirió hace unas semanas un par de portadas originales de Superlopez de Jan. Como sabeis, Jan no vende originales, así que me ha parecido un tema que a muchos de vosotros os puede interesar

El precio que pone a cada uno de los originales es de 3500 euros negociables, algo que se escapa de mi presupuesto a todas luces... pero que tal vez sea asumible o negociable por alguno de vosotros.

Os adjunto las imagenes de dichos originales.

Si estais interesados, escribidme a kol...@hotmail.com y yo os daré el contacto del vendedor.

Feliz Año Nuevo!

Koldo
El amigo gaditano al que se refiere es Jose Luis Vidal, que no sólo se encargaba de vender su original sino también la del otro comprador y amigo, el arriba mencionado Melchor Prats "Mel". Se trata de uno de los antiguos dibujantes del Jueves que ahora colabora en Orgullo y Satisfacción y en el Diario de Cádiz.




Posiblemente lo más criticado sobre este tema es que, comparadas con otras, esta subasta tuvo muy poca difusión y dificultades para participar desde fuera de Cádiz. Al respecto, Mel acabó comentando lo siguiente:
le pedí al amigo común de Koldo Azpitarte [José Luis Vidal] que gestionara también la venta de la mía. No soy coleccionista y desconozco el mundillo.
Es decir, Mel ha reconocido su desinterés en el coleccionismo. No le interesa esta afición y sin embargo se gastó unos 1000 euros en una portada. Su intención por tanto sólo puede ser la especulación, el dinero rápido y fácil. Que es algo que de por sí, personalmente, me repugna (aunque sea completamente legal).

Pero es peor todavía, se está especulando con algo que Jan donó a una subasta benéfica. Los compradores de estas portadas calculaban que el precio en el mercado de estas portadas podía ser de 3500 euros y decidieron darle a la Asociación Gaditana de Espina Bífida e Hidrocefalia unas migajas en comparación. "1000 para los niños enfermos y 2000 para mí". Apretón de manos, trato hecho.

Por su parte, Koldo se ha disculpado asegurando que no sabía nada sobre la procedencia de estos originales:
(...) Yo no sabia nada del asunto, de la puja y tal. (...) Así, en privado, te diré que me parece fatal lo que ha hecho y espero que tenga su justo premio no vendiéndolo. (...) De haber sido consciente de todo lo que tan claramente habéis expuesto, no me habría prestado a colaborar en semejante desfachatez. Siento haber contribuido involuntariamente a una maniobra tan éticamente cuestionable. (...)

Jan está enterado de todo lo que ha pasado, pero no ha hecho ningún comentario. Por mi parte, espero que no vuelva a caer en una trampa parecida.