jueves, 24 de enero de 2013

Parodias

El género de humor no está muy bien considerado en ningún medio. Una comedia nunca llegará a ganar jamás 11 Oscar de la Academia como sí los puede conseguir cualquier drama o cualquier película de aventuras. Ningún libro de humor superará en recomendaciones a un libro serio. Ningún cómic con chistes conseguirá más reseñas que otro intimista o aventurero. Y de entre todos los cómics de humor los más despreciados son las parodias. Son ninguneados tanto por los críticos como por el resto de autores, ninguneados como plagios o ejercicios perezosos, como si la parodia en el cómic fuese algo excepcional dentro de la cultura del ocio.

Realmente la parodia fue un subgénero creado en la Grecia clásica con la intención de ridiculizar los relatos épicos. Actualmente se consideran parodias tanto las que se burlan de una obra de arte, de una persona, de un tema, etc., como las que son sólo una variación cómica, sin desprestigiar al original. Las parodias se han dado en todos los medios, tanto como obras completas o como breves guiños aislados. Su objetivo es atacar al formalismo, poner en entredicho lo establecido y reivindicar la marginalidad. No faltan críticos que añaden que además las parodias son obras intertextuales que necesitan de una doble lectura: la propia historia en sí misma y las referencias que incluye.


Entre las novelas destaca principalmente el Don Quijote de la Mancha de Cervantes, una burla a las novelas de caballerías que se habían vuelto muy populares entre los lectores de la época. Sin embargo, cuando la parodia literaria realmente ganó terreno fue en el s. XIX de la mano de autores como Marcel Proust, T. S. Elliot y Ezra Pound. Desde ese momento los críticos literarios dejaron de ver como algo negativo su naturaleza derivativa y marginal.

En el mundo de la música este tipo de obras no son menos frecuentes. Por ejemplo, Mozart parodió a lo que consideraba los malos compositores de su época en Una broma musical (Ein Musikalischer Spaß), una pieza llena de errores armónicos y rítmicos. Otro ejemplo está en Saint-Saëns y su Carnaval de los animales, en el que versiona  de manera muy lenta el Can Can para la composición de las Tortugas, o varias canciones populares y una Danza Macabra para los Fósiles. También se considera que los orígenes del rock & roll están en un blues de 1947 de Roy Brown, Good Rocking Tonight, que era una parodia de las canciones de góspel.





Dentro del cine y la televisión se pueden destacar a los británicos Monty Python, cuyo cine consiste en versiones cómicas de las leyendas artúricas (Los caballeros de la mesa cuadrada) y los textos bíblicos (La vida de Brian). El director Mel Brooks también ha sido muy prolífico en este género: Las locas, locas aventuras de Robin Hood, La loca historia de las galaxias, El jovencito Frankenstein, etc. En Los Simpson se versionan continuamente referentes culturales muy variados de diferentes maneras. En algunos casos la referencia se reduce a un pequeño guiño, en otros puede ser un personaje (McBain como parodia de Schwarzenegger, Rex Banner como Eliot Ness, Roger Meyers Sr. como Walt Disney), mientras en otros el capítulo entero puede ser una versión de otra historia anterior, como los Solfamidas (Los Beatles), Expediente X, Shary Bobbins (Mary Poppins), etc.

Dentro del mundo del cómic las parodias, los cómics independientes y la autoedición tuvieron el mismo origen: las biblias de Tijuana. Se trata de unos pequeños cuadernos ilegales y clandestinos de 8 hojas en los que mostraban personajes populares de época, especialmente de tiras de prensa, manteniendo relaciones sexuales. Alan Moore y Dave Gibbons hicieron referencia a este tipo de cómics en las primeras páginas de Watchmen porque desde un punto de vista irónico su intención con ese cómic no se encontraba muy lejos de esos cuadernillos.


Estos cómics perdieron popularidad después de la Gran Depresión hasta que en 1952 el guionista y dibujante Harvey Kurtzman con ayuda de gente como Bill Elder, Jack Davis, Wally Wood, John Severin, etc. recuperó el género para la revista MAD. En cada cómic se incluían 4 historias que versionaban tanto géneros (ciencia ficción, terror…) como principalmente historias concretas de películas (Sólo ante el peligro, De aquí a la eternidad…), series de televisión (Dragnet), libros (La isla del tesoro, Sherlock Holmes, El cuervo de Poe…) y muchos cómics de la época (Tarzán, Superman, Terry y los Piratas, Archie, Flash Gordon…) Kurtzman continuó con Elder dentro de este género con el personaje Little Annie Fanny en 1962 para la revista Playboy, con la que parodiaban la tira de prensa Little Orphan Annie.




El futuro de Harvey Kurtzman fue muy diferente del de los desconocidos autores de biblias de Tijuana. Su influencia continuó durante décadas en el cómic de humor americano (además de la revista MAD DC y Marvel publicaron sucesivamente revistas similares como Not Brand Echh, Crazy, Spoof, etc.) Se le considera además una influencia básica del movimiento underground de los 60 (para gente como Robert Crumb, Terry Gilliam, etc.) y desde 1987 se otorga en su honor el premio Harvey a cómics de estilo alternativo.

La parodia y la autoedición empezaron al mismo tiempo por lo que no es raro que en los 70 y los 80 los cómics independientes más populares empezasen dentro de este género. Por un lado, Cerebus nació como una parodia de Conan el Bárbaro que poco a poco se convirtió en una de las obras más experimentales del momento. Por otro, las Tortugas Ninja que fueron creadas sólo para cachondearse del Daredevil de Frank Miller acabaron convirtiéndose en un grandísimo éxito comercial. Me viene a la cabeza otro ejemplo de parodias desde la contracultura: una página de Juventud Cabreada de Johnny Ryan en la que pone de vuelta y media un cómic tan distinguido como el Maus de Art Spiegelman.

Dave Sim parodió otros personajes dentro
de la colección de Cerebus, como al Caballero Luna.



Dos parodias de cómics franceses.

Dentro del cómic español seguramente el género que más ha calado ha sido la parodia, la versión humorística del arquetipo heroico, o al menos respetable. Mortadelo y Filemón comenzaron como una versión muy obvia de Sherlock Holmes (una de las muchas que se hicieron dentro de Bruguera) hasta que en los 70 se convirtieron en una ridiculización de James Bond, igual que lo era Anacleto. Otro ejemplo: las repelentes Hermanas Gilda desmitificaban el aura de sex simbol que rodeaba a Rita Hayworth en Gilda. En esencia los dibujantes de Bruguera cogían entre sus manos a un modelo de personaje digno en la sociedad del momento para pervertirlo y ridiculizarlo: la familia, los médicos, los profesores, la aristocracia, los empresarios, los caballeros andantes… Con la moda de los superhéroes a partir de los 80 esta parodia se amplió con personajes como Superlópez (Superman) y su Supergrupo, o Paf-Man (Batman).

Por la torpeza de la firma es muy probable que ésta sea la verdadera primera página de
Mortadelo y Filemón, que empezó como una versión cómica de Sherlock Holmes.

Actualmente la parodia en España sigue siendo un género tan popular como antes, concentrado especialmente en los ambientes de marginalidad y subcultura. Por ejemplo, yo destacaría a JMV (El Jovit, los Epichodes…), a Nacho Fernández con Dragon Fall, Hermi y Max de Ricardo Peregrina, etc. El ejemplo más reciente de cómic paródico está precisamente en una de las recientes pequeñas editoriales independientes, el Cosmic Dragon de Carlos Vermut editado por ¡Caramba!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

En pintura Goya y sus famosos "Caprichos" eran una parodia de la sociedad de entonces.

Muy buen post, muy completo.

Ivan Ortiz dijo...

esta muy bien, pero quizás me falto Enrique Vegas entre los autores, creo que es un referente en España en cuanto a parodias con sus cabezones. Entiendo que no se pueden poner todos