lunes, 13 de febrero de 2012

La tumba de Dracula: Larga no-vida y prosperidad

Ya que Gene Colan se encontraba de nuevo con ánimos de dibujar al señor de los vampiros los editores decidieron abrir una colección en blanco y negro en la que se narrasen nuevas aventuras de este personaje, Tomb of Dracula Magazine. Se trataría del mismo Drácula, pero sin secundarios regulares y con cierta libertad para mostrar violencia, sangre y sexo. No habría que esperar mucho tiempo para leer el primer número ya que a los dos meses de haber concluido la anterior colección se ponía a la venta la nueva.

Un pin-up de presentación del primer número

En esta serie Drácula sería devuelto a la vida por una misteriosa mujer, Ebbers, que planeaba resucitar también a su marido utilizando a este vampiro y una extraña piedra mágica. Al mismo tiempo, la subtrama presentaba a Sandy Sommers, una mujer de baja autoestima que se sentía culpable por no poder resistir el poder hipnótico de Drácula. El segundo número, con una historia de 36 páginas dibujadas por Steve Ditko, se convirtió en una tremenda decepción para los lectores… y seguramente también para Wolfman. Aunque el guionista se esforzase en crear una historia a la medida del dibujante, combinando el horror y el surrealismo de los cómics por los que destacó Ditko en Charlton y en Marvel respectivamente, el dibujante simplemente abocetó apresuradamente una historieta de estética ingenua y agradable. La filosofía del dibujante en aquella época consistía en no venderse al mainstream y esforzarse sólo en sus "obras de autor", lo que realmente le perjudicaba más a él mismo que a los demás. El tercer número combinaría guiños al TOD#17 (con cameos de Rachel Van Helsing y Frank Drake) y a El exorcista, adaptación dirigida por William Friedkin en 1973.

Una ilustración del sexto número

Todo habría ido bastante bien si no hubiese sido porque en el primer número un alto cargo (seguramente Jim Shooter) decidió sustituir al entintador regular Tom Palmer por Bob McLeod. Los motivos de esta decisión no eran precisamente artísticos, sino políticos. Con el ascenso de Shooter a editor en jefe se dio punto y final a los años en los que cada guionista era editor de su propia colección, ahora ese segundo puesto lo ocuparía otra persona. Cambiar al entintador era la forma de poner en su sitio a Marv Wolfman, de recordarle quién mandaba realmente ahí.

Al guionista no le costó captar el mensaje y dejó la editorial poco después. Antes de eso, sin embargo, le dio tiempo para escribir un breve cameo de Drácula en los cómics de los hombres de James T. Kirk en el Star Trek #4 de Marvel, dibujado por Dave Cockrum y Klaus Janson. El último número de Wolfman sería el TOD Magazine #3 (1980), tras el que sería sustituido principalmente por Roger McKenzie. Jim Shooter se encargaría de escribir el último número (el #6) de esta colección, debido al cual acabo discutiendo con Gene Colan sobre narrativa y dibujo. No era el primer desencuentro entre ambos pero sí sería el último, el que le motivó al ilustrador a macharse a DC junto a Wolfman y no volver hasta nueve años después.

"Así que he sido resucitado en una nave estelar, ¿no? ¡Muy bien!"

“No era sólo yo”, explicó Jim Shooter. “A los guionistas con los que trabajaba, con la excepción de Marv Wolfman en Tomb of Dracula, les sacaba de sus casillas y venían a mí a quejarse de que ellos habían escrito un argumento pero Colan lo había ignorado, había dibujado grandes viñetas en las primeras páginas y 16 en la última. Intenté hablar con él y alguna vez le pedí que volviese a dibujar cosas. Porque él era Gene Colan y le pagaría por volver a dibujar cosas”. La opinión del dibujante, por su parte, era que Shooter le hacía la vida imposibe: “Me acosaba. No podía soportarlo. Me daba miedo, lo hacía. Me afectaba tanto que no podía vivir”.

Sin embargo, en DC valoraron y mucho los méritos de Wolfman y Colan en estas series. Por ejemplo, juntos crearon Night Force, una nueva colección que continuó el tipo de historias terroríficas por las que eran conocidos en Marvel. Colan estaba encasillado como dibujante de historias oscuras, por lo que se le encargaría dibujar a Batman junto al guionista Gerry Conway, aunque por otro lado en equipo con Roy Thomas se dedicaría a recrear a Wonder Woman con el nuevo traje de la W en el pecho. Wolfman por su parte crearía New Teen Titans junto a George Pérez, una de las colecciones de superhéroes más importantes de la historia.

En el último número Drácula amenazó con un "¡Volveré!". Y así fue.

Continúa en: Mutantes, magia, los años 90, censura y castillos en la Luna

3 comentarios:

tristan dijo...

Gran serie de artículos que me ha hecho descubrir una gran obra. Los números protagonizados por Hannibal King, el #25 especialmente, son memorables.

Saludos y gracias.

Peúbe dijo...

Es una de las mejores colecciones de Marvel de la historia, pero al no ser de superhéroes desgraciadamente se queda olvidada. Con estos posts sé que no voy a conseguir cambiar la opinión de todo el mundo, me conformo con animar a algunas personas curiosas a buscar y leer estos tebeos.

tristan dijo...

Peúbe,

pues conmigo lo has conseguido y te lo agradezco.

Saludos.