miércoles, 24 de octubre de 2012

El Spiderman de Frank Miller

El coleccionable Marvel Héroes (el nombre me parece un horror sin sentido) de Panini de hace unos años fue un invento un poco extraño con un criterio de selección oscuro. Si la idea era acercarse a los nuevos lectores a través del kiosko había muchos tomos que fueron un error descarado. Algunas historias necesitaban un bagaje de lecturas previas, otros dejaban tramas colgadas, algunos tenían un estilo de dibujo poco atractivo para los lectores jóvenes y además había tomos ambientados en universos paralelos que sería raro que sirviesen como introducción al universo Marvel. El fallo por supuesto es creer que esto era una puerta para los nuevos lectores cuando realmente era sólo una edición de batalla de los tomos recopilatorios que había disponibles en EEUU.


Desde el punto de vista del lector marvelita la colección sí merecía la pena para tener algunos cómics curiosos a buen precio. En mi caso, yo ya había estado intentando comprar desde hacía unos años antes en la edición americana el tomo con las historias de Spiderman de Frank Miller. Me gustaba el personaje, me gustaba el autor en la época de Daredevil... lo tenía todo para interesarme. Había leído algunas de las historias en otros formatos, pero yo seguía con la idea en la cabeza de tenerlo en un tomo. En ese sentido este cómic me ha dejado satisfecho, ya he podido leer al Miller fan de Ditko y Gil Kane dibujando a Spiderman.

Aunque quien se acercase a este cómic buscando entretenimiento seguramente se habrá quedado defraudado...

La recopilación es desordenada aunque el prólogo de Julián Clemente se preocupa por intentar contextualizar cada historia. En primer lugar estarían dos números de Miller para la colección The Spectacular Spider-Man que aparecen al final del tomo. Con ellos Miller consigue primero dibujar a su personaje favorito de la infancia y además acercarse a Daredevil, el superhéroe con el que conseguiría la fama después. Ni el guión ni el dibujo son algo excepcional pero se ven ya desde aquí algunas de las inquietudes de Miller. Su manera de componer las escenas de acción, el control del ritmo mediante el tamaño de viñetas grandes y pequeñas, los objetos que siguen trayectorias que continúan de una viñeta a otra (las páginas 4 y 6 del TSS-M #28 son ejemplos muy obvios), etc. Miller insiste página tras página en una composición circular de las viñetas y de las páginas para intensificar el funcionamiento del radar de Daredevil. Y un detalle, las telarañas de Spiderman no son las que popularizó Romita sino las originales de Ditko.

A partir de aquí Miller pasa a dibujar la serie regular de Daredevil, donde es simplemente un dibujante del montón en Marvel. Como aquélla era una colección bimestral le dejaba tiempo libre para participar en otros cómics como los anuales de Spiderman con el Dr. Extraño, y el del trepamuros y los Cuatro Fantásticos. El primero es más interesante porque es una pista de cómo podría haber sido la colección regular que se planeaba hacer con Roger Stern de guionista y Frank Miller de dibujante. De nuevo, un homenaje continuo a Ditko tanto a Spiderman como a su Doctor Extraño. Por ejemplo, la página 15 recuerda a una rarísima cara de Peter Parker con media máscara tapándole que había sido utilizada por Ditko una única vez durante su etapa, o la viñeta en la que Extraño atraviesa paredes en la página 12, que la podría haberla firmado Ditko tranquilamente. Realmente Miller no inventa nada sino que utiliza recursos de los dibujantes de cómic americano clásico que habían quedado en desuso: dobles páginas, rejilla de 9 viñetas, las secuencias con fondo fijo en las que algo cambia gradualmente (el color, los personajes...), viñetas estrechas horizontales o verticales que ocupan todo el ancho o alto de la página... El dibujante medio de Marvel de la época (y sus lectores) desconocía los ingenios de los artistas que vinieron antes que él, y por eso Miller consiguió destacar entre ellos fácilmente.

Con el anual compartido con los Cuatro Fantásticos se ven más ejemplos del Miller narrador. Para el flashback utiliza una rejilla de 4x2 para diferenciarlo del resto del cómic, mantiene el plano del puerto en la página 25 para seguir bien la coreografía de la pelea, viñetas con zooms (bruscos como el de la página 6, graduales como el de la 9), etc. Miller es también insistente con su forma de crear perspectiva, con un primer plano separado exageradamente del segundo plano y el fondo. Si se compara con Lobezno: Honor la colaboración entre Claremont y Miller es mínima pero se nota a cada autor esforzándose en su campo.


La cosa cambia cuando Miller lleva un par de años en Daredevil y se convierte en uno de los autores más prometedores de Marvel con su tratamiento de Elektra, Kingpin, Stick... Aquí es cuando Miller ofrece un trabajo más profesional, la mejor historia del tomo. En este cómic une al Doctor Octopus con Punisher y coloca a Jonah Jameson en un papel destacado dentro de la trama. Miller utiliza la portada del periódico como leitmotif a lo largo del cómic (en Dark Knight serán las pantallas de televisión, el poder de los medios de comunicación), añade guiños a Spirit, Jimmy Olsen y al primer anual de Spiderman con la splash-page del puñetazo a Octopus, planos de caras vistas desde abajo a lo Gil Kane, etc.

La gran decepción es la última de las historias, otro anual en el que Miller sólo se encarga de un triste guión en el que recupera a Kingpin después de su última aparición en sus páginas de Daredevil... y poco más de interés. Salen el Caballero Luna, Luke Cage y Puño de Hierro, pero el argumento y los diálogos los podría haber firmado cualquier otra persona y no se habría notado ninguna diferencia. El dibujo de Herb Trimpe es desganado (con lo bien que intentaba imitar a Steranko en los 70 en la colección de Hulk...), aquí sólo cumple rellenando páginas en blanco.

El tomo es una recopilación de historias variadas con diferentes resultados. Como primer acercamiento a Spiderman es un horror, y como primer contacto con Frank Miller, una decepción. Este tomo es sólo para quien quiera leer a este dibujante en sus primeros trabajos, cuando todavía buscaba al mismo tiempo su propio estilo en las páginas de Daredevil.

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